Saturno En La Tierra

9. Paco

Mismo día

MAGALI

Estoy sentada en la mesa del restaurante del hotel W, y me regalo un momento mío. Aprovecho de cada detalle de la velada; la mesa en la cual estoy sentada, inspiro y me lleno de toda esta felicidad y sobretodo de este alivio. Gwen está jugando con Elián, mi padre y mi madre se están riendo de las muecas que hace mi pequeño, las luces de Barcelona a lo lejos, el mar.

Estamos todos vestidos guapos. Gwen lleva este vestido negro y ceñido que tan bien le queda, y que resalta sus formas pulposas. Tanto que el camarero pasa cada vez del mismo lado de la mesa para poder aprovechar las vistas de su escote. Nos reímos cada vez que nos viene a servir algo, porque casi que nos tira los Mojitos al suelo. Mi padre lleva su camisa azul marino y un pañuelo atado a la vuelta del cuello, su pelo pegado para atrás, tiene pinta de estos actores franceses en las fotos antiguas, me encanta verlo así. Mi madre esta estupenda, brillante, sonriente, lleva un vestido negro con un chaleco de algodón colorido, sus ojos verdes resaltan con su pelo obscuro. Es la mujer más guapa del mundo. Elián ha decidido llevar uno de sus trajes de la escuela pero con un jersey y una camisa azul abajo y su pelo rubio con gomina para atrás, como su abuelo, claro. Y yo llevo una falda lápiz negra de cintura alta con una cremallera que la puede abrir o cerrar a gusto y que me llega justo debajo de las rodillas, un top rojo con tirantes finos que llevo sin sostén.

Estamos todos guapos, si... Pero lo que resalta más es el alivio, la felicidad. Estamos aquí celebrando...

Y necesito este momento. Toda la tarde he repasado estas últimas semanas, la reunión, como mi corazón palpitaba, mis manos en las de Gwen y mi padre, mi madre en la otra salita esperando con Elián. Y como mi corazón saltó de felicidad cuando el abogado dijo que Lucas solamente se quedaría dos meses con Elián; diciembre y enero. Que no podía tener la guardia porque mi madre había llevado como prueba el diario que yo le había pedido de quemar en su tiempo, y que no lo había hecho. El diario en el cual yo escribía diariamente cuando Lucas empezó a hacerme daño, a forzarme, a violarme. Gracias a ella, el juez no había aceptado la petición de Lucas de tener la guardia completa de Elián. Y que después de estos dos meses se decidiría si también tendría derecho de un mes durante las vacaciones. Sentí como cuando uno pasa al lado de un precipicio y que casi cae.

También pesó el hecho que yo esté enredada de mi familia, que Elián casi no reconozca su padre y que hable de la India como siendo su casa y el mejor lugar adonde había vivido en su vida, lo que hizo reír el juez. En fin... Ganamos. Tendré visita cada fin de semana durante los dos meses, y que cualquier maltrato o queja de Elián anularía inmediatamente la guardia a Lucas y se pondría automáticamente un orden de alejamiento.

Educadamente esperamos que Lucas saliera de las oficinas para saltar de felicidad con mamá y Elián. Estaba tan feliz que abracé un amigo de Marc que se acercó a nosotros con él, creo haber entendido que era el famoso Pablo pero sinceramente no había nada de importante, solo quería saltar de felicidad y abrazar todo el mundo.

Y cuando salimos reservé habitaciones, reservé el SPA, reservé una mesa en el restaurante para sacarnos de toda la tensión y celebrar correctamente. Y aquí estamos ahora, felices y relajados, todos juntos. Elián está feliz, lo convencí que le serviría para perfeccionar su inglés, y que tendrá más aventuras que contar a su colegio cuando vuelva. También le dije que tendrá un celular "secreto" para llamarme en caso de emergencia, y que vendría cada fin de semana posible.

Gwen me saca de mi pensamiento...

-Hoy ha sido un día increíble. Aunque claro, no he logrado librarme de Elián aún -dice riéndose con Elián- es broma... te vamos a echar de menos nene, y tú te has librado de tu mamá pegajosa y de tati Gwen... y además, hemos conocido a Pablo...
-Olééééé... -hacemos todos mientras levantamos nuestras copas al cielo para hacer salud.