𝟦𝟢; haitani ran.

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au¡! idol

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Llegaste al edificio con calma, preparándote mentalmente para todo lo que estaba por venir. Con anticipación te habían alertado de lo pesada que sería la semana debido a las grabaciones que estaban preparadas para esos días. Durante estos días estabas consciente de la cantidad de presión que se ejercía en ti y tus demás compañeras, pues eran básicamente las encargadas de la imagen de ellos.

Entraste al salón correspondiente y saludaste las personas que ya estaban dentro, empezaste a acomodar todo lo que necesitarías y aunque aún faltase una hora para que llegaran querías tener todo listo de una vez. Cuando terminaste te sentaste en uno de los sofás y decidiste perder el tiempo jugando a algún juego en tu celular.

Perdiste la noción del tiempo hasta que un gran bullicio y algunos, para nada, disimulados susurros te sacaron de tu ensoñación. Ya estaban ahí.

Te levantaste y te preparaste para todo. Los chicos entraron con confianza saludando vagamente a las personas ahí dentro, tratabas de estar en calma, pues, aunque llevaras tiempo trabajando ahí era imposible que no se te encendiese una chispa de fanatismo también. Lograste tranquilizarte hasta que tus ojos se toparon con los suyos logrando un contacto visual de pocos segundos antes de que tú lo rompieras.

Dejaste de pensar en eso cuando uno de ellos, específicamente Kakucho, tomó asiento en la silla que estaba frente a ti. Te miró a través del espejo antes de darte una pequeña sonrisa y hablar.

—Buenos días.

—Buenos días, Kakucho —saludaste de igual manera con una ligera sonrisa—. ¿Iniciamos?

Preguntaste recibiendo un asentimiento de cabeza de su parte. Comenzaste a preparar su piel para iniciar con el maquillaje. El concepto de ese día era algo así de las mafias por lo que el maquillaje debía resaltar las facciones de él y hacerlo lucir maduro e intimidante. Tardaste un poco en terminar, pero fue mucho más fácil ya que Kakucho cooperaba mucho y no se movía demasiado lo cual se lo agradecías.

Cuando finalizaste con él no pasaron ni dos minutos cuando ya tenías a alguien más sentado frente a ti. Al verlo rogaste mentalmente hacer todo correctamente. Te acercaste y él a diferencia del anterior no se molestó en saludar o siquiera responderte cuando le dijiste que iniciarías con tu trabajo. No dijiste nada y solo empezaste con tu trabajo. Luego de muchos minutos hablaste.

—Listo, he terminado —soltaste un poco del aire que habías estado reteniendo y te alejaste un poco para ver su rostro de una mejor manera. Sonreíste ligeramente para ti misma estando orgullosa de tu trabajo.

—Al fin, creí que nunca dirías eso, te demoraste demasiado.

Bajaste la cabeza apenada ante sus palabras, esperabas algo como eso por parte de él porque conocías su personalidad y estabas consciente de que algunas veces solía ser más brusco de lo normal y hoy parecía ser uno de esos días, aun así, no pudiste evitar sentir una incomodidad en tu pecho.

—Se dice gracias, Sanzu.

Levantaste la cabeza al escuchar que una voz gruesa llamara la atención de quien estabas atendiendo. Era él. La única persona por la que seguías en ese trabajo.

—Como sea.

Sanzu, rodó los ojos y se levantó para irse solo que al momento de pasar a un lado de ti accidentalmente te golpeó con su hombro. Antes de poder reaccionar Ran ya lo había tomado del brazo con un poco de fuerza viéndolo de manera recriminatoria.

𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora