CAPÍTULO 22

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Amber Grey

Ver a Laia es una de las cosas que más anhelé, su embarazo ya debe de estar muy avanzado, sé por el Señor Foster que ella estuvo a nada de perder al bebé, me atormentaba todos los días con eso.

Pero ahora al fin vería si se encuentra bien, por lo que me dijo la señora de limpieza, ella y los hermanos Foster me están esperando en el jardín de la mansión.

Bajé rápidamente de mi cuarto, me he puesto un vestido y un poco de maquillaje. El maquillaje es mi mejor aliado, no puedo dejar que vean lo demacrada que estoy.

—Hermana—grita Laia apenas ve mi figura asomarse a unas pequeñas bancas en donde se encuentran esperándome.

Mientras corre a mí, lo primero que noto es su barriga, está mucho más grande de lo que me esperaba.

Apenas llega me envuelve entre sus brazos, bueno lo que pudo considerando que tiene una gran pelotita frente a ella.

—Lo siento, lo siento, te prometo que mejoraré, no fue mi intención que te ocurriera todo eso, lo lamento hermana.

—No estoy molesta Laia, no fue tu culpa tranquila, eres mi hermana, jamás te podría odiar —-acaricio su cabello—ahora déjame ver esa pancita—se separa de mí y me enseña con orgullo su embarazo.

—Está muy grande, ¿Verdad?—Laia se ve tan feliz de verme de nuevo.

—Lo está, ¿Sabes si es niña o niño? -pregunto.

—Aún no, quería que lo supiéramos todos juntos así que estábamos esperando a que volvieras para saber el género—mis ojos se humedecen, me alegra verla así ,tan emocionada,tan ella —pero ya regresaste, ahora si vamos a poder saber si es una princesa o un príncipe... Ven vamos con los chicos.

Me jala hasta los bancos que se encuentran en el jardín y me sienta a su lado. Cruzo algunas unas miradas con Keiner.

—¿Qué ocurrió con tu cabello hermana? Recuerdo que siempre me decías que no te gustaba el cabello corto, que jamás te lo cortarías.

Sabía que llegaría esa pregunta, pero es un tema que quiero dejar enterrado, porque aún recuerdo ese día, como uno de los peores ...

~~~2 meses atrás ~~~

—El Señor Foster me comunicó que le contestaste mal, recuerdo haberte dicho que eso traería consecuencias, me pidió específicamente, que te diera un castigo—comunicó el grandulón que cuidaba de mí.

—No le dije nada malo—ya no quiero que me golpee, más de una vez terminé tan inconsciente que tuvieron que llamar a un doctor para que me atendiera de urgencia.

—Eso no es lo que me dijo el jefe, pero tranquila está vez no te golpearé.

Todo mi ser se tranquiliza, mi cuerpo probablemente ya no soportaría eso.

—Te enseñaré a respetar de otra manera, se puede decir que otra forma de castigo.

Llega al rincón donde me encuentro, me agarra del cabello tan fuerte que tengo que contenerme para no gritar del dolor.

—Suéltame!!!ya no me hagas esto, por favor.

—Ni los golpes, ni las descargas eléctricas te hacen entrar en razón, así que probemos otra técnica—me responde con aquella sonrisa diabólica que siempre muestra.

Su puño envuelve mi cabello jalándolo con fuerza haciendo que suelte quejidos de dolor.

De un solo empujón me estrella con la pared de la habitación—No te quejes, si no quieres que te haga esto deberías quedarte callada, callada, me oíste—afirmo sin refutar por el dolor que ahora se apodera de mi —Vamos a ver—empieza a rondarme—Necesitas un cambio de Look—saca una tijera de su bolsillo.

Amber ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora