Estaba segura de que Malfoy no podía creer lo que veían sus ojos, cuando vio que Harry y Ron aun estaban en Hogwarts al día siguiente, con aspecto cansado pero muy alegres. En realidad, por la mañana cuando Harry y Ron me contaron lo que pasó, estuvimos de acuerdo en que el encuentro con el perro de tres cabezas había sido una excelente aventura, aunque yo no hubiese estado. Mientras tanto, Harry nos habló del paquete que había sido llevado de Gringotts a Hogwarts, y pasamos un largo rato preguntándonos qué podía ser aquello para necesitar una protección así.
-Es algo muy valioso, o muy peligroso -dijo Ron.
-O las dos cosas -dijimos Harry y yo. Otra vez hablamos al mismo tiempo, me encantaba hacerlo, es como si tuviésemos la mente conectada, como los gemelos Weasley.
Pero como lo único que sabiamos con seguridad del misterioso objeto era que tenía unos cinco centímetros de largo, no teniamos muchas posibilidades de adivinarlo sin otras pistas.
Al final Hermione y Neville también acabaron llendo con ellos, pero ni Neville ni Hermione demostraron el menor interés en lo que había debajo del perro y la trampilla. Lo único que le importaba a Neville era no volver a acercarse nunca más al animal. Yo estaba deseando ver a ese perro, pero puesto que era peligroso no me quise acercar, más por si me pillaban y me expulsaban.
Hermione se negaba a hablar con Harry y Ron, los chicos lo consideraron como un premio. Conmigo si hablaba desde que me disculpé, además como no fui esa noche no se enfado conmigo, en verdad es una buena amiga. Lo que realmente deseabamos en aquel momento era poder vengarnos de Malfoy y, para nuestra gran satisfacción, la posibilidad llegó una semana más tarde, por correo.
Mientras las lechuzas volaban por el Gran Comedor, como de costumbre, la atención de todos se fijó de inmediato en dos paquetes largos y delgados, que llevaban doce lechuzas blancas. Yo estaba tan interesa como los demás en ver qué contenía, y me sorprendió mucho cuando las lechuzas bajaron y dejaron los paquetes frente a Harry y frente a mi, tirando al suelo mi tocino. Se estaban alejando, cuando otra lechuza dejó caer una carta entre los paquetes.
Harry y yo abrimos el sobre para leer primero la carta y fue una suerte, porque decía:
NO ABRAIS LOS PAQUETES EN LA MESA. Contienen vuestra nueva Nimbus 2.000, pero no quiero que todos sepan que os han comprado una escoba, porque también querrán una. Oliver Wood os esperará esta noche en el campo de quidditch a las siete, para vuestra primera sesión de entrenamiento.
Profesora McGonagall
Tuve dificultades para contener mi alegria, mientras le alcanzaba la nota a Ron. Al final si me iban a dar la Nimbus 2.000, a partir de ahora la profesora McGonagall es mi profesora favorita, bueno primero va mi padre, aunque eso no cuenta.
-¡Una Nimbus 2.000! -gimió Ron con envidia- Yo nunca he tocado ninguna.
Salimos rápidamente del comedor para abrir los paquetes en privado, antes de la primera clase, pero a mitad de camino nos encontramos con Crabbe y Goyle, que nos cerraban el camino. Malfoy nos quitó los paquetes a Harry y a mi y los examinó.
-Son dos escoba -dijo, devolviéndolas bruscamente, con una mezcla de celos y rencor en su cara- Esta vez lo habeis hecho, Snape, Potter. Los de primer año no tienen permiso para tener una.
Ron no pudo resistirse.
-No es ninguna escoba vieja -dijo- Es una Nimbus 2.000. ¿Cuál dijiste que tenías en casa, Malfoy, una Comet 260? -Ron rió con aire burlón- Las Comet parecen veloces, pero no tienen nada que hacer con las Nimbus.
-¿Qué sabes tú, Weasley, si no puedes comprar ni la mitad del palo? -replicó Malfoy- Supongo que tú y tus hermanos tenéis que ir reuniendo la escoba ramita a ramita.
Antes de que Ron pudiera contestarle, el profesor Flitwick apareció detrás de Malfoy
-No os estaréis peleando, ¿verdad, chicos? -preguntó con voz chillona.
