—Buenos días —saludo a mis padres y a Alice que ya se encuentran desayunando.
Esta última lucen on un mejor semblante que ayer cuando hablamos, aunque aún luce triste.
—Hola cariño —mamá es quien se acerca a mi para besar mi mejilla—. Espero que hoy si tomes tu almuerzo —me riñe entrecerrando sus ojos en mi dirección.
Le regalo una sonrisa inocente antes de sentarme junto a papá quien me sonríe.
—¿Por qué dejaste tu almuerzo ayer?
—No tenía apetito —explico antes de tomar una tostada y darle un mordisco.
—Cosa muy común en las Parker últimamente —musita papá mirando a Alice.
Ella finge que no se da cuenta mientras se concentra en su teléfono.
—Por cierto Alice, esto es para Zach —indica mamá dejándole una pequeña bolsa junto a la de su almuerzo.
—Gracias mamá, seguro estará feliz —Alice le sonríe antes de volver a su desayuno.
Mi ceño se frunce ante este pequeño intercambio, pero debo morderme la lengua para no preguntar al respecto ya que se supone que estoy intentando dejar de sentirme como me siento por él.
Lo que me recuerda...
—El viernes habrá una fiesta de disfraces —dejo salir.
Mamá me mira con interés, papá frunce el ceño y Alice continúa concentrada en su teléfono.
—¿Halloween llegó tan pronto? —pregunta papá confundido.
—No, aún no es pero ya sabes que en los días anteriores siempre surgen esta clase de fiestas —explico tras beber un poco de café.
—¿Qué disfraz vas a usar? —pregunta Alice de pronto.
—Ya estamos asumiendo que Alina va a ir —dice papá con el ceño fruncido.
—Pues ya que le levantamos el castigo, no veo porque no debería ir —comenta mamá sonriendo.
—Barbara...
—Vamos cariño, déjalas que salgan y se distraigan —lo interrumpe mamá apretando su mano.
—Yo no voy a ir —sentencia Alice con voz firme.
Mamá la mira con detenimiento más no dice nada antes de mirar a papá y darle un ligero apretón en la mano, haciendo que él deje de mirar del mismo modo a Alice para que la mire a ella y le dé un ligero asentimiento.
¿Estarán ellos al tanto de lo que sucedió entre Alice y Sebastian?
—Entonces —habla Alice clavando sus ojos azules en mí—. ¿De qué vas a disfrazarte?
—No lo sé —admito—. Estaba pensando en ir con Evie después de la escuela a ver disfraces. Podrías ir con nosotras Alice
—No puedo, lo siento. Necesito recuperar el día que perdí ayer —musita haciendo una mueca.
Me molesta ver como vuelve a encerrarse dentro de si misma, resguardandose en sus estudios, evitando salir al mundo y disfrutar de él aquí y ahora, pero al mismo tiempo, lo entiendo ya que fue herida por primera vez, por la persona que se enamoro por primera vez y en parte, yo tengo la culpa de ello.
Sabía la reputación de Sebastian y aún así, cuando ella me contó sus dudas le dije que viviera, que se dejase llevar.
—Creo que de Tinker Bell te verías genial —musita sonriendo antes de levantarse—. Iré a lavarme los dientes
Alice se levanta y se encamina hacia las escaleras, papá también la imita, dejándome a solas con mamá.
—Alice tiene razón, serias una Tinker Bell preciosa —asegura mamá tomando un último bocado de su plato—. Y creo que hay un vestido verde en tu armario que te podría servir
Le sonrío contenta con la idea.
Estoy segura de que muy pocas usarán ese disfraz, después de todo muy pocas chicas de mi edad son fanáticas de Disney como Alice y yo lo somos. Seguramente la mayoría usará disfraces estúpidos que solo las hagan lucir como zorras sin que nadie pueda juzgarlas al respecto.
—Le diré a Evie que me acompañe por un par de zapatos de tacon a juego —chillo alegre.
—Te puedo traer un par de bolas de algodón del trabajo y te ayudo con las alas después si quieres —comenta ella levantándose con mi plato en la mano.
Me levanto para ir tras ella y abrazarla.
—¿Te he dicho que eres la mejor mamá del mundo?
Ella ríe, asintiendo.
—Almenos una vez por mes desde que comenzaste a ir a fiestas
—Lo digo en serio mamá —beso su mejilla antes de alejarme—. Yo también debería ir a lavarme los dientes si no quiero que papá me deje
Me doy la vuelta en el momento en que Alice está de regreso en la cocina.
—Zach está afuera —anuncia tomando la bolsa que mamá antes le había ofrecido—. Te veo en la escuela —me dice antes de acercarse a mamá.
Me alejo de ellas para subir las escaleras, pero en lugar de ir hacia mi habitación a lavarme los dientes, voy a la de Alice. Desde su ventana, puedo ver hacia la calle donde el jeep de Zach se encuentra estacionado, segundos después Alice sale de casa y entra en éste.
Suspiro dándome la vuelta para conseguir a mamá de brazos cruzados en el marco de la puerta.
—Mamá yo... Yo estaba... Yo...
—Zach es un chico maravilloso —me interrumpe ella al ver que no logro articular una excusa creíble—, pero no es un chico para tu hermana
—¿Ah no? —susurro confundida.
¿Por qué está diciéndome eso?
—Puede que al principio tanto tu padre como yo lo creíamos y lo queríamos, pero la verdad es que el amor que ellos se tienen es muy parecido al que tú sientes por ella y viceversa
—¿De verdad estas segura? —inquiero—. Quiero decir, sé que Alice está enamorada de Sebastian pero Zach...
—No está enamorado de tu hermana, de eso puedes estar segura —me vuelve a interrumpir.
La observo con ojos entrecerrados mientras sigo preguntándome porqué me dice estas cosas, porque se empeña en aclararme que nada sucede entre Alice y Zach más allá de un cariño fraternal. Y luego el entendimiento me golpea tan de pronto que mis ojos se abren y mi boca también.
¡Ella lo sabe!
Ella sabe lo que siento por Zach.
¿Pero como podría?
He sido lo suficientemente indiferente cuando él está cerca como para nadie note lo que siento por él, y sin embargo aquí está ella mirándome y hablándome como si fuera lo más obvio del mundo.
—Se te está haciendo tarde para la escuela, si quieres que tu papá te lleve ve a lavarte los dientes cariño —ella me sonríe una última vez antes de dejarme a solas en la habitación de Alice.
Suspiro derrotada.
A mamá nada se le escapa, todo lo sabe.
Salgo de la habitación de Alice para ir a la mía, cepillar mis dientes con rapidez y tomar mi mochila antes de bajar corriendo las escaleras, para encontrar a papá abrazando a mamá mientras ella le rodea el cuello y lo besa.
Esto es cosa de todos los días, a cada hora, cada vez que pueden. Estemos Alice y yo presentes o no. Ninguno de los dos deja de demostrarse jamás el amor que se tienen el uno por el otro, un amor que Alice y yo hemos presenciado desde que tenemos memoria, un amor que aunque ninguna de las dos lo diga en voz alta, morimos por conseguir.
—Busquen un hotel —bromeo haciendo que se separen.
Mamá ríe y papá contiene su sonrisa.
—Si sigues con eso voy a dejar de llevarte a la escuela —amenaza papá.
—Amenazas vacías —replico acercándome a él—. Sin mi, tu mañana iniciaría de manera muy aburrida
—La radio es una buena compañía —ataca apretando ligeramente mi mejilla.
—Dejen de pelear ustedes dos y váyanse antes de que se haga tarde
Papá vuelve a besar a mamá antes de salir y dejarme despedirme de ella, quien me rodea con sus brazos y me embriaga con esa sensación de que todo estará bien solo porque sus brazos están a mi alrededor.
—Te quiero mi pequeña hada
Río ante su apodo.
—Yo también te quiero, reina Clarion
—Por supuesto que me quieres —afirma sosteniendo mi rostro entre sus manos— pero tienes que empezar a darte cuenta que Terence no quiere a Periwinkle, al menos no del modo en que haz estado creyendo desde hace tiempo
Mi sonrisa se borra.
—¿Como es que sabes? —susurro apenas audible.
Ella besa mi frente.
—Porque soy tu mamá y siempre voy a darme cuenta de estas cosas. Solo esperaba a que tu me lo contarás por iniciativa propia
—Lo siento
—¡Alina! —grita papá desde fuera de la casa.
—Tu padre va a matarnos si no te dejo ir. Ya podremos ha lar luego, cuando te sientas lista cariño. Sabes que estaré aquí
—Lo sé —afirmo abrazándola de nuevo—. Te amo
—Y yo a ti
Corro fuera de casa y entro en el auto que papá ya tiene fuera de la calzada. Apenas me siento y me coloco el cinturón de seguridad, él arranca.
—¿Qué tantos secretos hay entre tú y tu madre? —curiosea sin mirarme.
—Estábamos hablando de que tan corto puede ser mi vestido de modo que sea sexi pero a ti no te de un infarto —comento de forma seria.
Veo como aprieta sus nudillos haciendo que se tornen blancos alrededor del volante, lo que casi me hace reír, pero me contengo.
—Si sabes que yo soy quien toma la última palabra sobre quien sale, cuando sale y como sale de mi casa ¿verdad?
Vuelvo a reprimir las ganas de reír, porque en realidad quien controla eso es mamá, pero me las arreglo para asentir.
—Bien, tenlo en cuenta para esa noche entonces
—Si señor —digo haciendo un saludo militar.
Papá me mira por el rabillo del ojo antes de reír.
—Tu madre no me pudo dar un varón, por supuesto que no. Tuvo que darme dos copias exactas de ella para que me volvieran loco
Río mientras papá se detiene frente a la escuela.
—Estoy segura de que si hubiesen tenido un varón su vida no sería tan divertida —sentencio quitándome el cinturón de seguridad—. Gracias por traerme, te veo esta noche
—Ten un buen día —me responde tras haberle besado la mejilla.
Salgo del auto y camino hacia el interior del edificio de la escuela con Boy with luv de BTS sonando a través de mis oídos, rumbo a mi casillero. Voy con prisas ya que estoy llegando un par de minutos tarde, razón por la cual los pasillos ya se encuentran relativamente vacíos mientras camino por ellos lo que me agiliza el llegar a mi casillero.
Saco de mi mochila lo necesario para mi primera clase y dejo la mochila dentro del casillero, antes de retroceder y mirar hacia mi derecha, sintiendo mi corazón oprimirse dentro de mi pecho cuando veo que una chica está frente a Zach, besando sus labios.Tengo una fascinación por hacer idiotas a los protagonistas jajajaja. Si creyeron que Zach sería la excepción a la regla, pues no, aunque creo que no llega al nivel de Sebastian.
De cualquier modo ¿como creen que eso afecte a nuestra querida Alina? Apenas aceptaba el hecho de que él no siente nada por Alice y bum, se consigue con esto.
Pd: si alguna no sabia sobre mi fascinación por Disney, creo que lo ha descubierto jajajaInicio de maratón 1/4
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Mil razones para estar contigo. Serie Mil Razones 2
Teen FictionAlina no tiene ningún plan para su vida, para ella, la vida se vive, no se planea. Zach quiere viajar y conocer el mundo en cuanto acabe la secundaria, aunque últimamente, algo lo ha hecho replantearse sus planes. Alina ama hacer que los chicos se...