25. Esto es nuestro

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Barcelona,
PABLO

Estamos esperando en el lobby de Business Class del aeropuerto de Barcelona, sentados en un sofá, agotados. Hemos cogido uno de los sofás que da la espalda al resto de la sala, justo delante de una televisión, sin nadie que me pueda reconocer o tomar fotos indiscretas. Son las 11 de la noche, hay poquita gente a estas horas en los aeropuertos, además la gente suele ir cansada y no fijándose mucho. Pero mejor tomar precauciones.

Estos días en Londres fueran un poquito de aire fresco y de libertad, he podido pasearme totalmente incognito, pero ahora ya estamos "en tierras conquistadas" como dice Magali para burlarse de mi tendencia paranoica.

La miro dormida bajo mi brazo, su frente fruncida y mi alma se ilumina. Prefiero que se lo lleve a la ligera. Después del episodio del fotógrafo de Lucas pillándonos en el chiringuito, temía que impacte demasiado Magali y que le corte esta ligereza que tanto necesito ahora en mi vida. Pero no. Sigue empeñándose en burlarse de mí, y hacerme ver mi paranoia. Me doy cuenta en estos momentos que no estoy con MI Magali, pero con MI coach personal, aunque siento que intenta controlarse y siempre acaba riéndose de ella misma. Me hace bien... lo siento en todos los poros de mi cuerpo, nunca, de todas las mujeres con quién he estado, me he sentido tan a gusto, tan directamente bien, como si siempre hubiera hecho parte de mi vida, como si todo era una evidencia.

En la sala Business, solamente se escucha una música de fondo, las televisiones dan las noticias de Euronews en sordina; en los Estados-Unidos se están preparando las elecciones, entre Donald Trump y Hillary Clinton, mucha presión. Sonrío pensando en el estado en el cual se pone Magali cuando se habla de esto, Trump le da asco... A quién no.

Y eso me envía directamente en mi familia que dejé ahí en Miami para atraversar el oceano y venir a buscar Ella. No puedo parar de mirarla, y tiene este efecto instantáneo en mi boca, verla ahí la boca semi-abierta, la frente fruncida como concentrada en su sueño, una sonrisa se dispara en mi cara. Le pongo el pelo bien y apoyo su cabeza a mi hombro, a lo cual reacciona cogiendo mi brazo como si fuera una almohada y acomodándose a mí.

Lleva puesto un sweater des estos extra grandes, con una bufanda enorme y unas medias opacas con sus botas Uggs que le encanta. Es su ropa para los viajes largos, me explicó toda la teoría: que las medias le dejaban toda la flexibilidad posible, la bufanda servía de manta, y se podía esconder entera dentro del sweater. Me río al recordar cómo me demostró lo último, haciéndose desaparecer debajo del sweater.

Desde que nos fuimos de Londres no para de quedarse dormida en cada rincón; en el Uber, en la cama los 15 minutos que tomé para ducharme rápidamente en el hotel, y ahora está dormida en mi hombro en el sofá. Está agotada, y tiene todas las razones de estarlo, apenas llegamos aquí que tuvo que ir a ver sus padres, preparar sus maletas, ir a su centro, organizar, llamar todas sus clientas de nuevo. Lo más agotador, son las explicaciones sin fin que tuvo que dar a todo el mundo, con la preocupación de no entrar muchos en detalles, para esconder mi identidad.

Se peleó con Gwen; vete tú a explicar a tu mejor amiga que sales con un antiguo amor de Málaga, que vive en Madrid, y que ahora te vas a vivir a Miami, cuando tu hijo está en Londres. Mucha información sin lógica, en poco tiempo, y todo esto sin poder mostrar una foto de mí, que tanto pide Gwen.

Sin hablar que la distancia con Elián sigue comiendo su instinto materno. No puedo esperar que Janet le dé el móvil al niño, para que Magali pueda al menos comunicar con él. Finalmente, no ha podido encontrarse con el niño esta semana, y tendrá que hacerlo la semana que viene, y estas son cositas que desestabilizan Magali. Quedarse sin poder comunicar con su hijo es lo peor de todo, la agota estar en una perpetua búsqueda de lo que podría hacer para solucionarlo todo, además de las horas que pasa al telefono con la abogada.

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora