Vuelo #127

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Las expediciones a sitios peligrosos no era algo del agrado de Shang Qinghua, pero ya se había acostumbrado, era parte del trabajo para él.

Visitar nidos de serpientes come hombres, arañas venenosas y quién sabe que otras bestias era algo que podría sonar horrible para muchos, pero Shang Qinghua ya se había acostumbrado, más que todo por el hecho y contar con la protección de su rey. Shang Qinghua de había dormido en los laureles podría decirse.

Mobei-jun ya se había cansado de decirle a Shang Qinghua que no era necesaria su presencia en estas peligrosas expediciones, pero el otro simplemente insistía, Mobei-jun solo pensaba en mantenerlo a salvo, Shang Qinghua era terco, pero tampoco podía contradecirlo cuando el otro parecía conocer atajos o las debilidades de feroces enemigos que podrían simplemente diezmar a su ejército.

Shang Qinghua seguía siendo una parte importante de su reino, no podía negar que se había hecho algo dependiente de su inteligencia y astucia.

Ahora estaban en una cueva llena de sapo-osos vampiros venenosos y gigantes.

Sus hombres se habían visto atacados por la sustancia pegajosa que escurrían los sapos de las glándulas en su piel, nada muy grave de acuerdo a Shang Qinghua, el veneno después de todo estaba era en sus colmillos, aun así luchar al verse afectados por la sustancia pegajosa retrasaba su tiempo de respuesta y las bestias estaban en ventaja, se decía que estás cosas custodiaban una valiosa reliquia mágica, corrían rumores de que rebeldes buscaban hacerse con ella para luchar contra el emperador, Mobei-jun decidió que debían tener aquello que pudiera amenazar a su pueblo.

Los sapo-osos estaban atacando con todo pero el hielo de Mobei-jun había dejado en desventaja aquello que era su arma defensiva.

- Mi rey siempre es tan fuerte, es más que claro que estas bestias no son rival para ti - expresa Shang Qinghua con orgullo, Mobei-jun siente que la sensación de regocijo en su pecho aumenta y decide seguir exhibiendo sus habilidades después de todo no está tan mal que Shang Qinghua le mire fijamente.

Shang Qinghua estaba dándole ánimos hasta que uno de los sapo-osos estilo su larga lengua y sin esperárselo se enrolló alrededor de la cintura de Shang Qinghua atrayéndolo hacia sí, y de un bocado desaparecerlo de su vista, posteriormente otro sapo-osos más grande de comió al otro más pequeño en comparación dejando a Mobei-jun con el aliento helado ante lo brusco y repentino de todo esto.

Sus hombres gritaron por el Maestro Shang, entonces Mobei-jun salió de su asombro, la ira le invadió al ver a la bestia huir a gran velocidad.

Mobei-jun desplegó el hielo más helado que había producido nunca, cientos de estacas de hielo comenzaron a perseguirle hasta que fue alcanzado, una estaca cayó en su cabeza dándole fin a la bestia.

Sin mucha ceremonia abrió en canal la bestia buscando entre en desastre de sangre y vísceras sin importarle ensuciar sus manos ni mucho menos la expresión de desespero y preocupación en su rostro.

- ¡Qinghua! - gritó buscando entre todo ese desastre, se quedó horrorizado al ver la horquilla de plata en su mano, se negaba que creer que Shang Qinghua estuviera...

-M-mi rey... Por aquí... - escuchó la voz apagada de un bulto que intentaba salir entre los cadáveres.

- ¿Estás bien? - Mobei-jun le examinaba de pies a cabeza, Shang Qinghua estaba hecho un desastre, pero tenía una sonrisa nerviosa al ver la mirada fija de su rey.

- Estoy bien, algo pegajoso, necesito un buen baño, pero lo importante es que logré conseguir la reliquia, mi teoría era correcta estaba en el estómago de ese sapo-oso ¿Quién lo diría?

El agarre de Mobei-jun se apretó en sus hombros.

- ¿Mi rey?

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora