—¿Regresó Keiner?! —es la décima vez que se lo pregunto a Rocío, la señora de limpieza.
—No señorita, estoy al pendiente, pero el señor no ha entrado.
Ya casi es media noche, se fue desde muy temprano y sigue sin aparecer.
El teléfono que Benjamín me regaló comienza a vibrar, solo tengo su número, por lo que debe ser él.
Subo corriendo a mi habitación, cierro la puerta con seguro.
Contesto antes de que la llamada se corte—¿Benjamín?
—¿Quién más podría ser? -sonrió al escuchar su voz.
—¿Cómo te fue con Yami, dime que te disculpo por lo gilipollas que eres, a veces.
Yami es la novia de Benjamín, llevan apenas una semana, pero él está super colado de ella, todas las noches me hablaba de lo mucho que le interesaba, me hacía muy feliz saber que lo que pasó entre nosotros no impedía que volvamos hacer esos niños que eran inseparables y se contaban todo.
—Después de mandarle varios audios en la madrugada llorando, lo hizo—me dice apenado.
Suelto una risa—¡¡Por Dios, necesito escuchar esos audios!! Aunque como tu mejor amiga, debo decirte que tienes muy poca dignidad eh.
—Ya lo sé-admite fastidiado—Pero no te llamaba para te burles de mí. Quería desearte Buenas noches como siempre.
Es cierto, siempre lo hace—En ese caso, Buenas noches para ti también, hombre de poca dignidad.
—Eres muy molestosa cuando quieres. No te olvides de llamarme, te quiero.
—Y yo, Descansa... —me despido y cuelgo rápidamente, ambos sabemos que no podemos hablar por mucho tiempo.
Ya es muy tarde, pero no puedo descansar sin saber dónde se ha metido Keiner, ¿Tendría que esperarlo? Si claro que sí.
Aprovecho que estoy sola y me pongo el pijama, un pequeño vestido de seda tono pastel.
Una vez lista para dormir, me pongo una bata y salgo de la habitación.
No voy a dormir hasta que Keiner llegue, así que me recuesto en un pequeño sofá que da directo a la puerta principal, y me predispongo a esperarlo, aquí podría ver perfectamente cuando llegue.
Lo que no calculé muy bien, es que de verdad estoy muy cansada, por lo que lucho para mantener los ojos abiertos, parpadeo varias veces, me siento, me vuelvo a recostar, me muevo, pero todo eso es en vano...
~Keiner Foster ~
El reloj marca más de media noche, ese idiota me tardó más del tiempo esperado.
No me costó mucho encontrarlo, con su apellido fue bastante fácil y más cuando eres uno de los jefes. Antes no pude hacer nada por Amber, ya que papá prohibía que me den información, pero eso ha terminado.
Aún recuerdo cómo me suplicaba...
******
—Señor, yo solo cumplí las ordenes de su Padre, por favor— repite y repite
—Mira Hernández, cierra de una vez la puta boca que ya me tienes cansado. Tu jamás debiste haberle puesto una mano encima a mi mujer. Ahora como el hijo de tu jefe, te haré pagar lo que le hiciste.
—Pero Señor... Yo solo la educaba... No me haga daño... Quíteme estas cadenas.
—Al único que hay que educar, es a ti, pedazo de animal, tan grandulón y miedoso, debería darte pena—Respiro tratando de controlarme—Supongo que Amber también te suplicaba que no le hagas daño ¿No es así?, dime, ¿alguna vez la escuchaste? ¿Dejabas de golpearla cuando ella te lo pedía?
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Amber ✓
Teen FictionSolo quería recuperar a su hermana, anhelaba salvarla, lástima, solo se hundió ella también. Amber se adentrará en un mundo desconocido, con un lado perverso, lleno de secretos y mentiras. Aunque todo cambiará cuando se descubre hambrienta de deseo...