Capítulo 6
Al cabo de unas horas, ya estaba lista, me encontraba esperando a los chicos para efectuar los enterramientos y pues, no pasaron muchos minutos cuando escuché que tocaron la puerta, imaginé que eran ellos, así que bajé enseguida para abrirles.
Allí estaban, con un saco sucio justo detrás de ellos, me parecía que allí traían las herramientas a utilizar.
—¿Lista? —mencionó Adela, un tanto emocionada.
Adela llevaba una blusa de tirantes negra, con una camiseta por encima y unos pantalones de cuero negro combinado con unas botas súper lindas, a comparación de las mías. Traía su pelo amarrado en una cola de caballo alta, medio despeinada que le quedaba perfecto.
Harry, por otro lado, estaba reluciente, a pesar de que llevaba colores opacos en su vestimenta. Traía puesto una camiseta manga larga rojo sangre, con unos Jeans negro que le quedaban pegado a su cuerpo a la perfección. Se había peinado el cabello hacia un lado y le caía libremente en su rostro, luciendo atractivo...
Con todo el alboroto de ayer, había ignorado por completo la belleza masculina de Harry, contando que ayer también lucía espectacular.
—Creo que sí —fue lo que contesté.
Adela me propinó una sonrisa y de inmediato me eché a un lado para hacerlos pasar.
Adela entró pero Harry se detuvo justo frente a mí, observándome de arriba hacia abajo.
—Luces divina hoy —comentó.
Me quedé un poco fuera de lugar y no podía negar que me había sonrojado, porque aquello lo había pronunciado en un tono de voz que no era para nada en broma, lo había dicho serio y algo perverso.
No le propiné un gracias, pero le dediqué una sonrisa agradable.
Entramos a la casa y de inmediato Adela comenzó a hablar sobre cómo se harían las cosas.
—Bien, esto es lo que haremos —expresó con voz autoritaria que la caracterizaba—, saldremos al jardín y en la parte que menos pueden vernos, allí escavaremos, tú nos dirás Eden—, asentí— una vez ya estén listos, entramos a buscar los cuerpos— tomó una pausa y continuó—. Ya examiné el perímetro y al parecer no hay muchos movimientos de personas, así que eso ayudará. Cualquier movimiento de persona, dejaré que ustedes terminen de escabar e iré a vigilar ¿de acuerdo? No podemos dejar que nadie vea nada, de lo contrario, Eden estará en serios problemas.
—¿Por qué irás tú a vigilar? —se quejó Harry.
Adela le dedicó una mirada dura, mientras se dirigía hacia puerta.
—Porque tu eres el puto hombre que tiene que ayudar lo más que pueda a escavar esas nuevas tumbas para esos oficiales, ¿de casualidad no querrás quedarte con el trabajo completo? —le aclaró Adela, deteniéndose en la puerta y dándonos el frente—. Además dije que iré a vigilar si por si acaso siento movimientos de alguien.
Harry aguardó silencio y la seguimos afuera.
—Podemos enterrarlos en el jardín trasero— propuse, señalando el camino hacia lugar.
Adela asintió y Harry se ocupó de buscar el saco mientras que nosotras nos acercábamos al lugar.
—Creo que te esmeraste esta noche —mencionó con voz dulce.
Yo sonreí por ello, porque lo era, hacía mucho tiempo que no lucía algo lindo en mi cuerpo. Después de todo lo que pasó con mis padres y mi tía, mi vida no se tornaba muy bien, así que después de todo eso, hoy volvía a revivir un poquito más, en cuanto a eso.
—Gracias, yo también lo creo —expresé. —Aunque la situación no se torna tan espectacular, ya era hora de motivarme un poco.
Adela me miró con detenimiento y luego miró hacia en frente.
—¿Cómo te sientes? —preguntó, con un ápice de amabilidad.
—Bien la verdad— confesé.
