Capítulo 4: Igual al café más puro.

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"Mira las estrellas, mira como brillan para ti" Yellow-Coldplay

Después de que Lourdes tuviera una larga charla con Ariana, tratando de convencerla que ella estaría bien al quedarse con aquella muchacha rubia, y luego de unas cuantas muecas de preocupación por parte de la ojinegra dudando en si irse o no, finalmente le entregó su número celular a la castaña diciéndole que si algún inconveniente se presentara, la llamara con urgencia, solo de esa manera pudo marcharse con algo de tranquilidad.

Lourdes no tenía miedo de quedarse sola con la rubia, no la veía capaz de hacerle algún daño físico. Al menos eso esperaba. Pero si temía por las palabras que pudiese llegar a decirle. Después de todo, ella había narrado acerca de su enfermedad a la rectora enfrente de ella. La ojicafé sabía con lujo de detalles su situación. Lourdes tenía miedo de que pudiese llegar a decir algo hiriente. Algunas palabras crueles, como las que todo el mundo le decía y que por más que ella tratara duro de restarles importancia, igualmente se iban acumulando una por una en algún rincón de su ser para luego estallar en un momento determinado.

Lourdes se sentó en uno de los pupitres, esperando por la llegada de la ojicafé. Observó por la ventana que daba hacia el patio de la escuela y suspiró. Este estaba completamente desértico. La suave y tranquila luz naranja del atardecer daba contra las tristes y grises baldosas. La castaña supuso que serían algo más de las seis de la tarde. Le pareció raro el hecho de que su madre aún no había pasado a buscarla como lo hacía todos los días, así que sacó su celular fijándose si había algún texto de ella y efectivamente allí había uno. Gabriela le explicaba que no podría pasar por ella porque debía quedarse en casa de una compañera de trabajo, que tendría que volver a casa en autobús. Lourdes bufó molesta, no le agradaba para nada aquel medio de transporte.
Permaneció con su vista en el fondo de pantalla de su perrita de su celular, jugando un poco con las teclas, cuando la puerta se abrió repentinamente.
Y allí estaba la chica rubia, con su sudadera bordó, unos pantalones claros y sus tontas Vans con sonrisas dibujadas en tinta. Lourdes soltó un pequeño suspiro sin darse cuenta.

-No te quedes con esa cara de idiota, ¿Qué esperas? Vamos a buscar al conserje para que nos dé sus malditos artículos de limpieza. Quiero terminas con esto lo más antes posible- La rubia se dio vuelta saliendo del aula y Lourdes asintió al mismo tiempo que daba un pequeño brinco bajándose de la mesa para seguirla.

Una vez que ambas tuvieron los productos de limpieza en mano, se dirigieron a la planta baja para empezar a limpiar desde los salones de primaria.
A pesar de ser salones dedicados a niños pequeños, las aulas de primaria lucían tan oscuras y tristes como las suyas.
Pintura gris y blanca descascarada cubría las paredes, aquel lugar le provocaba escalofríos a la castaña y dudó en si algún día podría llegar a acostumbrarse a eso.

La rubia abrió la puerta con una pequeña patada entrando con algo de dificultad mientras cargaba sus cubetas de agua y desinfectantes. Lourdes por su parte llevaba los secadores, esponjas y cepillos.

-Bien, todo tuyo- Soltó la muchacha mientras apoyaba las cubetas en el frío piso.
Lourdes carraspeó y la miró con incertidumbre. ¿Acaso la ojicafé planeaba dejarle todo el trabajo a ella?

-No me mires de esa forma tan estúpida ¿Qué esperas? Apúrate o estarás aquí fregando pisos hasta las 10 de la noche-
Se giró sobre sus talones para marcharse cuando Lourdes la detuvo levemente tomándola de su sudadera. La chica se dio la vuelta observándola de manera hosca.

-¿T-te puedes quedar? Solo a hacerme compañía, yo haré todo el trabajo, no te preocupes...- Lourdes hablo con vacilación y nerviosismo.

Una gran sonrisa arrogante apareció en el rostro de la rubia al instante.

Our star | martuli G¡P (adaptación) | [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora