𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬

𝟢𝟥𝟥; manjiro sano.

¡Alerta manga spoiler!

si no vas al día con el manga... no es recomendable leer esto, este shot grita spoiler por todos lados.

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Uh, recuerdo muchas cosas, que pareciera que fue ayer cuando sucedieron. Son demasiados momentos que pasamos juntos, momentos que guardo en mi corazón y siempre permanecerán ahí.
A veces quisiera retroceder el tiempo, poder ayudarte con todo esto, pero eso no se puede ¿verdad?

Sabía que estabas mal, pero siempre tenías esa sonrisa en tu rostro que me decía que todo estaba bien, así que te creí. Aunque, ahora aquí, me lamento tanto de no haber visto más allá de eso, siento que ya es muy tarde.

Una de las cosas que más recuerdo es cuando nos conocimos.

Era algo nuevo para mi estar ahí, sin embargo, notaste esa inquietud y te acercaste a mi con curiosidad y cautela. Tu voz chillona sonó en el salón.

— ¿Cómo te llamas?

Una pequeña yo tembló en su lugar mientras dirigía su mirada hacia ti.

— _____.. ¿y tú?

Tú sonreiste al ver mi iniciativa al querer hablar, te acercaste un poco más y tomaste asiento a mi lado.

— Manjiro, pero llámame Mikey.

Me sonreíste y un poco nerviosa te devolví la sonrisa. Desde ese momento no nos separamos, me presentaste a tus amigos que rápidamente se volvieron los míos.

Continuamos conociendo a más personas, y nuestra amistad se iba reforzando, tanto que creí que sería irrompible.

También recuerdo cuando creamos la pandilla, estaba muy emocionada con la idea de poder pelear junto a mis mejores amigos, pero sobre todo, junto a ti.

— ¿Estás segura de esto? puede ser peligroso, no quiero que nada malo te pase.

Luego de que los chicos se fueran estábamos en un parque cercano hablando acerca de lo sucedido. El tema se dió y me causo ternura tu preocupación.

— No te preocupes, Mikey. ¿O acaso ya olvidaste quién fue mi maestro en el dojo?

Ese comentario probablemente subió un poco tu ego, aunque gracias a eso dejaste el tema de lado. Y sinceramente, lo agradezco, si no hubiese entrado a la pandilla no hubiera conocido a personas tan maravillosas como son los chicos del cuales me rodeo. En eso te tengo que agradecer, Manjiro.

Hay tantas cosas buenas, pero también las hay malas. Recuerdo con perfección esa noche. Preparaba tu regalo de cumpleaños cuando mamá recibió una llamada, era el abuelo Sano. Inmediatamente, en cuanto cortó la llamada me tomó de la mano y salimos corriendo en dirección al hospital.

Ahí comprendí lo que estaba pasando, no sé si tú recuerdes lo que pasó en ese lugar. Parecias ido y no respondías a mis llamados, pero nada de eso hizo que me diera por vencida y permanecí a tu lado durante aquellos días.

Durante semanas te noté un poco más alejado de nosotros... de mí. Pero aún así, continúe a tu lado. Fue cuestión de tiempo para que la herida doliera menos y volvieras a ser el mismo poco a poco.

Y como olvidar la vez que conocimos a aquel curioso chico, que desde que entró a nuestras vidas estas cambiaron. Y no para mal, sinceramente, siento que todo lo que hizo minimizó los acontecimientos pasados.

También recuerdo el susto que nos dió Draken el día de la pelea contra Moebius. Supe que debía darte tu espacio y que, a tu manera, encontraras la manera de desahogarte. Siempre estuve ahí, quizá no me viste, pero me encontraba a tu lado, intentando sostener un poco de la carga.

Después de que las cosas se tranquilizaran un poco me invitaste por un helado, ¿lo recuerdas? No hablaste esa tarde, pero a la vez dijiste todo, todo sobre nosotros.

Sin embargo, esa paz no podía durar mucho. Ocurrió el otro accidente, y he de admitir me sentía como la mierda. Pero, ahí estabas tú. Los papeles habían cambiado, estuviste conmigo cuando lo de Baji. Recuerdo que constantemente me llevabas pequeños dulces y golosinas, tratabas de que mi ánimo cambiará, y lo lograste.

Aquello dejó de doler poco a poco.

El año nuevo había llegado, y mis deseos rápidamente fueron llenando mi cabeza. Y en la mayoría estabas tú.

Deseé tantas cosas, que temía que ninguna se cumpliera, y creo que así fue.

Cómo si la desgracia nos persiguiera sucedió ese otro accidente. Aquel que hizo que mi corazón fuera quebrandose cada vez más. Y el verte a ti sufrir de esa manera me dolió mucho más, nuevamente me sentí estúpida por no haber podido hacer nada para salvarla, para salvarte.

Aún así, te levantaste y fuiste a ayudar a Takemichi. No dispuesta a quedarme de brazos cruzados te seguí, e intenté con todas mis fuerzas no volver a dejarte caer, pero el destino no parecía querer eso.
Me "tranquilizaba" con la idea de que aquellos tres hermanos estaban juntos.

Y yo no estaba lista para soltar al cuarto, me aferré a eso. No sabes cuánto lo intente, pese a tus amenazas a tu lado frío, a tus impulsos, a todo eso y más. Pero no lo logré.

Te fuiste, no volví a saber de ti, nada más que aquella carta que dejaste para todos. Y a mí me mencionabas mínimamente, ¿por qué, Manjiro? ¿acaso hice algo mal?

¿Fue porque no pude evitar que cayeras aún más al pozo?

Hay un recuerdo en específico, ese que no he querido volver a tener en mente. Pero que ahora aquí me doy cuenta de lo importante que era para ambos.

Lo sucedido con Draken fue la gota que derramó el vaso, mi corazón estaba destrozado, había perdido mi alma. Solo me quedabas tú, y como si no estuvieras, no podía hacer nada.

Hasta que llegó Takemichi, me pidió que me uniera a su nueva pandilla. Dudé. Lo hice, ya que, sabía que al unirme tenía que volver a verte y eso me aterraba, tenía miedo, mucho miedo.

Nuestros amigos me convencieron y me uní a la Tokyo Manji Kai.

Salí del trance al ver a Smiley y Peyan en el suelo. Antes de que te acercaras a Angry grité fuerte y claro.

— ¡Tú peleas conmigo, Manjiro!

¿Lo recuerdas?
eso fue antes de que tú...

ayuda, el manga me está dejando mal emocionalmente

tal vez este shot este sujeto a cambios dependiendo del siguiente capítulo del manga.