CAPÍTULO 20: HALLOWEEN Parte 3

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Era una visión horrible. Más de tres metros y medio de alto y tenía la piel de color gris piedra, un descomunal cuerpo deforme y una pequeña cabeza pelada. Tenía piernas cortas, gruesas como troncos de árbol, y pies achatados y deformes. El olor que despedía era increíble. Llevaba un gran bastón de madera que arrastraba por el suelo, porque sus brazos eran muy largos.

El monstruo se detuvo en una puerta y miró hacia el interior. Agitó sus largas orejas, tomando decisiones con su minúsculo cerebro, y luego entró lentamente en la habitación.

-La llave está en la cerradura -susurró Harry- Podemos encerrarlo allí.

-Buena idea -respondí con voz agitada.

Nos acercamos hacia la puerta abierta con la boca seca, rezando para que el trol no decidiera salir. De un gran salto, Harry pudo empujar la puerta y echarle la llave.

-¡Sí!

Animados con la victoria, comenzamos a correr por el pasillo para volver, pero al llegar a la esquina oimos algo que hizo que nuestros corazones se detuvieran: un grito agudo y aterrorizado, que procedía del lugar que acababan de cerrar con llave.

-Oh, no -dijo Ron, tan pálido como el Barón Sanguinario.

-¡Es el cuarto de baño de las chicas! -bufe yo.

-¡Hermione! -dijimos al unísono.

Era lo último que queria hacer; pero ¿qué opción nos quedaba? Volvimos a toda velocidad hasta la puerta y dimos la vuelta a la llave, resoplando de miedo. Harry empujó la puerta y entramos corriendo.

Hermione Granger estaba agazapada contra la pared opuesta, con aspecto de estar a punto de desmayarse. El personaje deforme avanzaba hacia ella, chocando contra los lavamanos.

-¡Distráelo! -gritó Harry desesperado y tirando de un grifo, lo arrojó con toda su fuerza contra la pared.

El trol se detuvo a pocos pasos de Hermione. Se balanceó, parpadeando con aire estúpido, para ver quién había hecho aquel ruido. Sus ojitos malignos detectaron a Harry. Vaciló y luego se abalanzó sobre él, levantando su bastón.

-¡Eh, cerebro de guisante! -gritó Ron desde el otro extremo, tirándole una cañería de metal. El ser deforme no pareció notar que la cañería lo golpeaba en la espalda, pero sí oyó el aullido y se detuvo otra vez, volviendo su horrible hocico hacia Ron y dando tiempo a Harry para correr. Se fue a mi lado y se puso delante mía para cubrirme del trol. Me sentí protegida... aunque sólo fuera un niño flacucho y bajito.

-¡Vamos, corre, corre! -Harry gritó a Hermione, pero la niña no se podía mover. Seguía agazapada contra la pared, con la boca abierta de miedo.

Los gritos y los golpes parecían haber enloquecido al trol. Se volvió y se enfrentó con Ron, que estaba más cerca y no tenía manera de escapar.

Entonces Harry hizo algo muy valiente y muy estúpido: corrió, dando un gran salto y se colgó, por detrás, del cuello de aquel monstruo. La atroz criatura no se daba cuenta de que Harry colgaba de su espalda, pero hasta un ser así podía sentirlo si uno le clavaba un palito de madera en la nariz, pues la varita de Harry todavía estaba en su mano cuando saltó y se había introducido directamente en uno de los orificios nasales del trol. Que asco.

Chillando de dolor; el trol se agitó y sacudió su bastón, con Harry colgado de su cuello y luchando por su vida. En cualquier momento el monstruo lo destrozaría, o le daría un golpe terrible con el bastón.

-¡Ron, usa el winguardium leviosa! -le grite.

-¡Wingardium leviosa!-grito Ron haciéndome caso. Espere que lo hiciese como Hermione le dijo.

Emma Potter y la Piedra Filosofal (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora