𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬

𝟢𝟥𝟦; baji keisuke.

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Intentaba hacer que me saliera aquel truco, sin embargo, no lo lograba.

Reaccioné cuando sentí como caía al suelo, solo me quejé y me volví a levantar. Lo intenté de nuevo y parecía que lo iba a lograr, pero coloqué mal el pie y me desestabilice cayendo al piso.

Una risa resonó en el parque obligandome a buscar a la persona dueña de tal burla, encontrando a aquel chico de colmillos viéndome con diversión.

— ¿Te parece gracioso verme caer? — pregunté con un poco de enfado mientras intentaba colocarme de pie.

— Si, un poco — se acercó y me tendió la mano.

— No gracias, puedo sola — me levanté y lo miré de mala manera — ¿qué haces aquí, Keisuke?

— Uy, parece que tantas caídas te provocaron amnesia — se rió pero duró poco al verme seria — que amargada.

— Qui imirguidi.

— Me prometiste una cita el día de hoy, ¿lo recuerdas?

Mi boca se abrió con sorpresa, la cerré inmediatamente al darme cuenta de lo despistada y olvidadiza que había sido. Intenté reponerme y actuar normal, pero fallé en el intento.

— Claro- claro que lo recuerdo, ¿cómo lo olvidaría? hmph, jamás, eso sí que no — comencé a hablar demasiado rápido mientras notaba como la sonrisa de él iba aumentando.

— Okay, te creeré — se acomodó la chaqueta y revisó el reloj que llevaba en su muñeca — debemos irnos, si no te importa.

— Claro que no — tomé mi patineta y lo seguí hasta su motocicleta.

Me extendió un casco y de mala gana lo tomé, no me agradaba andar en motocicleta, algo irónico siendo que mi hermano tenía una tienda de ellas.

Una vez ya arriba arrancó y comenzamos el viaje hacia... no tenía ni la menor idea. Vi como paramos en un supermercado y mi rostro no tardó en mostrar la gran confusión que sentía.

— Te preguntarás qué hacemos aquí — se giró hacia mi.

— Pues sí, ¿no es obvio? — me quejé — nadie en su sano juicio trae a una persona en su primera cita al supermercado.

— Bueno, tal vez yo sí.

— Que extraño eres.

Ignoró mi comentario y comenzó a caminar hacia el edificio, cuando vio que yo no me moví me miró.

— ¿Vas a venir o te quedarás ahí?

Suspiré y me acerqué a él. Antes de entrar tuve que dejar mi patineta en paquetería, una vez ya lista simplemente lo seguí, no tenía ni idea de a dónde nos dirigiamos asi que solo caminaba hacia donde el iba.

Dimos vueltas por casi todo el supermercado hasta que él se detuvo en, creo yo, la zona que estaba buscando. Mi asombro y emoción no tardó en llegar al ver las muchas patinetas que había en los estantes, de todos los estilos, colores, diseños y más.

— ¿Cuál es la mejor para un principiante? — la voz de él me saco de mi ensoñación, viendo cómo le preguntaba algo a uno de los trabajadores de ahí.

Él señor le pasó un par y el las veía, escuchando atentamente las palabras del contrario. Escuché como le agradecía algo y se acercó a mi.

— Listo, ya tengo todo. Ahora sí nos podemos ir — me sonrió — ¿no quieres llevar algo para tu patineta?