"Your eyes, your lips, your voice, and your words attract me like the sun, the stars, and the planets gravitate towards each other"
Martina despertó sobresaltada y con una terrible jaqueca que parecía carcomerle la cabeza lentamente, la resaca comenzaba a invadir su cuerpo.
Se sentó lentamente en la cama improvisada en el suelo y entró en pánico al no saber dónde se encontraba, sus ojos bien abiertos viajaron hasta el mueble viejo enfrente suyo, luego por el gran ventanal, y finalmente en la muchachita castaña que descansaba plácidamente en una cama a su izquierda.
¿Estaba en la casa de Lourdes? ¿Cómo diablos había terminado allí? Martina no recordaba absolutamente nada de lo ocurrido la noche anterior, el último recuerdo que había retenido su mente era de estar frente a la barman pidiendo incontables tragos de una extraña bebida azul y ya no recordaba más.
Se levantó rápidamente del suelo y salió a toda prosa de la habitación sin hacer ruido, no podía ni quería estar en esa casa ni un minuto más.
Luego de bajar a un paso muy lento las rechinadoras escaleras, agradeció al cielo que la castaña no le haya puesto llave a la puerta de entrada, por lo que pudo salir sin problema. El frío otoñal de madrugada la recibió helándole los huesos, el cielo estaba tintado en bellos tonos azules y violáceos informando que aún faltaba tiempo para el amanecer.
Caminó lentamente por las solitarias calles con cientos de preguntas en su mente. ¿Qué había sucedido la noche anterior? Y lo más relevante de todo ¿Por qué había terminado en la casa de Lourdes? Martina sólo esperaba no haber dicho u hecho algo malo en su corta estadía, temía haber hecho algo de lo que luego se arrepentiría. Se sentó en una de las bancas del parque y decidió dormir un poco más, el terrible dolor de cabeza no la dejaba pensar claramente, ya luego tendría tiempo para responder sus preguntas, ahora el sueño la vencía poco a poco.
~
Una respiración molesta chocando contra su rostro hizo despertar a Martina. Al abrir lentamente sus cansados ojos lo primero que observó su vista fue una gigante bola de pelos rubios frente a ella, lanzó un chillido vergonzoso que parecía al de una niña de primaria y se levantó con brusquedad de su banco para observar a un gran Golden Retriever que la observaba con inquietud y con su lengua babeante fuera.
-¡Kimi, eso no se hace, ven aquí!- Un hombre de mediana edad, quién Martina dedujo sería en dueño del perro, llamó demandante al animal y este obedeció velozmente.
-Perdón por el susto amiga, Kimi es muy juguetón a veces, aunque es inofensivo, no hay de qué preocuparse- El hombre aviso desde la lejanía.
-No hay problema- Martina respondió limpiando los restos de baba en su rostro, le agradaban los animales, por supuesto que sí, pero a diez metros de distancia. El hombre se alejó lentamente con el perro (ahora con su correa puesta) y Martina soltó un gran suspiro. Aún era muy temprano y la resaca todavía invadía su cuerpo fatigándola hasta de respirar. El sonido de su celular en el bolsillo la hizo sobresaltar, y sacó torpemente el aparato sosteniéndolo entre sus manos. Era un texto de Angie.
"Amiga, si no te das prisa llegarás tarde, la rectora te tiene fichada hace tiempo, tienes demasiadas llegadas tardes, apúrate. A"
-Oh, ¡Mierda!- Martina echó a correr por las solitarias calles rumbo al colegio, le importó poco su deplorable estado, sus ropas con aroma a alcohol y sexo, sus ojos cansados, y sus despeinados cabellos, ya estaba advertida hace tiempo por la rectora en sus llegadas tardes. Sabía que la vieja mujer no la perdonaría una vez más, por culpa de sus llegadas tardes ya había repetido dos veces el año, y aunque se sentía algo intimidante al ser la única alumna con dieciocho años en su clase, ya no le parecía gracioso que todos sus amigos se graduasen y ella continuara allí, ahora estaba decidido, ese año se graduará con Angie y no volvería a perder más años.
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Our star | martuli G¡P (adaptación) | [Terminada]
Fanfic"6 billones de almas en la tierra, y coincidir..."