𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬

𝟢𝟥𝟨; hitto kakucho.

kids¡!

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Una niña de cortos cabellos se encontraba en la cocina acompañada de su progenitora. La mayor se encontraba ayudándole a la menor a preparar una de las recetas de galletas más ricas que alguna vez haya probado, según _____.

La pequeña de orbes _____ agregaba los ingredientes al tazón con paciencia siendo guiada y custodiada por la mayor. Sin embargo, se encontraba desesperada por poder agregar las chispas de chocolate.

En cuanto fue el momento de ello no perdió tiempo, y con sumo cuidado las fue vertiendo, claro que dejó unas cuantas para comer ella mientras el alimento se cocinaba. Con la ayuda de su mamá la niña colocó pequeñas bolitas de masa en una charola, esta misma fue colocada en el horno previamente precalentado.

Ambas mujeres se miraron a los ojos igual de ansiosas.

— Muy bien, solo hay que esperar unos minutos y estarán listas, ¿okey,_____? — habló la mayor con una sonrisa.

— ¡Si, mami! — respondió la niña emocionada.

No pasó ni un minuto cuando la menor volvió a hablar.

— ¿Ya están listas, mami?

La señora rió con ternura — aún no, mi niña.

La pequeña desesperada se fue a sentar al sofá, su madre le había dicho que aún faltaban unos minutos para que estuvieran listas, ella en su mente contaba los segundos. No podía avanzar más de treinta ya que se le olvidaba la cuenta y volvía a iniciar.

Estuvo así un tiempo hasta que su mamá salió de la cocina con una sonrisa.

— Ya están listas.

Se levantó emocionada y corrió a verificar que lo dicho por su madre fuese real. Tomó una bolsita de celofán y guardó un par de galletas. Le pidió permiso a su madre de salir y comenzó su trayecto hacia la casa de su vecino.

La pequeña se colocó de puntitas y con un poco de dificultad tocó el timbre de aquel hogar mientras escondía la pequeña bolsa detrás de su espalda. Esperó unos segundos y una señora de cabellos oscuros se asomó, cuando vió a la niña sonrió con cariño.

— _____, que alegría verte por aquí — la miró dulcemente.

— Buenas tardes señora Hitto mamá de Kakucho — saludó educadamente — ¿se encuentra Kakucho para jugar?

— Claro que sí — se inclinó un poco y gritó hacia la casa el nombre de su hijo — en un momento viene, ¿cómo está tu mamá?

— Ella está bien, me dijo que si mañana quería ir con ella a tomar café — la niña habló recordando las palabras de su mamá.

— Dile que sí, mañana estaré ahí.

— ¡____! — un niño se asomó por la puerta y en cuanto vio a su amiga saltó con emoción hacia ella.

— ¡Kaku!

Ambos pequeños se abrazaron cariñosamente, tal y como si no se hubiesen visto hace un par de horas en la escuela. La madre del pequeño dió un par de órdenes acerca de dónde deberían estar y para dónde no deberían ir.

Ellos obedientes tomaron asiento en la acera frente la casa de él. "Despistadamente" sacó la bolsita con las galletas.

— Kakucho, hice esto para ti — empezó hablando ella con emoción — mi mami me ayudó a prepararlas, espero y te gusten!