-A Potter y a Snape le han enviado una escoba, profesor -dijo rápidamente Malfoy.
-Sí, sí, está muy bien -dijo el profesor Flitwick, mirandonos radiante a Harry y a mi- La profesora McGonagall me habló de las circunstancias especiales. ¿Y qué modelo son?
-Dos Nimbus 2.000, señor -dijo Harry, tratando de no reír ante la cara de horror de Malfoy.
-Y realmente es gracias a Malfoy que la tenemos-dije yo mientras le guiñaba un ojo a Draco. No lo había pensado hasta ahora, pero era verdad, si no fuera porque únicamente lo hicimos porque Malfoy estaba molestando, le saltaría a la cara y lo llenaría de besos.
Subimos por la escalera, conteniendo la risa ante la evidente furia y confusión de Malfoy. Crei ver un tono rosa en sus mejillas cuando le guiñe el ojo.
-Bueno, es verdad -continuó Harry cuando llegaron al final de la escalera de mármol-Si él no hubiera robado la Recordadora de Neville, yo no estaría en el equipo, ni Emma tampoco...
-¿Así que creeis que es un premio por quebrantar las reglas? -Se oyó una voz irritada a sus espaldas. Hermione subía la escalera, mirando con aire de desaprobación nuestros paquetes.
-Pensaba que no nos hablabas -dijo Harry.
-Sí, continúa así -dijo Ron- Es mucho mejor para nosotros.
Yo solo le miré pidiéndole perdón por el comportamiento de estos dos tontos, a lo que ella me devolvió la mirada y me asintió. Al menos no está enfadada conmigo.
Hermione se alejó con la nariz hacia arriba. Pero antes de alejarse demasiado se paró en seco y se dio la vuelta.
-Emma, ven, tengo que hablar contigo.
Con duda me dirigí hacia ella.
-¿Que pasa?-pregunte.
-¿Donde estabas la noche donde descubrimos al perro de tres cabezas? Esperaba que me lo dijiese tu, pero veo que no es así.
-¿Que?
-No me esperaba esto de ti, aunque teniendo como amigos a esos dos me lo espero todo. Pero la cosa es que no estabas con ellos anoche, ¿Donde fuiste?
¿Como sabía ella qu...? Ella también volvió tarde a la habitación... Se dio cuenta que no estaba pasada las 12...
-Yo... Veras, Hermione... Puedo explicarlo... Mi padre...-no supe que decir, mi padre no quería que nadie lo supiese, aunque ya se lo había dicho a Harry y a Ron. Pero Hermione sigue a pie de letra las normas, y si se lo cuento cabe la posibilidad de que se lo contase al director.
-¿Estabas con tu padre?
No conteste, no quería meter en un lío a mi padre.
-Emma, contesta, ¿Es eso? -seguí sin contestar- si es eso tranquila, no te preocupes, no se lo diré a nadie.
-¿Que?¿Enserio?
-Si, es normal que quieras pasar tiempo con tu padre cuando lo tienes tan cerca. Además el lleva siendo profesor años según lo que he escuchado, por lo que seguro que no has pasado mucho tiempo con él y ahora que lo puedes hacer lo aprovechas, tranquila, solo ten cuidado de que no te pillen, yo no se lo diré a nadie.
Estaba tan feliz que me lance a abrazarla. Es muy buena amiga, la mejor que podía podía tener.
-Gracias, gracias, gracias-le agradecí super aliviada de que no dijese nada y lo entendiera todo.
-No es nada, ahora vete con esos tontos, que te están esperando.
-Si, de verdad gracias Hermione, ya no vemos-me despedí, a lo que ella sonrió y me dirijí hacia los chicos.
-Ya está-les dije.
-¿Que quería?-me preguntó Ron.
-No, nada, cosas de chicas - le respondí.
-Si tu lo dices- dijo Harry dejando pasar el tema.
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Emma Potter y la Piedra Filosofal (COMPLETA)
FanfictionEmma Potter se ha quedado huérfana y la ha adoptado ni más ni menos que el profesor más temido en Hogwarts, Severus Snape. Emma es muy feliz aunque su padre este ausente bastante tiempo por su trabajo, hasta que un buen día recibe su carta de Hogwar...