Camilo 15:50pm
Ya paso casi un mes desde que Gael dijo que quería tomarse un tiempo. No le gustó nada la idea de que yo no me mudara con él a otra ciudad. Aunque me haya dicho que no le molestaba, su enojo se notaba mucho.
Hoy nos veremos, en una cita. Cita que probablemente termine mal. Elisa me dijo que es mala idea, mi hermanita Mag está de acuerdo con Elisa. El Universo es impresionante logrando que una adolescente y una adulta joven tengan la misma opinión sobre algo.
Nos veremos en la plaza de siempre, es del barrio y es pequeña, pero nunca va nadie a esta hora. Lo cual es bueno, porque a Gael no le gustan las personas.
Lo estoy esperando hace 15 minutos en el banco de siempre. No creo que me deje plantado, aunque lo ha hecho antes, pero ha tenido sus razones válidas, yo no lo culpo. Mis pensamientos no se callan hasta que lo veo del otro lado de la calle. Viene con su gorra de siempre, escondiendo su pelo castaño un poco maltratado por tantas veces que se lo ha planchado o teñido.
Es la primera vez que nos vemos en persona desde que discutimos, y el saludo fue extremadamente incomodo. Yo iba a optar por un abrazo, pero me tomo de sorpresa cuando con sus manos delicadas de cerámico tomaron mi rostro con suavidad. Sus ojos me miraron por un momento y su dedo pulgar acaricio mi labio inferior antes de besarme.
El beso se sintió tan familiar, tan delicada como siempre, y por un instante no quise que se detuviera jamás. Por un instante tuve la esperanza de que todo resurgiría, de que Gael entendería que mi hogar está aquí, y que podemos hacer que funcione una relación a distancia. Todos estos pensamientos positivos me inundaron como una ola de mar en verano. Hasta que se separó de mí y se sentó invitándome a estar a su lado.
Cuando me siento junto a él, parece como la primera cita, antes de todos los problemas y todas las veces que lo moleste e hice que se enojara conmigo. Parecía retroceder el tiempo antes de esos golpes que recibí por él. Pero no fue tan grave, además, eran discusiones que yo empezaba.
–Cami, mi grillito... –Sonrió al escuchar esas palabras, desde que se enero que toco el violín me llamaba su grillito, porque según él, los sonidos que producen los grillos recuerdan a los violines – Te tengo buenas noticias...
Él sonríe y yo me rio un poco.
–¿En serio? ¿Qué noticias?
–Encontré una casa en Tandil, cerca de la universidad, podemos mudarnos ahí –. Empieza a contarme emocionado y yo no quiero interrumpir su esperanza –No sería necesario que estudies, puedes seguir trabajando mientras yo estudio, sería como acá, mi grillito, podríamos estar juntos y felices.
–Pero, Gael... Ya te lo he dicho, no quiero mudarme, y menos tan lejos de mi casa... –Veo como frunce el ceño antes de interrumpirme.
–¿Cuál es tu problema, Camilo? ¿Acaso quieres que terminemos lo nuestro? Porque es la única solución que me dejas, yo tengo que mudarme, y sabes bien que no puedo prometerte serte fiel si tenemos una relación a distancia. Necesito el contacto físico como todo humano, y no me lo podrás dar.
–No, Gael, escúchame, no es eso –. Trato de explicarme bien –. Yo no quiero mudarme, yo quiero vivir en mi barrio, con mi familia y amigos...
–¿Tus amigos? No tienes a nadie más que a Elisa, –se acerca a mi abruptamente y me agarra del cuello de la remera con ambas manos –y estoy seguro de que ella hizo todo lo posible para ponerte en mi contra.
–Gael, suéltame por favor, me estas asustando...
En cuanto me escucha decir eso el enojo en su mirada se queda atrapada, pero me suelta.
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Por ti siempre.
RomanceKevin y Camilo son dos jóvenes con vidas diferentes pero con problemas igual de graves. se conocerán por la casualidad creada por el universo. juntos se ayudaran, apoyaran y recorriendo ese camino de conocerse a si mismos y al otro, un sentimiento f...