𝙏𝙚𝙚𝙣𝙖𝙜𝙚𝙧𝙨. || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶. ✔︎

𝗣𝗮𝗿𝗮 𝗗𝗲𝗳𝗲𝗻𝘀𝗮 𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗹.

UN NUEVO DÍA y Josephine sentía que nada iría bien. La noche anterior al volver a casa, tenía a Daniel LaRusso esperándola en la sala para darle una severa lección sobre porque hizo mal al usar su karate para atacar a alguien más.

—–El karate con el que has crecido es solo para defensa personal, Jo. El señor Miyagi me lo enseñó para defenderme y yo lo pasé a ustedes para lo mismo, estuvo mal lo que hiciste. —Daniel se sienta frente a su hija.

—–Fue para defender a Aisha, estoy segura de que el señor Miyagi lo hubiera aprobado. —una molesta Josephine se levanta del sofá.

Y con las ganas de seguir peleando, mejor se fue de ahí a su habitación. Al estar lista al siguiente día, la ojiverde bajó las escaleras, con un gran outfit, como siempre.

—–¡Sam, los panqueques de banana con chocolate están listos! —Daniel nota a su hija pasar a su lado. —–Que bueno que bajas cariño, ahí hay panqueques.

—–Gracias. —sin mirarlo, Josephine continua preparando su café.

—–Jo, sé que estás molesta conmigo, y lo lamento, lamento haber desmeritado ese acto de valentía, estuviste genial... Aunque, ese barrido estuvo un poco flojo. —dice causando la risa de Josephine. —–Recuerda que...

—–Mi karate es solo para defensa personal. —Josephine lo interrumpe. —–Lo tengo, papá. —sonríe.

Daniel le dedica una sonrisa a su hija, mientras Samantha rápidamente pasaba de largo a su padre hacia la puerta de la casa, dónde se fue sin decir adiós.

—–¡Genial!, taco de panqueque. —Anthony toma un panqueque llenandolo de crema batida.

—–Vamos, amigo. —dice Daniel mirando asqueado el panqueque desbordandose de crema batida.

—Eres una bestia, Anthony. —dice Josephine comiendo un panqueque.

Daniel camina a la gran ventana donde Josephine sabía que observaba a su hermana melliza con Kyler, Amanda baja las escaleras con prisa.

—–Debo irme, pasaré a ver a un amigo a su casa antes de clases... Y después de clases iré a Tech Town para que arreglen mi laptop. —Josephine toma su mochila. —–Los veo más tarde.

Una apresurada Josephine sale de su casa, pasando a su hermana quien se abrazaba con su novio. Emprendió un corto camino hasta donde Miguel vivía, escuchaba algo de ruido dentro de la casa, pero igual tocó, y una señora abrió.

—–Buenos días, usted debe ser la abuela de Miguel, soy Josephine LaRusso, compañera de Miguel.

—–¿Vienes a ver a Miguel? —Jo solo asiente. —–Pasa querida, está en la sala con su mamá, le avisaré... ¡Miggy, una señorita muy hermosa vino a verte! —Josephine estaba un tanto confundida, ya que la abuela de Miguel había dicho algo en español, y ella claramente no lo había entendido. 

—–¡Hola, llámame Carmen!, soy la mamá de Miguel. —una señora bastante joven saluda con una sonrisa de emoción a Josephine.

—–Josephine LaRusso, es un gusto Carmen. —sonríe amablemente.

—–Los dejaremos platicar, solos... —carmen toma a su mamá de la mano y con una gran sonrisa en sus rostros, ambas se van.

—–Hey, ¿que haces aquí? —pregunta un confundido Miguel.

—–Anoche cuando llegué a casa, Demetri me dijo lo que había pasado, lamento no haberte buscado, Miguel.

—–Está bien, estabas golpeando a Yasmine en ese momento. —dice Miguel con una sonrisa ladina. —–Buenos movimientos de karate, por cierto.