Capítulo 24
Todo se había vuelto un desastre y la fiesta se terminó, la vergüenza que sentí cuando Adela entró y nos vio a Harry y a mi en semejante acto casi hace que me diera un infarto.
No entendí su comportamiento, realmente que no entendí una mierda del por qué actuó de esa manera, Harry ni siquiera fue capaz de defenderse ni decir nada, así que tampoco comprendí el por qué él no se retractó.
Adela se había convertido en una caos, dijo cosas que me resultaron muy extrañas y luego de que montara todo ese show, se llevó a Harry consigo, y él no se inmutó ni un momento.
Supuse que todo ese alboroto había sido causa del alcohol, porque estaba de una manera que jamás la había visto así, y por ley, había tomado mucho toda la noche.
Había amanecido y la cabeza me daba vueltas en su máxima excelente, me dolía bastante y mi estómago también era un desastre en ese momento. Con semejante estado no quería salir de la cama, quería quedarme allí hasta que todo aquel malestar pasara pero obviamente no me quedaría allí, tenía asuntos muy importantes que resolver.
Así que me incorporé y me detuve por un momento al ver mis zapatillas y mi vestido tirado en el suelo, estaba tan embriagada que ni siquiera me di cuenta en qué momento me lo quité y lo tiré allí.
Lo que habíamos hecho Harry y yo quizás estuvo mal, pero no creo que Adela tenga que ver con ello, por ende, no entendí por qué se comportó de esa manera... Me hacía pensar que sentía algo por él.
Aparté esos pensamientos y me dispuse a entrar a ducharme y no perder más tiempo para ir a la Cofradía.
No sé de qué forma lo iba hacer, pero tenía que entrar a esa biblioteca, tenía que descubrir qué era lo que había allí, y ciertamente no sabía cómo iba a hacerlo porque aquel lugar tenía mucha seguridad, pero de que iba a entrar; era un hecho.
Mi papá de pequeña siempre me enseñó que difícil es aquello que no se intenta, y yo no voy a parar hasta conseguir entrar allí y dar con la verdad.
Se aproximaba la fiesta de la última noche de luna llena, así que debía evitarlo. No podía permitir que esa fiesta se llevara a cabo.
~•~•~•~
Estaba ya en la Cofradía, para mi suerte no habían tantas personas a esa hora de la mañana y agradecí por ello.
Como no había desayunando en casa, me dirigí hacia el restaurante para comer algo porque estaba ya ambrienta. Entré y me ubiqué en una de las mesas que estaban en la esquina del lado izquierdo. El restaurante estaba vacío a comparación de como siempre estaba.
Agarré el menú pero en realidad ya sabía lo que quería, iba a tomar algo ligero porque no tenía mucho apetito aunque moría de hambre, así que en ese momento llamé para que me atendieran, pedí una piña colada –obviamente sin alcohol– con unas amburguesas.
Al cabo de unos minutos que llegaba mi desayuno, en ese mismo momento pasaba Maikel con unos cajas en la mano.
—¡Eden! Qué gusto verte, —saludó, dejando las cajas en una mesa del lugar.
—El gusto es mío—. Dije, casi atragantándome— toma asiento.
Maikel se sentó en frente de mí, mirando cómo comía con tanta desgana mis amburguesas. Era en serio que no tenía apetito.
—Qué raro que te encuentras aquí sola y no con tus amigos.
Me di un sorbo de mi bebida.
—Pues, no les avisé que venía para acá— emití, tratando de sonar lo más obvia posible.
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SUBORDINATE ©
De Todo¿Qué harías si con tan solo pensarlo podrías matar a cualquier persona? ¿Que harías si tienes que dejar toda tu vida atrás por pertenecer a algo que no quieres? La muerte de los padres de Eden y la desaparición de su tía (que cuenta como una muert...