Capítulo 39

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Narra Ainhoa :
Llevo al menos 20 minutos observando el teléfono de Eric en la mesita de noche. 20 minutos meditando si los malos pensamientos que divagan por mi mente deba seguirlos o no. Luego de la llamada de Pedri no pude volver a dormir, tener ese teléfono en mis manos es una tentación enorme. Me ducho y cambio de ropa para salir a caminar y buscar una rica tarta de frutas, nunca eh sido fan de los dulces pero mi bebé me hace tener antojos de cosas que nunca pasaron por mi cabeza comer. Paso por el lado de la cama y miro de reojos el teléfono, detengo mi paso.
-¡A la mierda todo!- me digo a mi misma. Tomo el teléfono y tiene clave o huella, pero aún así se pueden ver las notificaciones. Son muchas de Instagram, varias de Twitter y mensajes de WhatsApp, pero de éste último no se pueden ver que dicen exactamente los mensajes. Sé que está mal lo que estoy haciendo, sé que estoy pasando a llevar su privacidad y que si él se da cuenta que tomé su teléfono me va a matar, pero curiosidad es mi segundo nombre asique comenzé a poner varias posibles claves y ninguna acertaba, ¡maldito Eric !, quizás que idiotez tiene de clave y mi paciencia se está acabando. En mi último intento el aparato suena y me hace saltar del susto y los nervios, lo que hace que se me caiga al suelo. Lo recojo y veo que es una llamada, "Lucy" aparece en la pantalla. Espero a que esa tal Lucy se aburra y corte la llamada para seguir con mi misión imposible, pero la muy maldita vuelve a llamar, suspiro frustrada y dejo el teléfono en la mesa, me rindo. Voy a salir de la habitación cuando vuelve a sonar con una llamada, lo veo y la misma persona llama, ¿será algo urgente?, es bastante insistente asique decido contestar pero antes de que yo diga algo escucho la voz de una mujer: "Hola mi amor, ¿qué pasa que no me contestas los mensajes?, supe que estás en Madrid y podríamos vernos de nuevo... no te hagas de rogar cariño, sé que me estás escuchando ¿no quieres repetir lo de la última vez?", siento mi corazón a mil y las náuseas no tardan en aparecer al recordar que Eric estuvo en esta ciudad hace menos de un mes. Corto la llamada y de inmediato corro al baño, vomito todo lo que comí en la comida. Me siento en la orilla del pequeño balcón para tomar un poco de aire.
-¿No tienes frío?- me pregunta Eric abrazándome por la espalda, acaba de llegar. Yo solo niego con mi cabeza- está fresco amor, vamos adentro- el toma mi mano y me lleva adentro, se sienta en la cama y me abraza- te eche de menos ... pero parece que tú a mi no- me mira y hace un puchero.

-Te llamó Lucy- digo de una y su rostro palidece- llamó varias veces y contesté porque era muy insistente, pensé que era una urgencia- me mira sin decir nada, nisiquiera se mueve y estoy segura que no está respirando- dijo que sabía que estabas aquí y que podrían repetir lo de la última vez.
-Ainhoa ... eso... ella... con ella estuve hace tiempo- dice tartamudeando.
-¿Hace tiempo cuanto?, porque hace menos de un mes viniste a esta ciudad Eric y estamos juntos hace mucho más que eso- digo furiosa.
-Cariño calmate, estuve con ella hace tiempo atrás, no estabamos juntos y la última vez que vine sí la vi pero solo nos saludamos y ya, yo estaba con los chicos y me fuí con ellos- dice nervioso- no me interesa ella ni nadie más que no seas tú amor, entiende eso, si quieres la bloqueo y borro su número para que me creas.
-Está bien- respondo esperando a que la bloqueé, pero no se mueve.

-¿Quieres que lo haga ahora?- yo solo asiento- ¿no crees que al menos merece una explicación?
-¿Porqué debería?, según tú no es importante la chica asique no importa si no le das alguna explicación- alzo mis hombros, noto que se tensa por mi actitud pero sin decir nada desbloquea su teléfono y entra a WhatsApp, tiene al menos unos 15 chats sin abrir y alcanzo a ver el icono de perfil de muchas chicas de esas conversaciones. Abre el chat de Lucy y sin leer los mensajes que habían la bloquea, borra la conversación y luego borra su contacto. Su semblante ya no es nervioso sino molesto.

-¿Feliz?- me pregunta mirándome con una ceja alzada.
-Supongo que no es la única- respondo con ironía y esa fué la gota que rebasó el vaso.
-Piensa lo que te de la jodida gana- dice molesto y se pone de pié- ahí te dejo el maldito teléfono desbloqueado, y bloquea a quién quieras, estás desesperada por hacerlo ¿no?, ¡ya estoy arto de tus niñerías!
-¡Si estás tan arto porqué me hiciste venir aquí!, mejor te hubieses quedado con tus zorras que tienes aquí y tu problema se hubiese resuelto- grito furiosa.
-¡Ya me tienes arto Ainhoa , arto!, tú y tus malditos cambios de humor, ya estoy cansado de tener que soportarlos, deja tus celos enfermizos que te hacen ver cosas donde no las hay- al escuchar eso solo hace que mi sangre hierva. Se da media vuelta y se mete en el baño, minutos despues suena el agua de la ducha. El teléfono sigue desbloqueado pero aún me queda un poco de dignidad y solo salgo de la habitación hecha una furia. Voy tan sumida en mis pensamientos que nisiquiera me doy cuenta de la gente a mi alrededor hasta que alguien me toma por los brazos.
-¡Ey, ey!Pequeña tu vas muy de loca por ahí, cálmate un poco que no vas sola- dice Pedri y quiero golpearlo- recuerda que llevas a mi sobrinito o sobrinita en tu tripa y debes cuidar de ello- termina por decir y ya no quiero golpearlo. Me abraza y me lleva a su habitación, me pregunta que pasó pero no quiero hablar, solo le pedí que llamara para que trajeran helado, no hay nada que la comida o golosinas no ayude. Me ofrece quedarme a dormir y el dormirá en el sofá, sin duda Pedri es uno de mis angelitos también, siempre cuida de mí.
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Último capítulo por hoy 💫👀
Hasta mañana👋🏼

Decisiones   ~ Eric Garcia~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora