Por ti siempre.

Capitulo 14: 11 de Junio de 2025

Kevin 16:24pm

A las cinco nos vamos a encontrar con Camilo en un parque. Uno de esos en los que no hay juegos sino puros árboles, un lago y lugares donde sentarse. No le dije nada de lo que vamos a hacer, voy a llevar el libro "Al final mueren los dos" para que lo leamos juntos. Recuerdo que me dijo que está esperando un momento especial para leerlo y yo planeo crear esos momentos especiales con él. También llevare para comer, lo más seguro es que lo terminemos durante la madrugada o a la mañana. Si es que lo terminamos hoy.

Vengo de la casa de mi madre, quería hablar sobre que, según ella, sigo soltero. Y que ya es hora de que deje las fiestas y me ponga a conseguir alguien que quiera ser mi esposa con quien tener hijos, por ejemplo, Evangeline. Pareciera que cree que ignorando mi sexualidad me voy a convertir en hetero. Por suerte cerro la boca y dejo de hablar del tema cuando le conté que estoy conociendo una persona, y que su nombre es Camilo.

No debería importarme lo que mi madre piense. Pero me enoja que no me acepte, o más bien me decepciona. Quisiera que volviera a ser cercana conmigo, como cuando era chiquito y no estaba divorciada. Claro que no la culpo solo a ella, si el estúpido de August no se hubiese acostado con la zorra que se hacía llamar amiga de mi madre, todo hubiese estado bien. No habrían empezado a odiarme, y yo no me hubiese empezado a odiar.

Pero que importan esas idioteces, ahora estoy bien. Me aleje de August y solo mantengo contacto con mi mamá, claro no es muy sano, pero aun así no me abandono. Además, ahora tengo otras cosas en las que pensar, como, por ejemplo, Cam. ¿Sera que hoy es el día en el que podremos ser algo oficial? Espero que sí.

∞ ∞ ∞

17:15pm

Esta vez paso el milagro de que Camilo llego antes que yo. Ahora estamos buscando un lugar tranquilo, donde no haya mucha gente.

–¿Qué tal acá? –, dice –es un lugar con bastante sombra y la mayoría de las personas están en el lago.

–Bien.

Camilo viene bastante abrigado, tiene una campera gruesa, un gorro y una bufanda. Mientras que yo solo tengo una campera.

–Bueno, ¿Me vas a decir que trajiste? –Me pregunta.

Saco el libro de la mochila y le cuento lo que tenía planeado hacer.

–Solo a vos se te ocurre esto.

–Bien, pongámonos cómodos y empecemos, también se me había ocurrido que yo podría leer los capítulos de Rufus y vos los de Mateo.

–Está bien.

∞ ∞ ∞

12/06 06:45am

Ya estamos terminando el libro y camilo parece tener un mar de lágrimas en los ojos. Y me está maldiciendo porqué yo no estoy llorando, también de paso está maldiciendo a Adam Silvera.

–"Cruzo la calle... sin que un brazo se interponga en mi camino y me proteja." –Termino de leer –¿Y? ¿Te gustó?

–Me vas a tener que pagar la terapia.

–Bueno, tengo plata de sobra.

Camilo se seca los ojos y se empieza a reír.

–Me siento estúpido por estar llorando por un libro.

–No es estúpido, yo también lloré la primera vez que lo leí... Lo único malo es que se te corre el delineado.

–Ay, no, no traje mis cosas para arreglarme.

Sonrió, feliz de poder sacar con seguridad de mi mochila unas cosas que le compre.

–No sé del tema, pero Casey me ayudo –, Camilo mira mis manos con sorpresa viendo lo que tengo – te compre un delineador y también un espejo de bolsillo.

Camilo sonríe y me abraza para luego darme un beso rápido pero suave. Se arregla el maquillaje y empezamos a guardar las cosas. Fuimos junto al lago, Camilo se tiró al piso estirándose y me dijo:

–¿Vas a quedarte parado?

Le sonrió y me acuesto junto a él. Se queda mirando al cielo que empieza a amanecer. E ignorando todo el sueño, en lo único que puedo pensar es en que quiero besarlo otra vez. El cómo se siente el tacto de sus labios con los míos. Sentir su rostro tan cerca. Sentir que puedo protegerlo con tan solo tenerlo a mi lado. Y ahora es el momento adecuado, el momento en el que nadie nos interrumpirá. El momento especial que quiero crear con él.

Me incorporo para sentarme y le digo a Cam que haga lo mismo. Me acerco a él, y con la mano le hago señas para que se acerque también. Entonces le agarro el rostro y en un susurro le digo:

–No te asustes, tan solo te quiero...

Y lo hago, lo beso. Pero este beso es diferente a todos los otros, este beso estará marcando un punto importante en nuestra historia. Camilo no se opone, ni retrocede. En vez de eso, se deja llevar por el beso, y me sigue la corriente. Nuestros labios no quieren separarse, y nuestras lenguas se encuentran en un gran enredo. No pasa a mayores el beso, tan solo es el contacto de nuestros labios una y otra vez. Es lo único que quiero ahora.

Se siente tan bien, tan correcto. Me hace pensar que en serio vale la pena dejarme enamorar por el encanto de Cam. Por lo lindo que es, lo gracioso y amable que es. Mi sentimiento hacia él crece y aumenta como las llamas de un incendio. Parecido a el calor que siento cuando me enojo, pero este fuego dentro de mí es distinto. Porque quien prende la llama es alguien que, sí me quiere, es alguien a quien, sí le intereso, y es alguien que quiere enamorarse de mí, y arriesgarse por mí.

Llega un momento en el que nos separamos y le pregunto:

–¿Estás seguro de que quieres intentar algo conmigo?

–Quise intentar algo contigo antes, quiero intentar algo contigo ahora y seguiré queriendo intentar algo contigo siempre.

Sonrió.

–Yo también quiero eso.

∞ ∞ ∞

10:13am

Estamos desayunando en un café cercano. Ninguno de los dos mencionó que sucederá entre nosotros oficialmente, por así decirlo. Pero esas cosas ya las hablaremos, espero. Pareciera que la ciudad esta dormida, todo esta tan calmo y quieto. Es lo que más me gusta del otoño. La paz que trae, y claro que las hojas caídas también. ¿Quién no disfruta de pisotear las hojas y oírlas crujir?

Camilo parece estar distraído. Está observando todo lo que sucede alrededor. Y casi no comió, aunque eso ya no me extraña. Cada que salimos trato de que coma algo, pero siempre es una cantidad pequeña.

–Oye, Cam, ¿te sientes bien?

–¿Eh? Ah. Si. Solo, solo estoy cansado.

–¿querés que vayamos a mi casa?

–Está bien, no creo que me extrañen mucho en casa –. Dice un poco más contento, luego de un largo bostezo.

–Bien, pediré las cosas para llevar.