72. Saturno en la tierra - Fin

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Cinco años mas tarde 


MAGALI

Miro Pablo con Emma en sus brazos, es la hija de su papá, siempre pegada a él cuando puede; en los ensayos de los conciertos, en el estudio, en casa, fuera... Emma aprovecha de cada momento para estar con Pablo.

-Mamá es una princesa... -dice, mirándome los ojos llenos de estrellas.
-No cariño... -le dice, alejando un mechón de pelo que me caía sobre la cara, sus ojos llenos de deseo- Tu madre es una reina.
-¿Sí? -dice Emma ilusionada.
-Sí... -contesto- Tú eres una princesa.
-Y yo soy el rey.

Pablo enreda su brazo a mi cintura. Me río y saco el celular para hacernos una foto en el espejo. Tiene razón Emma, nos vemos como en un cuento. El vestido de dama de honor es largo hasta los pies, hecho de una tela que parece seda, color crema oscuro, la cintura debajo de los pechos y los dos tramos de tela cruzándose en un torcido hasta mi espalda, dejando mi espalda solamente cruzada por la cuerda de tela y mis pechos subidos por la tensión. Y a mi lado Pablo lleva un esmoquin de tres piezas y una camisa de color negro. Más que Reina y Rey nos vemos como una de estas parejas en las películas; elegantes, fuertes, intimidantes. Y luego nuestra niña en los brazos de su padre. Emma lleva un vestido crema también, pero la base está hecha de tule, lleva una cintura marón.

-¿Mamá? -me llama la voz rota de Elián entrando en el salón de la suite que tenemos con nuestros hijos.
-¿Qué pasa cariño? -le digo arreglando el pelo de mi hijo.

Elián lleva el mismo traje que Pablo, añadiendo madurez a mi niño de casi 14 años. Su pelo más largo en la parte de arriba, medio encaracolado, rubio como su padre. Con los años cada vez más las similitudes se ven. Sé que las trabaja también Elián, para acercarse a su padre, para hacerse mayor también.

-Estoy nervioso...
-¿Qué pasa? -dice Pablo, preocupado.
-No sé si voy a lograr.
-Has estado practicando noche y día hijo, lo vas a lograr. Lo has hecho perfectamente al menos las ultimas 100 veces que nos lo hiciste escuchar -dice Pablo, cogiendo Elián bajo su brazo escondiendo su cara teatral de cansado antes de guiñarme.
-A mi me parece perfecto las ultimas veces que nos lo hiciste escuchar.
-Ya.. Pero sois mis padres...
-¿Qué necesitas? ¿Quizás necesitas un gran profesional, músico desde los 9 años, cantautor, con más de mil conciertos en su espalda? -digo, en plan dramática.
-Yaaaa... -dice Elián ya preparándose para lo que va a venir.
-¿Lo necesitas? -Pablo dice.
-Síííííí -grita Emma, que conoce la broma.
-¿Sí? -me pregunta Pablo.
-Anda, dale... Antes que salgamos de aquí...

Pablo me da Emma, que se agarra a mí sin dejar de mirar su padre riéndose ya en antelación a lo que viene.

Pablo pasa sus dedos por su cara como si pasara una cremallera y la va bajando por el medio de su cuerpo, haciendo un "bzzzzzit", cuando llega abajo, finge sacarse de una piel transparente con asco.

-Eish... Quién es este don nadie... Puak... -dice dando patadas a su piel imaginaria en el suelo con desdén y luego nos mira, en primero a mí haciendo cara excesiva de seducción- Heyyyyy Sexy lady... ¿Tienes novio? -dice acercándose a mí para darme besos.
-Síí tiene novioooooo -dice Emma, protegiéndome.
-Pero quién es esta princesita... ¿Le puedo dar besitos babosos?
-Aiiiii nooooooo babosossss nooooooo -grita Emma protegiéndose en mis brazos y yo sigo el juego.

Elián pone los ojos en blanco, pero no puede resistir a la risa cuando se acerca Pablo a él, caminando como un don Juan exagerado, mirándose en el espejo como si fuera prepotente.

-Hey Chaval... -le dice a Elían- Soy Pablo Alborán! Sabes que tocas de maravilla... Quieres hacer los conciertos conmigo? Necesito un pianista...
-Papáááá... -se queja Elián cuando Pablo lo coge y le hace cosquillas.

Saturno En La TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora