Capítulo 11: Antes de conocerte el universo conspiraba nuestro encuentro.

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"Do you see her?" I say, that's my love, my lifesaver, my sunshine, "She's the reason i'm alive"  But he doesn't know that..."

Lourdes bajó las escaleras a paso presuroso al oír un estruendoso ruido provenir del living.

-¿Mamá?- Volvió a llamar a su progenitora esperando que fuese ella la provocadora de aquel fuerte ruido.

Sus ojos viajaron rápidamente a la pequeña mesa ratona que yacía tirada con las patas hacia arriba en el suelo. Las pastillas y revistas que reposaban encima de ella estaban desparramadas por todo el piso. Una fresca brisa chocar contra su espalda le provocó escalofríos y Lourdes giró velozmente, la puerta delantera estaba abierta de par en par.

-Oh dios...- Sus ojos se abrieron por el pánico. Los habían entrado a robas, y el corazón de Lourdes se congeló por un momento. Cerró la puerta con brusquedad para dirigirse a la cocina buscando algún elemento filoso.

-T-tengo un cuchillo, e-es mejor que se vayan quienes sean antes de que llame a la policía- Amenazó con voz temblorosa. Sus rodillas se debilitaban a cada paso que daba buscando encontrar algún objeto faltante, pero todo estaba en su lugar, algo que le pareció bastante intrigante, solo la pequeña mesa ratona estaba volcada, pero las demás cosas parecían intactas.

Se quedó quieta sentada en el sillón abrazando sus rodillas y esperando por la llegada de su madre. Cualquier mínimo sonido la alteraba y Lourdes comenzaba a impacientarse.

A la media hora, el ruido de las llaves intentando abrir la puerta la hicieron sobresaltar, caminó de puntillas colocándose detrás de ésta con el pequeño cuchillo en mano. Debía estar atenta ante cualquier movimiento.

-Ya llegué cariñ... ¿AH! ¿LOURDES QUE RAYOS?- Gabriela chilló al ver salir a su hija salir bruscamente detrás de la puerta con el pequeño elemento filoso en manos.

-¡Mamá, nos entraron a robar!- Lourdes soltó con nerviosismo tomándola de la mano y arrastrándola hasta la escena de los hechos, donde la pequeña mesa aún yacía tirada en el suelo.

-¿Qué cosas dice Lourdes?- Gabriela arrebató el pequeño cuchillo de las manos de la castaña y se dirigió a la cocina para guardarlo en su respectivo lugar.

-¡Es enserio! Cuando tú te fuiste, apenas unos minutos después, escuché un gran estruendo y bajé y la mesa estaba tirada y la puerta abierta y ¡nos robaron mamá!- La castaña soltó mezclando un poco las palabras en su torpe relato. Su madre acarició su cabeza despeinándola un poco y esbozó una tranquila sonrisa.

-Debes estar con fiebre otra vez amor, date un baño y acuéstate, eso ayudará a que te calmes un poco-

Lourdes bufó al ver la relajada reacción de su madre, ¡Estuvo a centímetros de la muerte! Quién sabe las horribles cosas que le hubieran hecho esos desgraciados ladrones, pero ella actuaba tranquilamente como si todo eso hubiera sido producto de la imaginación de su enferma hija. Justificando con su enfermedad para todos les hechos que habían sucedido.

Subió las escaleras pesadamente, dando fuertes golpes contra cada uno de los escalones en señal de fastidio y cerró la puerta tras ella en un impetuoso golpe, Se echó de barriga a la cama, esperando que una larga siesta pudiese calmar su enojo.

~

Al salir de esa enorme casa le provocaba nauseas, Martina quedó merodeando por la ciudad.

Necesitaba pensar, necesitaba tranquilidad, y en su hogar era más que obvio que no lo tendría, por lo que decidió caminar un rato.

En esos momentos ya había anochecido por completo y los grandes faroles junto con carteles luminosos de algunas tiendas daban vida a la ciudad.

Martina se sentó en un frío banco de mármol situado frente a una cálida panadería que desprendía un aroma exquisito.

Our star | martuli G¡P (adaptación) | [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora