𝙏𝙚𝙚𝙣𝙖𝙜𝙚𝙧𝙨. || 𝗖𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗞𝗮𝗶. ✔︎

𝗖𝗲𝗹𝗼𝘀.

EL DOJO se había mudado por un día, la clase del día sería en lugar donde hay pura chatarra vieja.

—Han entrenado duro. Se han vuelto más fuertes, duros y rápidos. Han dado lo mejor. Están listos para este torneo, ¿verdad? –pregunta Johnny. Quien estaba sobre un auto viejo.

—¡Sí, sensei!

—¡Error! –lanza su lata de cerveza hacia sus estudiantes. —¡Lo mejor no es nada! ¡Si quieren ganar el torneo de karate all valley sub-18, tendrán que ofrecer lo mejor de lo mejor! Por eso, desde ahora, tendrán lo pero de mi. ¿Entendido?

—¡Sí, sensei!

—¿Son perdedores?

—¡No, sensei!

—¿Son nerds?

—¡No, sensei!

—¿Están seguros?

—¡No, sensei! –josephine suspira.

—Yo si estoy segura, sensei. –aclara la rubia.

Johnny primero los hace brincar por unas llantas viejas, el punto era brincarlas y no caer en el intento. Josephine lideraba la fila, en la vuelta número dieciséis, Josephine salió de la última llanta, Aisha quien venía detrás de ella, cayó, causando que los demás detrás, cayeran sobre ella.

—Por favor hazme ganar. –le dice Johnny a Josephine.

—Lo intentaré.

Johnny los hizo acercarse a otro espacio en el mismo lugar, les entregó bates.

—Sus enemigos están a su alrededor. ¡Destrúyanlos!

Todos se esparcieron por el lugar, Josephine tomó su bate y comenzó a destrozar los cristales de un automóvil, dejó abolladuras y muchas más marcas. Johnny la veía desde lejos, le sorprendía lo buena que era Josephine, le sorprendía más que fuera entrenada por Daniel LaRusso y que fuera así de buena. A Johnny no le molestaba admitir que Josephine tenía todo para ser la nueva campeona del all valley, la rubia podría destrozar a todos a su alrededor si la hacen enojar. Ese es uno de los puntos malos de Josephine, su karate se hace aún mas poderoso si hay algo molestandola, Johnny para nada se aprovecharía de ello, al contrario, él solo quería cuidarla.

Si la maldad, el coraje, el odio o la venganza llegaran a apoderarse de Josephine, ella sería incontrolable. Es por eso que debían tener sumo cuidado con la chica LaRusso. Ni siquiera ella sabía eso de si misma.

—¡Vengan aquí! –grita Jonny. —Si quieren ganar, deben tener hambre de gloria. ¿Tienen hambre?

—¡Si, sensei! –Johnny les entrega un pedazo de carne seca.

—Bien. Ellos también. –sopla un silbato. Causando que varios perros comenzaran a ladrar y correr hacia ellos.

—Mierda. –murmura Josephine.

Todos comenzaron a correr, dispersandose una vez mas.

—¡No teman! ¡Huelen el miedo!

Josephine se subió al techo de un automóvil, donde veía a sus demás compañeros correr como locos en busca de dónde refugiarse. 

—Ven aquí. –ayuda a Miguel a subir. —¿Y Hawk?

Su respuesta llegó, en cuanto un grito se hizo presente, un perro había alcanzado a Hawk, y lo había mordido, en el trasero. Miguel y Jo se miraron unos segundos y comenzaron a reír sin poder parar.