Mi corazón latió más rápido que nunca. La profesora McGonagall corría hacia nosotros. Harry se puse de puso de pie, temblando.
-Nunca... en todo mis años en Hogwarts...
La profesora McGonagall estaba casi muda de la impresión, y sus gafas centelleaban de furia.
-¿Cómo os habeis atrevido...? Habeis podido romperos el cuello...
-No fue culpa de ellos, profesora...
-Silencio, Parvati.
-Pero Malfoy..
-Ya es suficiente, Weasley. Harry Potter, Emma Snape, venir conmigo.
En aquel momento, pude ver el aire triunfal de Malfoy, Crabbe y Goyle, mientras andabamos inseguros tras la profesora McGonagall, de vuelta al castillo. Nos iban a expulsar; lo sabía. Quería decir algo para defenderme, pero no podía controlar mi voz. La profesora McGonagall andaba muy rápido, sin siquiera mirarnos. Tenía que correr para alcanzarla. Esta vez sí que lo había hecho. No había durado ni dos semanas. En diez minutos estaría haciendo mi maleta. ¿Que diría mi padre?
Subimos por los peldaños delanteros y después por la escalera de mármol. La profesora McGonagall seguía sin hablar. Abría puertas y andaba por los pasillos, con nosotros dos corriendo tristemente tras ella. Tal vez nos llevaban ante Dumbledore. Pensó en Hagrid, expulsado, pero con permiso para quedarse como guardabosque. Quizá podrían ser los ayudante de Hagrid, o yo a lo mejor la ayudante de mi padre. Se me revolvió el estómago al imaginarme observando a Ron y los otros convirtiéndose en magos, mientras yo andaba por ahí, llevando la bolsa de Hagrid, o las pociones de mi padre.
La profesora McGonagall se detuvo ante un aula. Abrió la puerta y asomó la cabeza.
-Discúlpeme, profesor Flitwick. ¿Puedo llevarme a Wood un momento?
Wood era un muchacho corpulento de quinto año, que salió de la clase de Flitwick con aire confundido.
-Seguidme los tres-dijo la profesora McGonagall. Avanzamos por el pasillo, Wood mirandonos a Harry y a mi con curiosidad.
-Aquí.
La profesora McGonagall señaló un aula en la que sólo estaba Peeves, ocupado en escribir groserías en la pizarra.
-¡Fuera, Peeves! -dijo con ira la profesora.
Peeves tiró la tiza en un cubo y se marchó maldiciendo. La profesora McGonagall cerró la puerta y se volvió para encararse con nosotros.
-Potter, Snape, éste es Oliver Wood. Wood, te he encontrado un buscador y una cazadora.
La expresión de intriga de Wood se convirtió en deleite.
-¿Está segura, profesora?
-Totalmente -dijo la profesora con vigor- Estos chicos tienen un talento natural. Nunca vi nada parecido. ¿Ésta ha vuestra primera vez con la escoba?
Harry asintió con la cabeza en silencio. Yo negué, ya había montado alguna vez en escoba antes. No tenía una explicación para lo que estaba sucediendo, pero me parecía que no nos iban a expulsar y comenzaba a sentirme más segura.
-Ella tiro esa cosa con mucha precisión hacia donde justo estaba el, y el trapó esa cosa con la mano, después de un vuelo de quince metros -explicó la profesora a Wood.
Wood parecía pensar que todos sus sueños se habían hecho realidad.
-¿Alguna vez habeis visto un partido de quidditch, chicos? -preguntó excitado.
-Wood es el capitán del equipo de Gryffindor -aclaró la profesora McGonagall.
-El tiene el cuerpo indicado para ser buscador -dijo Wood, paseando alrededor de Harry y observándolo con atención- Ligero, veloz... Y ella igual, perfecta para cazadora. Vamos a tener que darles una escoba decente, profesora, una Nimbus 2.000 o una Cleansweep-¿Decente? Si la Nimbus 2.000 era la mejor escoba fabricada hasta ahora, si me la pensaban regalar no me quejaba.
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Emma Potter y la Piedra Filosofal (COMPLETA)
FanfictionEmma Potter se ha quedado huérfana y la ha adoptado ni más ni menos que el profesor más temido en Hogwarts, Severus Snape. Emma es muy feliz aunque su padre este ausente bastante tiempo por su trabajo, hasta que un buen día recibe su carta de Hogwar...