62. Llámame

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Pablo

Dormido en el sofá del salón, siento algo frío en mi mano. Cuando me giro veo Magali sentada en el sofá a mi lado, poniendo una bolsa de hielo en mis nudillos. Me giro lentamente y me asiento dejando mi mano en el regazo de sus piernas. El salón solo está iluminado por una pequeña luz que tenemos en la cocina y la del pasillo. Son las luces indirectas que dejamos encendidas siempre.

-Gracias... -susurra, mirándome en los ojos fijamente, y sonriéndome.

Se levanta para ir a la cocina, me levanto atrás de ella, se gira con el pote pequeño de aceite de coco que siempre va poniendo en todas las heridas. Coge un poquito y me lo pone en los nudillos, haciendo desaparecer el estiramiento de las heridas. Me mira y me sonríe antes de poner el pote en su lugar. Está vestida como llevaba para viajar para Miami, un sweater enorme y unas medias espesas. Cuando mi mirada llega a su cara, me sonríe de nuevo dulcemente, se acerca a mí. Me mira en los ojos, me mira los labios, la oigo tragar, no nos tocamos, pero puedo sentirlo, su deseo.

-Magali...

-Shhh... -susurra, acariciando sus labios a los míos, pasando su mejilla contra la mía antes de susurrarme mientras su mano acaricia mi sexo a través de la tela- Házmelo, por favor... Y no seas tierno...

El orden enciende todas las partículas de mi ser, desde mi alma hasta la punta de mi pelo. Si las palabras podían regalar orgasmos, estas serían unas de ellas. Agarro su nuca, nos miramos, y veo su sonrisa, la de Ella, la que sabe lo que sus palabras despiertan en mí.

-La palabra de seguridad... -digo, con todas las conversaciones que tuvimos, de palabras claves que podría utilizar en caso le de otro pánico.

-No necesitaré palabra de seguridad... -me dice, acariciando su boca contra la mía- Porque me lo pusiste claro antes... Que no estoy en peligro.

La beso y adentro mi lengua en su boca, saborearla de nuevo es puro éxtasis. Su boca responde con delicia, con deseo. Parte de mí tiene miedo, pero Magali me muerde el labio inferior. La levanto del suelo y la empujo contra la pared. Me deshago de su sweater, y me sorprende que no lleve sostén. Trago cada uno de sus pechos, mordiéndolos, la escucho gemir, y lo veo... el miedo... Cojo su cara entre mis manos.

-Abre los ojos... Mírame... Ella... -susurro, pegando fuerte el interruptor de la luz, dejándonos a plena luz.

Magali me mira, y asiente y me besa con pasión, los ojos abiertos.

-Ella... Llámame no pares de llamarme... -susurro, mientras enredo sus piernas a mis caderas y la llevo sobre la isla de la cocina donde la dejo, yo entre sus piernas abiertas.

-¿Que te llame? -dice, sonriendo, confusa.

-Nómbrame, di mi nombre...

-Pablo... -susurra entre nuestros besos, sonriendo, volviendo.

-Ella... -susurro, mientras mis dedos entran en sus medias y se adentran en ella, dándome cuenta que no lleva braguita- Acabaras matándome mi Ella.

-Paco... -susurra, sonriendo, dejando su cabeza caer atrás de placer.

-Espero que hayas comprado otras medias mi amor... -digo, moviendo mi pulgar contra su clítoris y los dedos junto en el pedazo de carne tierna en su interior, sé que me dejará la mano empapada, mi mano y toda su ropa.

-Paco... -dice agarrándose a mi, sus uñas en mi espalda, mordiéndome el cuello.

Cuando finalmente siento todo su cuerpo tenderse, la agarro fuerte, mirándola.

-Has nacido para el placer Ella... Y me aseguraré de recordártelo cada día de mi puta vida...

La siento colapsar entre mis brazos, y mi mano se empapa de su placer. La violencia de estos orgasmos es tan fuerte que Magali necesita unos momentos para recomponerse, lo sé, le beso la boca dulcemente, la nariz, los ojos, la frente. La cojo en brazos y me la llevo a la cama para que emerja tranquilamente. Pero me hace perder el equilibrio y caigo a su lado, antes de ponerse a horcajadas sobre mi. Sus medias mojan mi pantalón. Me mira y es la visión mas bella que vi en mi vida.

-Magali no voy aguantar mucho...

-Como si yo aguanté horas...

Se ríe y me besa, cogiendo mi sexo, bajándose para estar de rodillas entre mis piernas, y lo adentra en su boca caliente. Pero no es lo que quiero, ya me lo dio estos días para no tener que hacerlo conmigo. La agarro por la muñeca con fuerza para que suba y cuando está a horcajadas sobre mí, rompo sus medias, Magali sin esperar me adentra en ella, y gemimos los dos de placer. Magali empieza un vaivén sin tregua, me recuerda aquella noche, cuando lo hicimos. De golpe se para, me incorporo y la agarro contra mí, mi brazo detrás de su espalda para hacer el vaivén más fuerte, sentirla más y la beso.

-Llamame ELLA... -le ordeno.

Nada...

-LLAMAME -le grito.

-Paco... Paco... Paco...-susurra a cada embestida, cerrando los ojos.

-Mírame... Ella... -digo, mordiéndole el labio.

-Paco... -gime, sus ojos clavados en los míos.

-Recuérdate en el hotel de Barcelona, Ella... mi Ella... -digo, siguiendo agarrando su nuca para que me mira con una mano y mi brazo tirándola cada vez mas fuerte hacia mí, adentrándome más- Recuérdate como nuestros cuerpos, después de tantos años se reconocieron. Como lo hicimos toda la noche como si nunca lo hubiésemos dejado... Nuestros cuerpos están hechos el uno para el otro, hablan el mismo idioma ¿Me oyes?

-Si... Pablo...

-No hay nada ni nadie que nos va a separar... Me entiendes Ella... Te quiero... Te amo... ¿Me entiendes?

-Si... -dice, apoyando su frente contra la mía- Soy tuya...

-Eres mía...

-Soy tuya desde aquel banco en Benalmádena.

-Eres mía desde que naciste Ella... Has nacido para mí... -le susurro y siento como su cuerpo se tensa, y las pulsaciones a la vuelta de mi sexo me llevan directamente al placer.

...

Desnudos en la cama, la cabeza de Magali sobre mi pecho. Llevamos el día aquí encerrados todo el día, mirando películas y series en Netflix.

-Me iba a la furgoneta -me dice.

-¿Perdona? -le pregunto, sorprendido.

-No me iba a trabajar, me iba a la furgoneta para dormir. Estoy siempre cansada, tenía vergüenza de decírtelo. Y... era el único lugar que me sentía segura. No sé porqué. Y también... Terminar un libro.

-¿De leer un libro? -le pregunto.

-No... de escribirlo...

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Bueno... ahí termina la maratón (que es así que vi que los otros lo llaman... eheheh).

Valevalevale... el ultimo es corto... Pero... agradecer que no os dejé al de antes... Noy soy tan mala... jejeje

Vuelvo con los últimos capítulos lo antes que pueda!

Abrazos !

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora