𝗤𝘂𝗲 𝗟𝗮𝗥𝘂𝘀𝘀𝗼 𝗦𝗲 𝗝𝗼𝗱𝗮.

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JOSEPHINE Y MIGUEL estaban haciendo algo de ejercicio por la mañana, justo antes de la clase en el dojo, amaban estos pequeños momentos dónde podían pasar tiempo juntos, Miguel y Josephine aprovechaban cada segundo para terminar de conocerse.

--¿Rosa?, debí suponerlo. -dice Miguel mientras trota justo a lado de Josephine.

--Debí suponer que era muy predecible. -josephine ríe al ver su conjunto deportivo, color rosa pastel.

--No eres predecible, eres especial.

Josephine sonríe y ambos siguen trotando, terminan haciendo una carrera de quien llegaba antes al dojo, la cual, Josephine ganó.
En cuanto Jhonny los vió, los puso a hacer lagartijas, la actividad menos favorita de la rubia, pero igual debía cumplir.

--¿Listos? -pregunta Johnny.

--Si, sensei.

Ahora los tenía parados frente a un lanza pelotas, la meta era esquivar las pelotas. Para Josephine era fácil, pero quién estaba ganándose muchos pelotazos, era Miguel. Jhonny paró la máquina, la segunda parte del entrenamiento, era una práctica con Johnny, Miguel iba bastante bien, se veía una gran mejoría en su técnica y Josephine lo veía con los ojos brillosos del orgullo, hace poco Miguel no sabía absolutamente nada del karate.
Miguel de alguna manera logró derribar a Johnny, lo cual hizo que Josephine se sobresaltara. Pero Johnny, al ser derrotado, lo único que pudo hacer fue presionar el botón haciendo que una pelota golpeara a Miguel.

--¿Que?, ¡Eso no fue justo! -exclama Miguel desde el suelo. Josephine lo único que hacía era reírse.

--¿Quieres una pelea justa?, sigue soñando.

--Sí, pero mi oreja... -seguía en el suelo quejándose del dolor.

--¿Y si esa pelota de béisbol fuera el amigo de tu enemigo desde atrás? Debes estar preparado para todo. -Johnny mira a Josephine, quien hace un movimiento con la cabeza para indicarle que revise a Miguel. --Déjame ver. -quita la mano de Miguel. --No, está bien, deja de ser un bebé... Bestia, vas tú.

--Síp, le patearé el trasero. -dice Josephine al levantarse.

--Sí, ya quisieras.

El ruido de la campana de la entrada, hizo que los tres voltearan. Varias mujeres entraron al lugar, con colores llamativos, una radio y tapetes.

--Son las cinco, se acerca el crepúsculo. -dice aquella desconocida señora.

--¿Que sucede? -preguntan ambos chicos al mismo tiempo.

--Tuve que subarrendar el dojo por unas horas, al menos hasta que tengamos mas personas. -dice Johnny. --Mañana empezamos contigo, LaRusso.

Johnny ya sabía que Josephine era una LaRusso, al principio no estaba feliz con la idea, la sacó del equipo dos veces y la reintegro otras dos, pero al final lo aceptó.

--El yoga es un buen ejercicio, les vendría bien. -dice aquella señora. --¿Alguno se une? -ambos hombres dicen que no.

--¡Yo sí!

Josephine corre a un lado de la señora y comienza a estirarse junto a las demás mujeres. Miguel la veía con una sonrisa, pensando en lo mucho que quería a la rubia en tan poco tiempo de conocerse. Y Johnny observaba a Jo y no podía creer que aquella rubia fuera hija del odioso Daniel LaRusso, a su gusto Josephine también lo era de vez en cuando heredó eso de su padre, pero la ojiverde era tan fácil para hacer que la gente se encariñe con ella, y Johnny no era la excepción, por mas que la moleste.

𝙏𝙚𝙚𝙣𝙖𝙜𝙚𝙧𝙨. || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶. ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora