24. Lo nuestro.

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—Zach —exclama Alice detrás de mí—. ¿Qué haces aquí?

—Necesito ayuda con un ejercicio de álgebra —explica Zach sin dejar de mirarme.

Mis ojos se entrecierran en su dirección cuando la sonrisa traviesa que tiene en los labios se ensancha.

¿Qué está tramando?

—¿Y las rosas? —inquiere Alice mientras yo retrocedo un poco, aunque sin poder despegar mis ojos de él.

—Para la Parker más hermosa de todas, tu madre —responde Zach como la cosa más obvia.

—Comienzo a pensar que realmente quieres seducir a mi esposa Zach —bromea papá mientras se acerca a él y palmea su espalda—, y en otra ocasión me quedaría a dejar las cosas en claro, pero ella me está esperando

Las cejas se Zach se alzan con sorpresa sin entender mientras papá desaparece escaleras arriba.

—En serio, en esta familia tienen problemas —exclama Evie haciéndome reír.

—Pongamos esas rosas en agua —escucho decir a Alice.

Me muevo hasta rodear la isla de la cocina de nuevo, tomando el lugar que Alice tenía antes para seguir cortando la rugula, en tanto ella busca en los gabinetes un jarrón para las hermosas rosas.

—¿Te quedas a cenar? —le pregunta a Zach al quitarle las rosas.

Mis ojos se alzan de nuevo para conectar con los suyos, que me miran con intensidad, aumentando exponencialmente mis ganas de mandar mi decisión de mantener esto entre nosotros al carajo y saltar sobre él aquí y ahora para besarlo.

Pero al final me contengo mientras continúo cortando la rugula con lentitud.

—Si, me encantaría —responde Zach al fin.

—De acuerdo entonces, Alina ¿Te encargas de terminar la ensalada? Así yo le ayudo a Zach antes de la cena

Asiento sin decir más al ver como ella lo toma de la mano con familiaridad y lo guía fuera de la cocina. Vuelvo a ver los ojos de Zach segundos antes de que desaparezcan escaleras arriba, dejándome a solas con Evie quien silba de pronto, llamando mi atención.

—Dios mio, creí que me quemaría entre ustedes dos

—¿De qué hablas?

—Oh, por favor. No finjas —espeta mi amiga blanqueando los ojos—. Las ganas que tenías de saltar sobre él era realmente obvias

Hago una mueca.

—¿Se me notaron mucho?

Evie asiente convencida.

—No era esa mi intención, es que me tomó por sorpresa verlo aquí

—Ahora entiendes lo que yo sentí cuando hablamos por teléfono, y aún sigo esperando una explicación

—Lo sé pero no podía contártelo frente a Alice —explico mientras me volteo para buscar tomates cherry en el refrigerador—. Le pedí a Zach que mantuviesemos lo que sea que está sucediendo entre ambos en secreto por un tiempo

Los ojos de Evie se abren.

—¿Qué?

—Es lo mejor Evie, porque todo ha sido tan rápido entre ambos que me da miedo que con la misma rapidez se apague

—¿Qué se apague? Haz estado enamorada de él por meses, eso no se apagará Alina

—No de mi parte, pero de la de él... —dejo la frase inconclusa.

Mil razones para estar contigo. Serie Mil Razones 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora