6. Idiota

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PABLO

Ocho de la mañana, me despierto con un dolor intenso en la cabeza. Apago la alarma de mi móvil pegándolo fuerte, y cuando veo la hora que es, me doy cuenta que he ido reponiendo la alarma desde las siete de la mañana. Me levanto de golpe y me pongo directo en una ducha exprés para despejarme. Entonces me recuerdo de anoche, he tomado bastante en el evento adonde Ylaina la chica que conocí en el avión me invitó. Y ahora, en la ducha, tengo una duda. Me saco el jabón rápidamente, pongo la toalla a mi vuelta, salgo del baño aún empapado y la veo ahí de pie, semi desnuda mirándome mientras se muerde el labio inferior.

Cojonudo, Pablo. Cojonudo. 

Ylaina estaba sentada a mi lado en el avión. Me habló sin más, no me sentí como Pablo el cantante, pero como un tipo normal con quién una chica ligaba y poco a poco fuimos jugando. Su padre era al dueño de la más conocida cadena de discotecas de Miami y ella era abogada. Se parecía a Daphnée, su alegría, su risa que se transmitía y su cuerpo adonde quise perderme. 

Tenía ganas de Daphnée, y me dejé ir en la ilusión que era ella. ¿Sigo con los auto aplausos, capullo?

Me invitó en la noche a un evento en una de las discotecas de su padre, volvimos al hotel y la invité en mi habitación. Desde la llamada que tuve con Daphnée adonde cachondeamos, me encendió. Ya cuando hablamos hasta las tres de la mañana, su voz susurrando a mi oído, jugando conmigo me hizo perder un poquito la cabeza. La foto que me envió de su cuerpo tampoco ayudó. Antes de dormir tuve que correrme para relajarme. Pero el cerebro necesitaba piel, otra piel, tenía ganas... sí... Pero ahora te sientes como una mierda ¿verdad Pablete?

-Hola guapo -me dice en inglés.
-Hola Ylaina... -le contesto buscando una salida sin parecer un capullo total.
-Ya sé que estas con prisa, también tengo una reunión. ¿Nos vemos esta noche?
-Es que esta noche no puedo, lo siento... Es que ayer... -empiezo. 

¿Ayer qué, chaval? Te tropezaste sobre ella y la follaste repetidamente accidentalmente ¡No me jodas! ¿Qué vas a inventar ahora?

-Ya... no te preocupes, me hago una idea -dice, dándome la espalda para rebuscar sus cosas-. Sois todos los mismos. 

-Hombre... No digas eso. Creo que buscábamos los dos la misma cosa ayer, es lo que me dijiste en el avión.
-Sío... -me contesta, casi pillada en su propia trampa.
-Lo siento Ylaina, es que tengo alguien.
-Qué suerte tiene -me dice con un tono sarcástico, touché.
-Bueno... estoy empezando a conocer alguien -intento justificarme, el sarcasmo tiene su lógica, si tanto tengo alguien le vengo de poner los cuernos.
-Tranquilo, no me debes ninguna explicación -me dice terminando de vestirse-. Tienes razón ayer fuimos bastante claros con lo que queríamos. 
-Bien. Lo siento. De nuevo.
-Hasta la próxima Pablo.
-Hasta la próxima Ylaina.

Cuando sale de mi habitación, cruzo mi reflejo en el espejo del corredor. ¡Que asco de tío ere, joder! 

Hubo un momento que me iban bien estos encuentros, estos polvos, me relajaban, me permitían de vivir mi vida tranquilamente sin demasiado pensar. Pero ya hace tiempo que estas relaciones no me llenan, que los polvos me dejan esta resaca enfermiza el día siguiente. Pero hoy es peor, esta vez me dejó un gusto amargo y sé exactamente porqué.

Saco el móvil que uso para Daphnée y veo que no hay llamadas, ni mensaje. Ayer cuando llegué a Miami llegaba tarde para mi encuentro con João, el futuro guitarrista que participará en mi álbum. Y como Ylaina estaba conmigo, solamente le envié un mensaje rápido para decirle que había llegado, pero no me contestó. Y ahora empiezo a sentir el peso de la culpabilidad en mi espalda. 

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora