𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 ━━ 𝐭𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬

𝟢𝟣𝟥; baji keisuke.

Lenguaje explícito.

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Llevaba el tazón con cuidado, lleno de comida para llevárselo a "ungaii", el gatito bicolor que había encontrado en la calle al regresar de la escuela. El nombre había salido debido a que ella llevaba la vista baja y pudo notar una bola de pelos al costado de la calle, el pequeño felino estaba lastimado de una patita, y ella de suerte lo notó, ayudándole y curandole esta misma. El gato al ver las buenas intenciones de la fémina, le tomo cariño. Eso acababa de ocurrir hace unos pocos días.

Emocionada con la idea de tener una nueva compañía se acercó a la acera de la calle, en dónde se suponía que debía estar el gatito, y así era, solo que no estaba solo, un joven de cabello negro y un tanto largo se encontraba acariciando al neko, este aceptando gustoso el masaje.

Ella se quedó en su lugar, tentandose en ir y seguir sus planes sin dejar que aquella presencia desconocida le distrayera. Sin embargo, también quería ir y presentarse a aquel muchacho, tal vez entablar alguna conversación para no ser descortés, pero su nula socialización con personas de su edad, le prohibía hacer aquello.

A todo esto, el pelinegro quien se había dado cuenta de la presencia femenina, decidió esperar algún movimiento por parte de ella, pero al ver que no parecía querer acercarse, él habló.

— ¿Es para el? — preguntó aún sin mirarla, acariciando al felino.

Ella tembló en su lugar al escuchar su voz, bajó la mirada apenada, e intentó hacer su mayor esfuerzo para responderle.

— ... sí — murmuró en voz baja solo para que él la escuchase.

Keisuke al entender que ella no diría más se levantó y, por fín, conecto su mirada con la de ella. Él le sonrió de manera despreocupada, ella simplemente bajó la cabeza sintiendo sus mejillas calientes, nunca había estado tan cerca de un chico.

— Bien, entonces te dejo para que lo alimentes — comentó Baji estirándose un poco en su lugar; estar en cuclillas había ocasionado que sus piernas se durmieran.

Ella se acercó penosamente hacía el gato, agachándose para poder darle la comida al felino, quién gustosamente comenzó a comer. Ella sonrió y se olvidó del chico, acariciando al animal mientras lo veía comer.

— Mhm, creo que ya me voy... — volvió a hablar Baji tratando de llamar la atención de la chica — es un lindo gatito, ¿cuál es su nombre?

La fémina se tensó al ver que el chico quería seguir hablando con ella apesar de sus dificultades al socializar, reuniendo fuerzas le respondió.

— Su nombre es ungaii... — confesó apenada.

Él rió de manera divertida, acción que hizo que la chica se colocara nerviosa, no quiso dirigirle la mirada, continúo acariciando al gato.

— Me refería al tuyo, ¿cuál es tu nombre, chica suerte? — preguntó diviertido.

Ella sintió su rostro transformarse en un completo tomate, quería que la tierra la tragara y no la escupiera jamás. Se encogió en su lugar, cuando cayó en cuenta... ¿Chica suerte? se preguntó a si misma. Trató de ignorar aquello y tragandose la vergüenza contestó.

— ____, Higuchi ____ — respondió rascando su mejilla.

— Lindo nombre — sonrió de lado - Baji Keisuke, ese es el mio — extendió su mano.

La peli___ notó la mano del contrario por el rabillo de su ojo, alzó la mirada para encontrarse con la de él. Ella tomó su mano y el hizo fuerza para que ella se colocase de pie, la joven comprendió la acción y se dejó llevar, al estar de pie estrecharon sus manos, a todo esto ellos seguían con la mirada conectada, soltaron sus manos.