23. Te explico todo...

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Londres, 
PABLO

Llegué a las cinco de la tarde en el edificio adonde Magali tenía que estar alquilando un estudio. Lo que no había planeado, cuando hice esta locura, era llegar a delante de un edificio de 20 plantas con cuatro apartamientos cada una. Llamé su móvil varias veces al llegar, y le escribí dándole mi ubicación. Mi intención no era sorprenderla, lo mío era imponerme, que me vea, que sepa que yo estaba ahí con ella. Pero seguían mis mensajes sin ser leídos, y mis llamadas sin ser contestadas.

Sentía una mezcla de enojo y frustración subiendo en mi garganta, cuando una señora mayor se puso adelante de mi para abrir el portal. Con toda mi buena educación posible le toqué el hombro, y me preparé a hablarle en inglés...

-Good afternoon, madam...

La señora se giró asustada y sacó en castellano: "Joder... que susto..."

-¿Habla usted español? -le pregunté sorprendido. Siempre me olvido de que Inglaterra tiene esta mezcla de nacionalidades.
-Si, claro hijo... -Me dijo sonriéndome- ¿necesitas ayuda?
-Si... es que tengo una amiga que alquila un piso durante unos días aquí en este inmueble y ...
-¿No serias Pablo Alborán, verdad?

Siempre necesito tiempo cuando me hacen esta pregunta. Aún tengo la duda de que si la persona y yo nos conocemos, o si me conocen por ser el cantante. No estoy seguro de que esta sensación pase o si quizás un día tendré adquirido el hecho que me conocen solamente por ser el cantante... Pero de momento, siempre me quedo parado, mirando la persona intensamente a ver si logro identificarla en uno de mis archivos mentales. Lo que pasa también, es que en el espacio de 8 años, llevo conociendo tantas personas nuevas, y a veces para ellas fue un gran momento, y para mí solamente fue un encuentro más. Esto de ser una celebridad, es complicado en situaciones así, porque tienes que ser bien educado y a veces tengo que improvisar alguna mentira para que la persona no se siente del todo mal que yo la haya olvidado.

Pero esta señora, no me sonaba de nada.

-Si... si lo soy... -contestó rápidamente, sonriéndole.
-Mi nieta lo adora. Tiene usted mucho talento.
-Gracias... ¿Quiere que le haga un mensaje en su móvil para su nieta?
-Oh... ¿podría hacerlo? No quería molestarle... -Me dice cogiendo el móvil de su bolso.

Entramos en el edificio ya, y le hago rápidamente un mensaje a Lola, su nieta, con la esperanza que esto me servirá de algo para encontrar a Magali. Estoy jugando al nieto perfecto, a ver si con algunos puntos, la señora me ayude de alguna manera en encontrarla. Le devuelvo el móvil a la señora, no antes de hacer un selfie con ella, que hace quejándose que no está bastante arreglada. Y de golpe me hace pensar en mi abuela, siento un nudo en mi garganta por un pensamiento tonto; nunca hice selfie con mi abuela, ni con mi abuelo. Los móviles en aquel entonces no eran los que tenemos hoy. La señora me saca de mis pensamientos.

-Perdóname hijo, pero con esto ni te he ayudado con lo tuyo. Hay varios pisos de alquiler aquí en el edificio. A veces la lían parda con fiestas y borracheras, intentamos prohibirlos, pero es imposible. No sabré decirte en qué piso está tu amiga, era eso que me querías preguntar...

Mierda...

-Si... eso era. Pero no se preocupe -le contesto ya buscando otra manera de encontrar Magali.
-Bueno, no sé si te puede ayudar. Pero es la misma persona que viene para abrir todos los pisos, lo sé porque mi hija vino a visitarme con toda la familia y habían alquilado un piso aquí mismo. Es que no es una mala idea esto del alquiler de pisos, así les he podido hacer unas comidas buenas, y podían entrar y salir de su piso a mi casa sin problema. En fin. Podría llamarla para ver si me puede dar alguna información.
-Sería usted todo un ángel si pudiera hacerlo -le digo con más animo que nunca.
-Vale -dice sacando su móvil de su bolso de nuevo y llamando.

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora