La última tienda era estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas, se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.». En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.
Cuando entramos, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha donde mi padre se sentó a esperar. Me sentía algo extraña, como si hubieran entrado en una biblioteca muy estricta. Mire las miles de estrechas cajas, amontonadas cuidadosamente hasta el techo. Por alguna razón, senti una comezón en la nuca.
-Buenas tardes -dijo una voz amable.
Di un salto. Un anciano estaba ante nosotros; sus ojos, grandes y pálidos, brillaban como lunas en la penumbra del local.
-Hola -dije radiante, estaba súper feliz por el hecho de que iba a comprarme mi varita.
-Ah, sí -dijo el hombre- Sí, sí, pensaba que iba a verte pronto. Emma ... Snape -No era una pregunta.
El señor Ollivander se me acercó. Desee que el hombre parpadeara. Aquellos ojos plateados eran un poco lúgubres.
El hombre estaba tan cerca de mi que casi estabamos nariz contra nariz. Podía ver mi reflejo en aquellos ojos velados.
Negó con la cabeza y entonces, para mí alivio, fijó su atención en mi padre.
-¡Severus! ¡Severus Snape! Me alegro de verlo otra vez... Pino negro, núcleo de de nervio de corazón de dragón , flexible... ¿Era así?
-Así es -dijo mi padre.
-Buena varita. Muy poderosa - dijo el señor Ollivander -Bueno, ahora, Emma... Déjame ver. -Sacó de su bolsillo una cinta métrica, con marcas plateadas- ¿Con qué brazo coges la varita?
-Con la derecha-respondí.
-Extiende tu brazo. Eso es - Me midió del hombro al dedo, luego de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila y alrededor de mi cabeza. Mientras medía, dijo- Cada varita Ollivander tiene un núcleo central de una poderosa sustancia mágica, Emma. Utilizamos pelos de unicornio, plumas de cola de fénix y nervios de corazón de dragón. No hay dos varitas Ollivander iguales, como no hay dos unicornios, dragones o aves fénix iguales. Y, por supuesto, nunca obtendrás tan buenos resultados con la varita de otro mago.
De pronto, me di cuenta de que la cinta métrica, que en aquel momento me medía entre las fosas nasales, lo hacía sola. El señor Ollivander estaba revoloteando entre los estantes, sacando cajas.
-Esto ya está -dijo, y la cinta métrica se enrolló en el suelo- Bien, Emma. Prueba ésta. Madera de haya y pelos de unicornio. Veintitrés centímetros. Bonita y flexible. Cógela y agítala.
Cogí la varita y la agite a mi alrededor, pero el señor Ollivander me la quitó casi de inmediato.
-Arce y pluma de fénix. Diecisiete centímetros y cuarto. Muy elástica. Prueba...
La probé, pero tan pronto como levante el brazo el señor Ollivander me la quitó.
-No, no... Ésta. Ébano y pelo de unicornio, veintiún centímetros y medio. Elástica. Vamos, vamos, inténtalo.
Lo volví ha intentar. No tenía ni idea de lo que estaba buscando el señor Ollivander. Las varitas ya probadas, que estaban sobre la silla, aumentaban por momentos, pero cuantas más varitas sacaba el señor Ollivander, más contento parecía estar.
-Qué cliente tan difícil, ¿no? No te preocupes, encontraremos a tu pareja perfecta por aquí, en algún lado. Me pregunto... sí, por qué no, una combinación poco usual, cerezo y pluma de fénix, veinticinco centímetros, bonita y algo flexible.
Toque la varita. Senti un súbito calor en los dedos. Levante la varita sobre mi cabeza, la hize bajar por el aire polvoriento, y una corriente de chispas rojas y doradas estallaron en la punta como fuegos artificiales, arrojando manchas de luz que bailaban en las paredes. El señor Ollivander dijo:
-¡Oh, bravo! Oh, sí, oh, muy bien. Bien, bien, bien... Qué curioso... Bueno, parece que esta es la ideal para ti.
Puso mi varita en su caja y la envolvió en papel de embalar.
-Si me permite pregunta señor ¿Que es curioso?-pregunte refiriéndome a lo que dijo sobre mi varita.
-Recuerdo cada varita que he vendido, Emma Snape. Cada una de las varitas. Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en tu varita dio otras dos pluma, sólo dos más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando el dueño de una de sus hermanas fue peor mago tenebroso que haya habido, quien-tu-sabes.
Trague saliva, sin poder hablar.¿Eso sería malo?
-Sí, Ajá. Realmente curioso cómo suceden estas cosas. La varita escoge al mago, recuérdalo... Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Emma Snape... Después de todo, El-que-no-debe-ser-nombrado hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero grandiosas.
Con lo que dijo me quedé más tranquila, no significaba nada malo, sino que haría grandes cosas, que tenía potencial, pero eso no significa que lo usaría para el mal.
Mi padre que había estado absorto en sus pensamientos y no había escuchado nada, volvió en si y pagó siete galeones por mi varita. El señor Ollivander nos acompañó hasta la puerta de la tienda.
Cuando llegamos a casa guarde todas mis cosas en mi baúl y me puse el pijama. Una vez estuve lista me dirigí al cuarto de mi padre. Desde que era pequeña me gustó dormir en la misma cama que mi él, me sentía cómoda y protegida. Aún lo seguía haciendo de vez en cuando, más cuando se pasaba dos o tres días sin venir a casa por tener que vigilar de noche el colegio, me dejaba con una niñera, pero cuando venía me pasaba durmiendo con el las noches enteras. Sé que no le gusta dejarme sola en casa con la niñera, pero tiene que cumplir sus obligaciones. Ahora que voy a ir a Hogwarts lo veré todos los días y seguro que encontraré el momento para ir de noche a su habitación sin que me pillen.
Cuando llegué a su habitación destape la cama y me acosté. El aún seguía en su despacho planeando las clases, que aunque empezarán en un mes tenía que empezar ya. Apague la luz, pero no me dormí hasta que sentí no como mi padre se tumbaba al lado mia, se tapaba y me abrazaba la cintura.
-Buenas noches cariño.
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Emma Potter y la Piedra Filosofal (COMPLETA)
FanfikceEmma Potter se ha quedado huérfana y la ha adoptado ni más ni menos que el profesor más temido en Hogwarts, Severus Snape. Emma es muy feliz aunque su padre este ausente bastante tiempo por su trabajo, hasta que un buen día recibe su carta de Hogwar...