𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬

𝟢𝟣𝟦; matsuno chifuyu.

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Lo único que recuerdo fue haberle preguntado al chófer que había ocurrido, después un gran impacto y un enorme dolor en la cabeza. En cuanto toqué esta misma sentí un líquido caliente, era obvio que era sangre, después de eso, no recuerdo nada, solo negrura.

No tengo la menor idea de que fué lo que ocurrió, ni como llegué a esto.

Abrí los ojos y me encontré con un techo blanco, el olor a alcohol y medicamento me inundó, traté de moverme pero todo daba vueltas hasta que logré mantenerme. Me senté y observé que me encontraba en una habitación de hospital. Mire mis brazos y en estás había agujas mientras un líquido corría por ellas, así llegando a mi sistema.

No se veía ni se escuchaba nadie, me comencé a estresar al sentirme atada a aquellos monitores, por lo que me arranqué la intravenosa al igual que me quité la mascarilla de oxígeno. Tenía algunos vendajes alrededor de mi cuerpo pero esos decidí dejarlos para no ocasionar algún problema mayor.

Tomé fuerzas y me levanté de la cama, en cuanto mis pies tocaron el frío suelo un escalofrío me recorrió. Me coloque de pie y me encaminé a la puerta, en el trayecto a esta estuve a punto de caerme pero logré estabilizarme.

Tomé la perilla y la giré, levanté la mirada esperando encontrarme con el pasillo del hospital pero no fue así, en su lugar había un hermoso y amplio campo de dientes de león, este se extendía a muchos metros, no parecía tener fin. Dudé un poco en avanzar, ya que era extraño. Dudaba de que alguien hiciera una habitación de hospital en medio de un campo como este. Tal vez esto solo es un sueño, pero para serlo se siente demasiado real.

Decidí avanzar, mis pies descalzos tocaron el pasto y sentí como mis pulmones se llenaban de aire fresco. Me sentí un poco acalorada al tener los rayos del sol llenandome por completo y quise volver a la habitación en la que estaba al principio, pero al voltear hacia atrás ya no había ninguna puerta o algo que me diera algún indicio sobre aquel cuarto de hospital. Solo había campo, y muchas de aquellas flores tan curiosas.

A lo lejos logré divisar un árbol por lo que decidí ir a allá, tal vez podría mantenerme ahí hasta que supiera que era aquel lugar.

Al llegar al frondoso árbol me acerqué a la sombra que este regalaba, le di una pequeña vuelta al eje del mismo y me llevé un enorme susto al ver a una persona sentada en el suelo, para ser específicos un chico. Se encontraba recargado en el tronco del árbol mientras disfrutaba del aire que había en ese momento.

Ahí fue cuando me espanté y pensé.. Me morí? Y este es el tan famoso y anhelado cielo? ¿Él será mi ángel y todo eso? Eso sería lo más creíble al no tener idea de cómo llegué a este lugar..

Pero... ¿Yo no debería irme al infierno? Ya sabes, por aquella vez cuando niña le robe a mi mamá el dinero que sobró cuando me mandó a la tienda, y por mentirle cuando ella me preguntó que si no le había sobrado dinero. No lo sé... todo demasiado confuso.

- Oh, hola _____.

Me asusté aún más al escuchar como él sabía mi nombre, dirigí mi mirada hacia el pero él seguía con la mirada puesta en el horizonte, aunque noté una sonrisa tenue en su rostro.

- Ehm, ¿hola? - pronuncié, dudosa.

- No te esperaba por aquí, pero me da gusto verte - giró su cabeza a hacia mi, y pude ver unos, muy lindos, ojos celestes brillando levemente.

- Oh, uhm ¿gracias?... si, gracias Chifuyu - seguía muy nerviosa y no tenía idea de que decirle ni porque estaba agradeciéndole, pero me sorprendí al escucharme pronunciar su nombre tan fluidamente, tal y como si lo conociese de toda la vida, cosa que no era así.