𝟢𝟣𝟣; kurokawa izana y hitto kakucho.

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¡Alerta Spoiler!

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— ¡Izana! ¡vamos, está nevando!

El peliblanco fue arrastrado hacia fuera del recinto por su mejor amiga. No tuvo opción más que dejarse llevar. Al salir rápidamente la niña se dejó caer en el blanco suelo, inmediatamente se quejó por lo frío que estaba pero eso no impidió que su felicidad cesara.

— ¡Ven, izana, recuestate a mi lado! — sonrió emocionada.

— Te enfermarás, ____.. — trató de sonar responsable, aunque estuviera muriendo de ganas por tirarse a su lado.

— ¡No importa, vamos, ven a divertirte!

Él asintió dejándose llevar y se dejó caer a su lado, la felicidad que emitía la niña no tardó en contagiarlo, para así ambos comenzar a jugar con la nieve, moviendo los brazos y piernas contra el suelo, logrando crear sus propias siluetas en forma de ángel.

— ¡Hay que invitar a Kakucho!

La peli____ se levantó del suelo y se volvió a los cuartos para buscar a su otro mejor amigo.

— Pero yo quería estar solo contigo... — murmuró un poco decaído el peliblanco.

Después de unos minutos salió la niña junto a un pelinegro muy emocionado.

— ¡Izana, está nevando! — exclamó el recién llegado.

Este no le respondió, en cambio le golpeó con una pequeña bola de nieve, el peliblanco al notar el rostro de su amigo rió, la niña y el pelinegro comenzaron a atacar a su mejor amigo con bolitas de nieve. Pusieron un límite para que fuera equitativa la competencia. Pero al parecer alguien no estaba cumpliendo las reglas.

— ¡Izana, no es justo! — le regaño la niña.

— ¿No dijimos que más allá de esa línea es nuestro territorio! — le siguió el pelinegro.

— ¡Idiota, las promesas están hechas para romperse! — le respondió al niño y a la niña le sacó la lengua en modo de burla, a lo que ella le devolvió el gesto.

Después de quedar en desacuerdo la niña ofreció jugar otro juego..

— ¡hay que hacer muñecos de nieve! — sugirió la niña.

Los pequeños comenzaron a armar sus muñecos, juntando toda la nieve que sus pequeños cuerpos lograban cargar. Claro que la niña obtuvo ayuda de sus amigos, que estos encantados le ayudaban.

Al final solo el de la oji____ pudo mantenerse en pie y estable, ya que los de los niños fueron destruidos por ellos mismos.

— ¡Noo, mi muñeco de nieve! — lloriqueo el de la cicatriz.

— Traté de ayudar, pero hice una mierda — el ojimorado rió.

La niña al notar como su mejor amigo comenzaba a enojarse rápidamente pensó en otro juego en el que los tres pudieran estar pacíficamente.

— ¡Izana, Kakucho! — ambos dirigieron su mirada hacia ella — ¿y si hacemos un iglú?

Los dos se miraron para después asentir hacía su amiga y comenzar con su construcción.

— Terminamos — dijo la niña dando un suspiro de alivio.

— Este es el castillo de nuestro reino — anunció el de hebras blanquecinas.

— ¿"Nuestro reino"? — preguntaron ambos al unisono.

— Sí! — los tres entraron, como podían, al pequeño iglú — Este es nuestro plan secreto, cuando crezcamos seguiremos este plan y crearemos el reino más grande!

𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora