La música nos recibe apenas entramos en la casa.
No hay demasiadas personas y en definitiva la música no está a un volumen demasiado alto, por lo que puedo escuchar con claridad los saludos de algunas chicas hacia Zach quien me sostiene sujeta con fuerza mientras caminamos entre ellas.
En la cocina Zach consigue dos vasos con jugo y me tiende uno.
—Está caliente —replico tras tomar un sorbo.
—Tienes razón —admite dejándolo de lado.
Caminamos hacia el patio trasero donde con rapidez puedo ubicar a los gemelos, uno ríe mientras el otro suelta el humo de un cigarrillo, lo que me hace suponer que es Erick al recordar lo que Evie me comentó hace unos días, sin mencionar que él parece mantener una expresión de furia en su rostro, cosa que no sucede con Thomas.
—¡Alina! —grita una voz femenina a mis espaldas.
Antes de que pueda girarme, siento un cuerpo impactar contra mi espalda y unos brazos rodear mi cuello con tanta fuerza que por poco y ambas no terminamos en el suelo.
—Evie, con cuidado —comenta Zach sosteniendome.
—Lo siento, no medí mi fuerza ¿Estas bien? —Evie habla con premura, desviando sus ojos verdes a mi vientre sin disimulo.
—Estoy perfectamente bien —aseguro sujetando las manos de Evie antes de que decida colocarlas en mi vientre evidenciando ante todos lo que sucede—. No sabía que estabas acá
—Es difícil no venir a una fiesta cuando la hacen tus vecinos —explica mirando a Thomas y a Erick que continúan sentados en el mismo sitio—. Mamá no puso ningún pero, siempre y cuando le asegurase que no tomaría ni una gota de alcohol
—¿Y lo haz cumplido? —cuestiona Zach con burla.
Evie entrecierra los ojos en su dirección.
—Por supuesto que lo he cumplido, Zachary
Zach resopla al escuchar su nombre completo y yo muerdo mi labio para no reír.
—Iré a ver cual era la insistencia de Thomas por tenerme aquí —dice antes de darme un beso en la mejilla—. Decirle a Evie que odio mi nombre podría considerarse traición —susurra en mi oído.
—Para nadie es un secreto que odias tu nombre —replico girando mi cuello para observarlo.
—Pero solo Alice y tú lo usan en mi contra
—Ya que sales con mi mejor amiga tengo derecho de usarlo también —afirma Evie con suficiencia.
Zach la observa por unos segundos antes de sonreír con descaro.
—¿Entonces yo también puedo usar a mi beneficio el hecho de que te gusta Thomas?
Los ojos de Evie se agrandan por una fracción de segundo antes de mirarme con furia en ellos, obligándome alzar mis brazos con inocencia.
—Te juro que no le he dicho nada
—No me ha dicho nada —concuerda Zach—, es algo que se nota a simple vista
—¿De verdad? —lo cuestiona ella con pesadez.
Zach asiente con serenidad antes de echarse a reír.
—En realidad no Evie, cuesta mucho descifrarte a partir de solo una observación —afirma cruzándose de brazos—. Pero si me he fijado que observas mucho a los gemelos y solo lance el nombre de Thomas porque lo había mencionado con anterioridad ¿de verdad te gusta?
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Mil razones para estar contigo. Serie Mil Razones 2
Novela JuvenilAlina no tiene ningún plan para su vida, para ella, la vida se vive, no se planea. Zach quiere viajar y conocer el mundo en cuanto acabe la secundaria, aunque últimamente, algo lo ha hecho replantearse sus planes. Alina ama hacer que los chicos se...