24. Primer Halloween

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Londres, Lunes 31 de Octubre de 2016
MAGALI


-Oye -me dice Ganesha susurrando, antes de ponerse una mano entera de cacahuetes en la boca y continuar la boca llena- Está pasando bien la corriente, esto es muy bueno ¿no? -me guiña dándome codazos.

Está hablando de Pablo y Elián que están jugando juntos al football en la terraza del piso de Pablo. Finalmente cancelamos el alquiler de mi piso, y nos quedamos con este. Obviamente porque las vistas sobre los edificios de Canary Wharf son magníficas, por la terraza y por el Jacuzzi.

Saco el pastel de Halloween de la caja de cartón, es negro con calaveras de colores, Pablo se encargó de ir a buscarlo, y no habrá ido en el super de abajo, visto la calidad de la crema y de la decoración. Me miro en el reflejo del horno, mis orejas de gatita también son regalo suyo, a par con la colita, para ir con la temática del día. En el reflejo también me sorprende mi sonrisa, a sabiendas que mi cuerpo está pagando factura de una semana sin comer, la borrachera del otro día, la excitación de esta mañana, y el sexo sin tregua que llevamos con Pablo desde que dos días.

Sonrojo solamente de pensar en cómo nos pilló la llamada de la Nona. Estábamos aprovechando justamente del Jacuzzi, cuando sonó mi móvil, lo cogí y cuando me dijo que podía escaparse con Elián unas horas, ya que la niñera le había pedido unas horas por asuntos personales ¡¡Fue Coitus interruptus!! Me levanté de golpe, dejando Pablo en toda su gloria solo en el Jacuzzi, me vestí y salí a buscar decoraciones para la casa.

Me río sola... recordándome de la pseudo escena que me hizo, desnudo, glorioso, en el medio del salón en plan : "¿Y ahora? ¿Qué hago yo con esto?" mostrando su erección a todo Londres. Mi risa no tiene control... mientras pongo el pastel en la mesa de la terraza y miro mis hombres jugar. "Mis" hombres... como suena eso. No creo haberlo pensado nunca. Saboreo el momento, y lo marco en un rincón de mi cerebro para los días más oscuros.

Pablo está guapísimo, tiene la máscara de Batman, lleva puesto unos vaqueros y un jersey negro de Massimo Dutti que fuimos a comprar, ya que con la prisa de venir a verme no había cogido nada de cambio de ropa. Y le va como un guante, se puede adivinar, bajo la tela, sus pectorales de infarto, y aún me sorprende ver lo fuerte que es comparado al Paco que conocí. Del otro lado, mi hijito, guapo, el pelo demasiado corto para mi gusto, llevando el disfraz de zorro. Los dos con una sonrisa maravillosa, riéndose y retándose. Ganesha tiene razón, se llevan de maravilla. Pablo sería un buen padre... y un buen marido.

Cuando Elián llegó, nos dejó en primero un momento a solas. Al principio no quisimos que Elián sepa con quien yo estaba. Pero finalmente, decidimos que así estaría más tranquilo de saberme acompañada. Después que se nos calman las lágrimas, y que Elián se queje un poquito de lo que no iba en casa, nos pusimos a reír sobre el disfraz que le había comprado Kate, a sabiendas que estaba embarazada pero que no tenía ni idea de lo que le gustaba a los niños de hoy.

-Janu... -le dije, sentándolo en la cama de la habitación, y poniéndome de cuclillas delante de él- ¿te recuerdas del chico con quien hablaba y me hice amiga?

-¿Está aquí? -me preguntó rápidamente.

-Si... pero antes que te lo presente te tengo que decir algo.

-Si mamá.

-Este chico, es alguien muy especial, y tiene que ser un gran secreto entre nosotros.

Elián me miró, y con emoción me cogió en sus brazos. Lo que me sorprendió bastante. Cuando se deshizo de mi abrazo, tenía lágrimas en sus ojos.

-Tenía miedo que estés sola mamá.

Tragué fuerte, y lo cogí en mis brazos fuerte, tan fuerte que hasta pensé que iba matarlo de tanto apretar. Elián siempre fue un chico bastante especial, y tenía tanto miedo que Lucas lo rompa, lo cambie.

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora