"Y no existe el mañana, y todo lo que tenemos es el aquí y el ahora. Estoy feliz de tenerte, tú eres todo el amor que necesito de algún modo. Es cómo un sueño, aunque no estoy dormida, y no quiero despertarme nunca..."
Un mes después.
El invierno ya había arribado a la ciudad hace algunos días, a su paso había teñido de blanco casas, árboles y calles. La fría gélida nieve adornaba todo el paisaje anunciando que pronto llegaría la tan esperada navidad.
Martina acomodaba sus guantes y su bufanda de lana, esperando al frente de la puerta del instituto por la salida de la castaña; eran las 4:55, y ella no tardaría en salir.
Desde que su padre la había echado de la casa, había estado viviendo en un pequeño pero cómodo departamento en los suburbios de la ciudad, allí en dónde había mayor concentración de tiendas y departamentos. Había decidido dejar la escuela después de pensarlo mucho, y después de unas cuantas protestas por parte de la castaña y de las demás muchachas. Sabía que había sido una pésima idea después de tanto esforzarse por no tener faltas, pero era la única opción que le había quedado. Su padre pagaba el alquiler del departamento, era cierto, pero ella debía mantenerse y mantener al orden las cuentas de la luz, agua y gas, por lo que decidió buscar un pequeño trabajo. El local de comidas rápidas no le dejaba un dineral, pero le era suficiente como para abastecerse y de vez en cuando darse unos pequeños gustos para ella y para su novia castaña.
El timbre que anunciaba la salida de los estudiantes sonó y la multitud comenzó a salir. Martina buscó entre la muchedumbre los perfectos ojos verdes de su novia, pero era algo complicado de hacer entre tantas personas.
Distinguió el inconfundible cabello azul de su amiga Angie y sonrió anchamente; suponiendo que la ojiverde vendría con ella. Sus ojos brillaron al darse cuenta de que no se había equivocado, Lourdes venía junto a Angie, Brisa y Ariana, riendo alegremente. La castaña llevaba una bufanda que casi le ocultaba todo el rostro, un gorro gris que escondían parte de sus cabellos y un abrigo demasiado grande para su cuerpo. Martina sonrió dulcemente, su novia parecía una completa osa humana en esas prendas.
Los ojos de Lourdes se posaron en los suyos y rápidamente una enorme sonrisa de oreja a oreja apareció en su rostro, dejando al descubierto sus adorables hoyuelos. Lourdes corrió hacia Martina y la aferró en un abrazo con tanta fuerza que la ojicafé casi pierde el equilibrio.
-Hey, más despacio- Espetó la rubia mientras abrazaba a la castaña.
-Te extrañé mucho- Lourdes le sonrió dulcemente y Martina no pudo evitar dejar un enorme beso en esos labios color sandía.
-Hasta que decidiste aparecer, ¿Cuánto hace que no te veíamos? ¿Dos semanas?- Angie espetó mientras se acercaba junto a Brisa y Ariana al lugar en dónde se encontraban Lourdes y Martina.
La castaña se apartó de los brazos de la rubia para que ésta pudiese abrazar a su amiga. Angie y Martina se acercaron para atraerse en un cálido pero corto abrazo, Ariana y Brisa la saludaron luego.
-Lo siento de verdad, es que el trabajo me tiene muy agotada y la mayor parte del tiempo me la paso durmiendo debido al cansancio-
Las cinco chicas rieron.
-Esa no es excusa para olvidarte de tus amigas Benza, y a ver cuando realizas una fiesta en tu departamento; ya que vives sola, hay que festejar tu independencia- Comentó Ariana animadamente.
-Tiene razón- Agregó Brisa-Hay que darle una buena estrenada a tu pequeño piso- La pelinegra sonrió pícaramente.
-Se acerca tu cumpleaños, podemos organizar algún festejo- Añadió Lourdes.
ESTÁS LEYENDO
Our star | martuli G¡P (adaptación) | [Terminada]
Fanfic"6 billones de almas en la tierra, y coincidir..."