𝗟𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗮 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮... 𝗡𝗼 𝗧𝗮𝗻 𝗕𝘂𝗲𝗻𝗮.

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Josephine, Demetri, Eli y Miguel escuchaban atentamente las palabras de la consejera, algo aburridos por supuesto, y apostaban a que nadie la escuchaba, solamente aquel grupo de amigos.

—–El ciberacoso no es gracioso, enviarle un mensaje cruel a alguien puede ser tan hiriente como decírselo en la cara. —Josephine e Eli se lanzaban una bolita de papel para distraerse. —–No mencionaré nombres, pero, el otro día una madre llamó porque su hijo lloraba luego de que unos chicos se burlaran de su deformidad facial.

Josephine miró atónita a la consejera luego de escuchar sus palabras, notó como Eli se encorbaba tratando de hacerse chiquito. La sonrisa que tenía hace unos segundos, no estaba mas.

—–¿Si sabe que después de ese absurdo comentario los ataques solamente aumentarán? —pregunta Josephine llamando la atención de todos en la cafetería. Incluidos, sus amigos en la mesa, su hermana y Aisha. —–Los cavernícolas de esta escuela no van a entender por solo escucharla hablar de todas las razones por las cuales el ciberacoso es una mierda.

—–Señorita LaRusso, le pido que cuide sus comentarios. —la consejera baja su micrófono.

—¿Por qué? ¿usted lo hizo luego de lo que acaba de decir?, hasta parece que lo hizo a propósito. —con la valentía al mil, Josephine se puso de pie. Defender a Eli era algo que ella haría cuántas veces sean necesarias. —–No fue muy ético de su parte, "no diré nombres" pero luego simplemente lo dice así sin más.

—Señorita LaRusso, no sé lo que esté pasando con usted, pero no creo que quiera que su intachable conducta quede manchada por solo unos segundos de rebeldía.

—–No es rebeldía, es empatía. En esta escuela todos son una mierda y ustedes los docentes se hacen a los ciegos, vaya escuela.

—Siéntese ya, señorita LaRusso.

––¡Esta escuela apesta! -golpea la mesa con sus manos.

Josephine voltea los ojos y se sienta nuevamente, sus amigos la miran algo sorprendidos. Y todos estaban igual, Josephine LaRusso jamás había hecho algo así, se la pasaba alejada de los problemas, porque su padre le había enseñado que debía hacerlo, debía evitar todo y enfocarse en obtener buenas notas.

—–Si estas cansado de que te molesten, mi dojo de karate busca reclutas... Aunque, la invitación es para los tres.
dice Miguel

—–¿De verdad? ¿Invitas a Josephine LaRusso a practicar karate cuando su papá es el campeón del all valley?
Demetri lo mira impactado. —–Wow Jo, creí que todos conocían a tu papá.

—–Jo, ¿tu papá practica karate? —pregunta Miguel algo confundido. El ecuatoriano había escuchado algo de un campeón de karate de Reseda, pero no tenía idea de que era el papá de la chica que comienza a gustarle.

—–Practicaba. —se encoge de hombros desinteresadamente. —–Nos entrenó a mi hermana y a mi, pero luego lo dejó y hasta ahora sigue sin volver a retomarlo. Yo sin embargo, continuo practicando cuando tengo tiempo, pero no es lo mismo hacerlo sola.

—–Si en algún momento sientes que te falta una dosis de karate con compañía, cobra kai está abierto para ti. —Miguel dirige la mirada a la ojiverde, quien le dedica una cálida sonrisa en agradecimiento.

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𝙏𝙚𝙚𝙣𝙖𝙜𝙚𝙧𝙨. || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶. ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora