Saturno En La Tierra

1. Pasos por Barcelona

Hola a tod@s (si es que alguien me lee), bienvenid@s a mi primero libro Saturno en la Tierra, AKA mi primera novela compartida oficialmente.

Ya sé que hago muuuuuchos errores, es que el castellano no es mi idioma, juju, y les prometo que estoy trabajando en ello.

Os rueeeeego de rodillas que no me roben mi trabajo o me lo destrocen.

A parte de esto os dejo aprovechar de la lectura y no olvidéis de votar, comentar y gustarles.

Mwaaaks

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PABLO

Vengo de salir de mi cita con el equipo de "Luna y la otra", la empresa encargada del marketing digital del álbum por venir. Estoy excitadísimo por lo que se habló y sobre todo las ideas que tuvieron para promover el álbum son geniales, tengo aquí un equipo excepcional. Marc, es un gran profesional, la comunicación fue muy buen, entendió rápidamente que después de 2 años desaparecido quiero sorprender mi familia de fans. Y con este equipo van a flipar.

Miro rápidamente la hora, son las siete de la tarde, aún me queda tiempo para relajarme un poco antes de volver al hotel. Me pongo los auriculares y miro en el mapa de mi móvil a cuanto estoy de la Torre Agbar; quince minutos caminando, ahí vamos. 

Me pongo la lista de novedades mundiales de Spotify; hoy es uno de estos días que necesito músicas nuevas. Es como una droga; nuevos sonidos, nuevos ritmos, nuevas voces, nuevas melodías, nuevas letras. Con el botón de mis auriculares hago rápidamente la selección entre las varias proposiciones que me regala Spotify. 

Unos toques secos y cortos de guitarra dan un ritmo, me quedo un poco más. La guitarra y el piano tienen este efecto en mi vientre; mariposas, un poquito como antes de una primera cita. A veces me provoca una aceleración cardiaca o se me corta la respiración de lo mucho que me llega a emocionar la música. Se junta la curiosidad de lo que está por venir, de lo que salió de la mente y del alma de otro artista. 

Es alucinante darse cuenta de la capacidad del ser humano a crear sonidos, juntarlos y hacer magia. Miro rápidamente mi móvil: "Attention" de Charlie Puth, ya me había encantado "One call away", hace parte de una de mis playlists, este cabrón es buenísimo. 

Una angustia me coge el plexo, y me aprieta la garganta; en unos meses mis canciones estarán peleando con esta y miles de otras en la radio y en todas las plataformas. 

Cierro los ojos un segundo, respiro fundo y intento centrarme en las calles que cruzo.

Imposible. 

La duda me atrapa en un monologo sin fin. 

Es mi sexto álbum, y ya debería estar acostumbrado a esta incertidumbre, este miedo, estas dudas. Pero no. Cada álbum es lo mismo, y para este siento aún más presión porque habré desaparecido durante casi dos años. 

Pero... Era eso o morir. 

El ritmo frenetico entre las promociones, las giras del otro lado del mundo, los viajes, las entrevistas, los encuentros con los fans en los aeropuertos y donde esté, era un sin parar. Subir al escenario se había transformado en una experiencia dulce-amarga, ya no había placer. Mi vida se había convertido en un pozo vacío sin fin que no lograba llenar, ni con mi música, ni con el amor de mis fans, ni con el equipo. Echaba tanto de menos mi familia que era ahogante ciertas noches. Y, para colmo, era la soledad de habitaciones de hoteles vacías que intentaba llenar con relaciones rápidas y desesperadas sin mañana dónde encontraba más vacío aún.