Capítulo 10
Nos acercamos a la sesión de comida y nos sentamos en una mesa que recién estaba desocupada.
—¿Ustedes qué van a pedir? —Pregunté mientras agarraba el menú.
—Solo quiero algo de tomar—, dictaminó Adela —la verdad es que no tengo mucha hambre.
La miré con extrañeza rápidamente y volví mis ojos al menú.
—Pues yo sí que tengo mucha hambre, estoy como si no como en días —soltó Harry.
Reí ante eso, siempre saltaba con cosas raras.
—Créeme que viendo el menú, me siento igual de hambrienta que tú— dije, con la mirada todavía en el dicho menú—. Elegiré pescado a la plancha y un plato de camarones a la mantequilla.
Adela me miró con asombro y Harry soltó una risa fuerte.
—¿Qué? —Les pregunté con una ceja enarcada.
—¿En serio te comerás todo eso? — canturreó Adela, aún con los ojos abiertos.
—Já, por supuesto que sí —le dediqué una sonrisa de oreja a oreja.
La verdad es que desde siempre he comido mucho, mi tía decía que siempre he comido como mi padre.
Solté el menú y llamé para que atendieran a mi pedido.
—¿Ya decidiste qué vas a pedir, Harry?
—Pensé que estaba decidido pero no tanto como tú —me dijo, divertido—. No sé cómo es posible que una chica tan linda coma tanto ¡por Dios! Ni siquiera sabías si quería casarme contigo, ya no voy a querer.
Le di un puñetazo por el hombro y reímos en conjunto.
—Idiota, como lo necesario, cuanto mi estómago aguante— repuse.
Harry continuó riendo.
—¿Sabes qué es lo mejor de todo, Eden?— emitió Harry —que todo lo que comas y consumas esta noche invita la Cofradía—, lo mencionó en susurros.
No me importó en lo absoluto y solté un grito fuerte por ello, porque comería todo lo que quisiera sin tener que pagar ni un centavo. Adela me miró con desconcierto pero luego se rió de mi locura.
Esperamos unos diez minutos para que nos llevaran los platos para cenar a gusto. Adela me miraba atentamente porque no creía que me comería todo lo que pedí, hasta apostó con Harry porque ella alegaba que no me lo comería y que me daría una mala digestión por todo ese pescado, a lo que perdió la apuesta porque sí me comí todo lo que ordené.
La dejé con los ojos bien abiertos mientras que Harry saltaba de emoción porque según decía, no le había ganado una apuesta en años a Adela y en ésta se había ganado unos cincuenta dólares.
Salimos de allí y nos dirigimos a donde impartirían un supuesto discurso. Optamos por tomarnos unas cervezas para pasar bien esa noche.
Todos se encontraban reunidos en el lugar, aquellos que estaban disfrutando en el Bar, los que leían e incluso los que habían comido, estaban allí. Definitivamente aquel discurso era sumamente importante.
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SUBORDINATE ©
Разное¿Qué harías si con tan solo pensarlo podrías matar a cualquier persona? ¿Que harías si tienes que dejar toda tu vida atrás por pertenecer a algo que no quieres? La muerte de los padres de Eden y la desaparición de su tía (que cuenta como una muert...