Capítulo 9

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Narra Eric:

Abro la puerta del departamento y lo primero que veo es a Ainhoa llorando desconsoladamente sentada en el suelo frente el ordenador . Creo que algo malo pasó. Lo único que se me viene a la mente es que suspendió el examen. Dejo la pizza en la mesa y tomo a Ainhoa de los brazos para que se ponga de pié, me abraza de inmediato apretandome a su cuerpo. Luego de unos minutos me siento en el sofá, Ainhoa no me quiere soltar y cae encima mío , ella pone sus brazos alrededor de mi cuello y su rostro enterrado en el, mientras yo acaricio su espalda y cabello para tranquilizarla un poco. Ahora solo solloza, al fin se está calmando, me desespera no poder hacer algo para que las personas dejen de llorar.
-Tranquila Ainhoa ... tranquila, sea lo que sea todo tiene solución- le susurro para calmarla. Le eh tomado tanto cariño a esta mujer que soy capaz de pagarle la carrera universitaria completa con tal de que no vuelva a llorar, no me gusta verla así. Se separa un poco de mi y limpia sus ojos con las mangas de su chaleto, sus lindos ojos están rojos e hinchados de tanto llorar- ¿quieres contarme qué sucede o prefieres hablar después?- le pregunto mientras muevo algunos mechones de pelo que tiene en su rostro.
-Pasé... la prueba la pasé- dice y yo sonrío.
-Eso es muy bueno Ainhoa , ¡felicidades!- grito con emoción y la vuelvo a abrazar y levantar- sabía que lo lograrías, eres la mejor, cerebrito- ella el fin sonríe- tenemos que celebrarlo.
-Muchas gracias Eric - dice calmada y besa mi mejilla, nosé porqué tenerla así de cerca me pone nervioso- tú eres el mejor, gracias por ayudarme tanto.
Para celebrar la invité a cenar y pido a las 8 de la noche que debe estar lista para irnos. Llamo a un amigo que tiene un restaurante bastante elegante y discreto, tiene mesas apartadas y lugares donde nadie nos podrá ver. Reservé una de las mesas que está en una sala del tercer piso con una hermosa vista, también tiene un par de sofás donde se puede tener sexo con total privacidad, pero lamentablemente con Ainhoa no iremos a eso, aunque me encantaría. A veces Ainhoa se pone un pijama tan infantil pero tan sexy a la vez, es un pantalón rosa y una camiseta de tirantes con ositos, pero le queda tan ajustado a sus curvas, la hace ver demasiado sexy y cuando ella camina no puedo evitar mirar sus respingadas y redonditas nalgas como se mueven sensualmente. Con solo esa imagen mi amiguito de abajo despierta pidiendo  salir. Al menos unas tres veces eh tenido que usar mi mano de ayuda, y las otras veces sexo casual con alguna chica que busque lo mismo para sacarme las ganas.
Mientras iré a comprarle un teléfono ya que fué mi culpa que el de ella se rompiera , aparte nisiquiera puedo comunicarme con ella cuando no está en casa y si le pasa algo nunca sabría.

Son las 8 pm y Ainhoa aún no sale de la habitación, lleva al menos dos horas ahí y ya nisiquiera la escucho cantando o moverse.
-¡Eric!- grita desde la habitación. Entro y está frente al espejo, ¿es una puta broma?... se ve jodidamente sexy- ¿crees que me veo decente?... no quiero hacerte pasar verguenza- frunzo el ceño.
-¿Porqué me harías pasar vergüenza?- ella agacha su mirada, creo que soné muy duro- ey- levanto su barbilla- te ves hermosa Ainhoa - la hago mirarse al espejo, esa blusa con encajes y esa falda que define su silueta la hace ver tan sexy pero elegante a la vez- mírate cerebrito, eres hermosa y con la ropa que te pongas te ves bien- sonríe con las mejillas sonrrojadas- quédate así- busco el teléfono que le compré y nos sacamos algunas fotos entre risas y bromas, hasta que se lo doy diciéndole que ahora es de ella, su mandíbula casi llegó al suelo.
-¿Es una broma Eric ?, no tenías porqué haber gastado dinero en algo así, debió ser carísimo y nosé si pueda pagarte el dinero ahora- dice urgida.
-Yo te rompí el tuyo, es lo mínimo que puedo hacer, y no te recibiré dinero por el teléfono , compré ese porque me pareció bonito y así podré saber donde jodidos estás cuando te pierdes- digo alzando los hombros- o si te llega a suceder algo o a mi, así podemos comunicarnos...ya vamos, se nos hace tarde- le digo para finalizar la discusión. Sé que no está convencida pero no se lo aceptaré de vuelta ni mucho menos que me esté dando dinero por él. Rápidamente salimos camino al restaurante.

Decisiones   ~ Eric Garcia~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora