Capitulo 3: 10 de Abril de 2025

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Kevin 04:34am

Entre la música tan escandalosa, las risas alcoholizadas, el humo de los cigarrillos y porros que exhalan a mi alrededor, apenas me percato de lo que hago. Un Camilo Oti me mando solicitud a mi cuenta privada. No estoy seguro de si será el Camilo en el que pienso, pero al carajo, acepto su solicitud y también le mando una.

No espero a ver en mi pantalla alguna notificación de su parte. En cambio, dejo que varias manos se deslicen por mi cuerpo. Dejo que me manipulen a su antojo, colocando sus drogas a medio fumar en mis labios. Prendiendo nuevas llamas, luego de que otras se apagaran. Llenando el sauna de humo insano y alucinógeno. Llenando mis pulmones de una felicidad falsa. Dejo que todas estas manos me toquen, me arañen, me marquen. Dejo que labios de desconocidos se posen sobre los míos. Dejo que lenguas con las que nunca hable, saboreen mi miembro. Dejo que personas desconocidas me ayuden a perderme del mundo real. Dejo que mi consciente desaparezca.

∞ ∞ ∞

16:54pm

El ruido de un portazo hace que reaccione del sueño profundo que estaba teniendo. En cuanto abro los ojos todo se siente muy confuso. La cabeza me duele como si me estuviese a punto de explotar. Todo me da vueltas, mi estomago está luchando por no vomitar. Los ojos me arden, y mis parpados apenas se pueden mantener abiertos. Me siento muy cansado, con mucho calor y tengo todo el cuerpo bañado en sudor. No recuerdo casi nada de anoche. Solo que tuve una orgia en el sauna, también que hice algo con mi celular. No estoy seguro de que habrá sido.

Cuando me siento un poco consciente de donde estoy, levanto la cabeza. Solo para ver a Katy, Casey y Franco parados en la puerta. Viéndome de reojo como si fuese una especie de fenómeno que lograron encontrar.

–¿Qué mierda paso? –Exclama Fran entrando al sauna.

–No hagas tanto ruido, idiota –. Es lo único que logro articular en un murmuro levantando mi dedo medio.

–Por dios, Kin –exclama Casey –. Pareciera que te estas muriendo.

–Vamos, hay que sacarlo de acá –. Dice Katy en un susurro acercándose a mi lado.

Fran la sigue y entre los dos me ayudan a levantarme. El trayecto hasta el ascensor se hace largo gracias a la torpeza que me está dando esta resaca.

Mientras subimos al piso 12, mi habitación. Trato de mantenerme en pie usando la pared del ascensor como apoyo. Katy y Franco no paran de observarme, como si en cualquier momento pudiese explotar. Trato de ignorarlos y me sumerjo en mis pensamientos. Tal vez logre recordar como termine en esa situación tan caótica.

Lo único que llevo puesto es un bóxer, pero a ninguno de nosotros nos importa realmente. Casey está en la misma situación de desnudez, solo que ella lleva una campera encima. Es increíble que Franco conserve su ropa, suele acompañarme en noches así. La única que no participa en esto es Katy, siempre bromeamos con que ella es la mamá del grupo y nos va a mantener a todos cuando nuestros padres se den cuenta de que no vamos a ayudar en los negocios.

Para cuando entramos a mi cuarto y me tiro en la cama, recuerdo que no tengo mi celular conmigo.

–¿Quién quiere volver al piso 4 y traer mi celular? –Digo con la voz amortiguada por la almohada.

–Acá lo tengo, Kin, lo agarré en cuanto lo vi –. Responde Casey.

Se acomoda a mi lado y me deja el celular cerca. Lo primero que hago al encender la pantalla es revisar las notificaciones de Instagram.

Por ti siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora