Capítulo 37

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Narra Eric:
Llevo 2 putas horas esperando afuera del departamento de Ainhoa, ¡2 horas!. Quizás aún no quiere verme pero no era necesario dejarme así, al menos podría haberme dicho que no estaría en casa. Lo que me preocupa es que son las 9 de la noche, ya oscureció y ni idea de ella, sumándole que apagó su teléfono. Cuando mi paciencia se acaba me levanto del suelo, limpio mi ropa y recojo mi bolso para irme, y es ahí cuando la veo que viene arrastrando sus pies, el imbécil de Ferran la debe haber dejado muy agotada.
-¿Donde mierdas estabas?- le pregunto furioso, ella solo me mira seria sin responder- llevo dos putas horas esperándote, ¿que te costaba decirme que saldrías con tu noviecito?- me da enfado pensar que ella le regala su tiempo al imbécil ese, ella suspira como si estuviese arta de mí, nisiquiera nos hemos visto en dos semanas, tampoco hemos hablado por teléfono porque cada vez que la llamé, me cortaba las llamadas y los mensajes me respondía solo cuando preguntaba como se sentía o como iba con el bebé, a veces me asusta que realmente se agote de mí, que se enamore de otro y me deje definitivamente.

-No empieces Eric, no estaba con Ferran- dice tranquilamente y pasa por mi lado entrando a su departamento, le sigo sus pasos, se lanza al sofá acostada- ¿quieres algo para tomar?, tengo zumo y... agua- suelta una risita de niña que hace que mi enfado se esfume.
-zumo- digo cortante para que no crea que eh olvidado lo anterior. Ella me trae el zumo y vuelve a lanzarse al sofá, es una de sus manías que nunca entenderé- ¿me contarás donde estabas?, es tarde para que andes sola en la calle, al men...
-Trabajando- me interrumpe.
-¿Qué?- sé lo que escuché, pero qué mierda le pasa, tengo mucho dinero ahorrado y ella lo sabe, trato de calmarme porque lo único que hago últimamente es cagarla con ella-Ainhoa sabes que tengo dinero guardado, si no te alcanza o necesitas algo me lo pides y ya, no necesitas trabajar.
-Tú mismo lo dijiste, tú tienes dinero, no yo- dice seria- aún me queda dinero de la casa de mi madre pero ese dinero lo ocuparé más adelante en nuestro hijo- "nuestro hijo" se me aprieta el estómago al escuchar esas palabras, sé que también tengo participación en esto pero ¿y si no soy buen padre?.
-Pero...
-Eric- dice molesta- no dejaré de trabajar a menos que sea necesario por el bebé, asique nisiquiera lo intentes, y ya estoy cansada necesito ducharme y dormir, asique si terminaste con tus ganas de discutir te pediría que t...
-¿Puedo quedarme?- le pregunto interrumpiendola- es tarde, no vine en coche y también estoy cansado, por favor Ainhoa - duda un momento.
-Está bien- dice y rueda los ojos.
-¿Ya cenaste?- le pregunto y ella niega.
-No tengo hambre, solo quiero descansar- dice. No se mucho de embarazos pero sí sé que debe alimentarse bien, ahora que lo recuerdo nisiquiera sé si está tomando los medicamentos por la anemia. Me acerco a ella que sigue en el sofá- ¿qué haces?- la tomo en brazos y pega un pequeño gritito, rodea mi cuello y se apega a mi. Esta es la Ainhoa que me encanta, que amo y que quiero a mi lado. Extrañaba su calidez, su aroma, nada comparado con las otras mujeres con las que eh estado. La recuesto en su cama y le doy un beso en la frente.
- Quédate aquí- le digo y busco mi bolso. Antes de venir pasé a comprar hamburguesas pero cuando me iba las heché al bolso. Comemos en silencio pero no puedo evitar mirarla de reojo. Sé que eh sido un hijo de puta con ella, que la eh engañado más de una vez y que no la merezco, pero se me hace imposible dejarla, la amo y no volveré a encontrar una mujer como ella, sumándole que en su vientre lleva a mi hijo. No quiero perderla pero tampoco puedo dejar mi vida, divertirme y conocer gente nueva. Muchas veces intento solo pasarlo bien con mis amigos pero hay chicas que prácticamente se bajan las bragas frente a mí, lo acepto soy débil.

-¿Porqué me miras así?- dice Ainhoa sacándome de mis pensamientos.
-Porque te amo, porque eres hermosa, porque te eh extrañado mucho- veo como se sonrroja, su genuinidad me encanta de ella, su mirada que solo transmite tranquilidad, en toda ella no hay siquiera una pizca de maldad, por eso ella es quien tiene mi corazón.
-Ya estoy cansada- dice sacando las cosas de la cama- ¿dormirás aquí o en el sofá?- eso es un buen avance, no me hechó sino que me pregunta qué quiero.
-Aquí- le respondo y ella asiente. De su armario saca una camiseta mía... oh oh. Se quita el pantalón que lleva puesto y la camiseta, me da la espalda dejándome ver su hermoso y respingado trasero, se saca el sujetador y se pone mi camiseta, luego se recuesta a mi lado. Estaba tan relajado durmiendo con mi princesa entre mis brazos, hasta que comenzó a moverse. Restriega su sexy trasero con mi miembro, si sigue así voy a correrme en los calzoncillos . Sé que está durmiendo porque hasta murmura cosas que ni se le entiende.
-Ainhoa ...Ainhoa ...- susurro para no asustarla. Ay dios así como no despierta me la follo dormida, me tiene duro-Ainhoa despierta porfavor.
-Mmm...qué- dice de mala gana y suspiro. Se gira en su lugar y me observa con sus mejillas rosadas- ¿qué pasa?
-¿Qué estabas soñando?- le sonrío pícaro y se sonrroja aún más.
-No se de que hablas- dice y corre la mirada.
-Mira como me tienes- apunto hacia mi parte baja- te movías contra mi y murmurabas cosas- ella mira mi abultado calzoncillo pero no dice nada, suspiro y cierro los ojos intentando calmarme y que esa erección baje. Me estremesco cuando siento una mano adentrarse y tocando mi miembro-Ainhoa , no...- susurro excitado pero me come la boca, ¡joder! Extrañaba sus besos, su forma tan caliente de tocarme, todo. Se sienta a horcajadas sobre mí y comienza a moverse, necesito estar dentro de ella... ¡mierda! No, no, no.
-Ainhoa basta- se sapara de mi- el bebé... no quiero hacerle daño- suspiro frustrado.
-No pasa nada, no le haremos daño- dice mientras reparte besos por mi mandíbula y cuello, pero la tomo de los hombros y muevo hacia atrás.
-Lo siento cariño, de verdad es algo incómodo hacerlo y quizás empujar al bebé con mi... tú me entiendes- trato de explicar pero sus ojos se llenan de lágrimas y su labio inferior tiembla.
-¿Ya no me amas?- me pregunta con voz temblorosa y antes de que pueda responderle corre al baño encerrandose. Una hora me costó sacarla del baño.

Decisiones   ~ Eric Garcia~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora