Vuelo #66

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Demasiado servicial, es como encuentra a Shang Qinghua. Un tanto molesto y metiche para ciertos asuntos, pero extrañamente siempre tiene una respuesta para todo.

Aunque no quiera admitirlo, Luo Binghe encuentra valiosa su contribución a su reino. Sus palabras ingeniosas le ha permitido formar una estrategia para conquistar el corazón de su Shizun, entonces no puede decir que el cultivador sea inútil.

Luo Binghe no olvida ese favor, y como tal, piensa que merece una compensación.

- ¿Hay algo que Shang-shishu quiera? - pregunta Luo Binghe quien le ha concedido una audiencia en privado al señor del pico An Ding.

Shang Qinghua parece un roedor temeroso ante su mirada fría, aunque trata de actuar agradecido y benevolente, parece que el nerviosismo del otro aumenta.

-Yo realmente no podría querer nada, además mi contribución ha sido una tontería mi señor, yo... - Shang Qinghua quiere evadir aquella pregunta, pero las cejas de Luo Binghe se crispan indicando que su paciencia alcanza su límite - Lo siento mi señor, no quería rechazarle, es solo que con ver su felicidad y la del hermano Shen concretada, es más que suficiente...

Luo Binghe entiende a lo que se refiere, pero realmente no cree que un consejo tan valioso solo tenga como precio un "gracias".

- Habla, sino...

Bien, las palabras de Luo Binghe suenan algo amenazantes, pero Shang Qinghua se tensa, quiere mirar a los lados, pero sabe que esta es una audiencia privada.

-Está bien... Puede que haya algo que quiera - comienza a decir Shang Qinghua con resignación, trata de pensar rápido en que pedirle, la verdad no ha pensado en querer cobrarse ese consejo, solo piensa que ha hecho su labor de "padre" aconsejando a su "hijo" -Uhmm... Yo... A mí... Me gustaría... - Luo Binghe alza una ceja expectante ante la indecisión del otro - Si no es mucha molestia ¡Me gustaría probar los fideos hechos a mano de mi señor! - el rostro de Shang Qinghua está sonrojado por la vergüenza, quizás debió pedir tierras o una posición respetable en la corte para que ahora sí los demonios le respetarán, es un idiota, sabe que Luo Binghe se burlará en su rostro y olvidará el asunto ante lo absurdo de sus palabras.

Sabe bien que Luo Binghe solo cocina para el hermano Pepino y en su versión original a hermosas esposas de bonitos pechos, él está más que rechazado en esta situación, solo ha dicho esto por decirlo, pero espera que el otro deje de insistir y olvide la compensación.

Luo Binghe por su parte está en silencio como si meditara su respuesta, simplemente está un poco sorprendido por el pedido tan personal, lo normal sería que le pidieran dinero, posición o tierras, pero Shang Qinghua tan poco ambicioso como le parece ha pedido algo tan simple pero que nadie más que su shizun le pediría, más bien su cocina está dedicada a satisfacer los gustos de su Shizun, no cocinaría para nadie más, pero él ha dado su palabra y debe cumplir.

Shang Qinghua ve como Luo Binghe se levanta de su trono y camina tranquilamente a la salida. Por un momento piensa que se ha pasado de la raya, que seguramente ignora sus palabras absurdas y ha dejado el asunto zanjado.

Son tantas las posibilidades que se fórmula Shang Qinghua en su cabeza que hasta pasada ya más de media hora se percata que aún sus piernas no se pueden mover del susto, quizás ya lo mejor sea marcharse antes de que vuelva, seguro importunará con su presencia.

Se levanta de su posición, sus piernas están algo entumecidas por haber estado tanto tiempo de rodillas, entonces las puertas se abren de golpe y Shang Qinghua se sobresalta.

Shang Qinghua está a punto de decir que estaba por marcharse cuando escucha como una pequeña mesa es colocada frente suyo y un tazón de fideos humeantes está allí puesto.

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora