"...Ahora me gritas desde el cielo pero te encuentras con mi alma, conmigo ya no intentes nada parece que el amor me calma..."
Lunes 6:00 a.m.
-"Ariana, siento mucho lo del otro día, me comporté como una idiota...lo siento. L."
Lo primero que Lourdes hizo al despertar en la mañana fue mandarle un mensaje a Ariana disculpándose por la horrible estupidez que había cometido. La ojinegra solo trataba de protegerla y ella la había tratado pésimo. Después de todo, Ariana había estado mucho más tiempo en la escuela que ella, era obvio que sabía exactamente el comportamiento de Martina y su personalidad, ¿Por qué había sido tan tonta?
Al instante de haber enviado el mensaje su celular comenzó a sonar y Lourdes se abalanzó hacia el pequeño aparatito esperando que Ariana la haya podido disculpar.
-"No te preocupes, todos cometemos idioteces en la vida ¿Verdad? Estás perdonada castañita (:"
Una autentica y cálida sonrisa apareció en el rostro de Lourdes y la alegría volvió a llenar un poco su corazón haciendo a un lado los hechos ocurridos con Martina.
-"Gracias. (:"- Tecleó rápidamente enviándoselo.
Se incorporó sonriente de su cama echándole un vistazo al dinosaurio de felpa verde que la observaba desde una vieja silla.
-Buenos días Raviol- Lourdes se acercó lentamente hacia el dinosaurio tomándolo entre brazos y lo apretujó contra su cuerpo.
El pelaje de Raviol era áspero debido a los años, pero poseía el aroma a la colonia de "Los pequeños Looney Tunes" que la castaña usaba cuando era una cría y por eso le agradaba tanto abrazarlo. Si Lourdes cerraba los ojos podía regresar a sus cuatro años, el aroma estaba tan intacto que tenía miedo de lavar el antiguo peluche, razón por la cual, Lourdes creía, se debía su color verde oscuro, de igual manera, Lourdes se rehusaba rotundamente a lavarlo.
Aquella mañana Ezeiza había amanecido con un tibio sol que era acechado por oscuras nubes. El viento hacía bailar los desvestidos árboles, y haciendo que las pocas hojas que aún cubrían algunos de ellos, salieran volando en la lejanía. Un típico día otoñal.
-Buenos días bella durmiente- Gabriela asomó su negra cabellera en la pieza entrando con una bandeja con jugo de naranja y algunas tostadas que apoyó sobre el regazo de Lourdes cuidadosamente -¿Lista para volver a la escuela?- Preguntó alegremente mientras llevaba ambas manos a su cintura, regalándole a su hija la más pura de sus sonrisas.
-Pues...no, pero debo ir de igual forma-
Lourdes soltó muy débilmente. Sabía exactamente qué era lo que le esperaba de ese día y no estaba preparada. Ya casi que podía escuchar retumbar la risa de medio colegio en sus oídos, riendo estrepitosamente del video de su humillación que Martina seguramente ya habría repartido por toda la web. Más burlas, más risas burlonas, más llantos, más dolor...
(...)
Al entrar en la institución, Ariana la esperaba con una de sus sonrisas dulces en el rostro.
-¡Hey Lourdes!- Ariana saludó atrayendo a la castaña en un abrazo.
-Hey Ariana...-
Lourdes trató con todas sus pocas fuerzas de devolverle la amable sonrisa, pero por más que tratara, su sonrisa salía como una horrible mueca de tristeza.
-¿Está todo bien?- Inquirió la pelinegra con preocupación al ver a su amiga tan destrozada.
-Sí. Todo bien. ¿Vamos entrando?- Soltó tratando de evadir el obvio tema que flotaba en el aire.
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Our star | martuli G¡P (adaptación) | [Terminada]
Fanfiction"6 billones de almas en la tierra, y coincidir..."