Desde siempre me había sentido bien, nunca fui capaz de sentirme triste por nada de lo que estuviera pasando, esas cosas siempre se habían encontrado nulos en mí. Aunque sí con pensamientos que me preocupaban y atormentaban, pero no lo suficiente para sentirme fatalmente triste.
—Dime algo, Adela— la observé con curiosidad— ¿Los Orates no son capaz de llorar ni de sentir ningún tipo de tristeza?
Adela dirigió su mirada hacia ambos lados y, parecía como si no conociera la respuesta a mi pregunta, o más bien, si no quisiera responderla.
—Pues, sí que podemos sentir tristeza y llorar— confirmó, con cierto pesar y observando hacia otro lado.
—¿Y por qué yo no puedo sentir esas cosas si eso no es parte de los Orates? —me encontraba preocupada por ello, había pensado que todos éramos así.
Era como si ese tema le afectara mucho, porque se veía sin ganas de hablar del tema y tardaba mucho en contestar a mis preguntas.
—No lo sé Eden ¿sí?, a de ser por el Irish. —Dictaminó.
Así que yo era diferente, diferente a todos los demás Orates, no podía sentir dolor, ni tristeza ni mucho menos podía derramar lágrimas... Ya era diferente por el hecho de ser Orate, y resulta que dentro de ser todo esto, también lo era. Pero no era especial, eso no era para nada bueno.
¿Quién coños quería vivir así? Llorar aveces era muy bueno para desahogarse y desprenderse de todas las penas... Y únicamente yo, no podía hacerlo.
Y definitivamente sí le afectaba ese tema a Adela, lo había demostrado, pero, ¿por qué? ¿cuál era la razón?
Ahora me encontraba con muchas dudas, pero no iba a seguir con el tema, no quise hacer más preguntas sobre ello, así que aguardé silencio.
Luego de unos minutos Harry venía arrastrando el saco donde allí estaban todas las herramientas a utilizar, y lo detuvo justo en nuestros pies.
—Aquí está.
—Bien, hagamos esto rápido, no podemos arriesgarnos a que nadie nos vea, y pues, tenemos que asistir a la Cofradía a la media noche, no tenemos todo el tiempo— puntualizó Adela.
Harry sacó dos palas, un pico y un rastrillo, me pregunté para qué se utilizaría eso último.
—¿Para qué es? —me limité a preguntar, señalando el objeto.
—Estaba junto con estos— señaló las otras herramientas—, así que me lo traje por si acaso, no quise dejarlos—. Sonrió y se acercó a mí en un gesto de que hablaría bajo —fueron robados— susurró.
Reí ante eso, mientras, Harry le pasaba una pala a Adela y luego una a mí.
—No sabía que tomabas lo que no es tuyo—. Le dije, aún riendo.
—Cuando es necesario lo hago— comentó entre risas.
Reí y de inmediato nos pusimos hacer los hoyos. Mediante eso, Harry explicaba cómo les dio dificultad el tomar aquellas cosas sin tener que matar a nadie allí, y cómo Adela distraía a unos personal de donde tomaron aquellas herramientas.
Después de todo, no fue tan mala experiencia agarrar una pala y escavar unos hoyos. Hacerlo con Harry y Adela había sido agradable.
Por suerte el momento no se tornó nunca incómodo con Adela por la conversación que habíamos tenido hace unos minutos, todo estaba bien, reímos y la pasamos bien, a pesar de que lo que estábamos haciendo era una locura.
Lo que no comprendía era el por qué el Irish había provocado que yo no sienta tristeza ni pudiera llorar, si eso se trataba de la tal madurez en los Orates.
Eso era algo extraño.
Algo que tenía que averiguar.
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SUBORDINATE ©
Aléatoire¿Qué harías si con tan solo pensarlo podrías matar a cualquier persona? ¿Que harías si tienes que dejar toda tu vida atrás por pertenecer a algo que no quieres? La muerte de los padres de Eden y la desaparición de su tía (que cuenta como una muert...