Vuelo #78

1.9K 316 63
                                    

Los humanos son tan extraños y complejos, Mobei-jun siente como si estuviera en un callejón sin salida tratando de entender al suyo. Tan frágiles y volubles con sus emociones, como saber ¿cuándo llora por tristeza u alegría?, que si está hablándole a él o a sí mismo.

Su tío estaría culpándole por enamorarse de un humano en lugar de un demonio, igual no necesita saber su opinión, pero a veces piensa que sería más fácil si Shang Qinghua fuera un demonio.

Ha terminado aprendiendo a controlar sus impulsos para no dañar a Shang Qinghua, luchar con la costumbre es algo muy duro, a veces se detiene a pocos milímetros antes de recordar que solo debe darle una palmadita en el hombro y no un manotazo.

Todo esto lo toma como un entrenamiento, una prueba, que si no es capaz de cumplir no tiene el derecho de estar con Shang Qinghua.

Shang Qinghua esta vez está organizando algunos documentos, no se ha percatado de su presencia, Mobei-jun trata de anunciarse para no asustarlo, ya sabe que el humano es propenso a asustarse si no avisa de su presencia con anterioridad, Shang Qinghua parece tomarlo normal sabiendo que está allí, está muy concentrado en lo que sea que esté haciendo con esos documentos que le produce curiosidad a Mobei-jun, se acerca asomándose por encima del hombro del otro. Entonces Shang Qinghua se mueve un tanto extraño, emite una suave risita y luego se toca el cuello.

-M-mi rey, está muy cerca - dice algo apenado.

Mobei-jun no se percata de que le respira en la nuca.

- Su abrigo... Y su aliento, me dan cosquillas mi rey - dice tratando de cubrirse.

- ¿Cosquillas? - es la primera vez que escucha aquella palabra.

- oh... Creo que los demonios no tienen algo así - dice Shang Qinghua pensando en voz alta, luego mira a Mobei-jun que parece esperar una respuesta - Las cosquillas son algo de humanos, ya sabe mi rey que los cuerpos de los humanos son bastante sensibles a la temperatura y al dolor, el cuerpo humano también es sensible a los estímulos en ciertas partes.

- ¿Eso es algo bueno o malo?

- N-no es algo malo, es algo que se siente "gracioso", seguro si le toco por aquí debería producir algo al menos - Shang Qinghua trata de toquetearlo por los costados pero Mobei-jun no siente nada en especial más que la cálida temperatura del otro y sus dedos moviéndose de manera extraña.

En respuesta Mobei-jun decide probar la teoría del otro para comprobar mejor aquello que le ha dicho, esto ha tomado desprevenido a Shang Qinghua quien se retuerce mientras trata de ahogar una risita, intenta liberarse y a su vez mantenerse en pie.

Mobei-jun para viendo como Shang Qinghua ahora luce tan agitado y avergonzado buscando calmarse.

Extrañamente le agrada el hecho de que ha producido esa reacción en el otro. Entonces antes de que Shang Qinghua pueda decir más le vuelve a tocar produciendo que el otro quede contra el escritorio tratando de detenerse pero su mensaje no llega entre tantas risas.

Cuando se detiene la imagen que tiene frente a él es algo que hace que se quede viéndolo detenidamente, la imagen de Shang Qinghua con las túnicas desarregladas, la respiración agitada y el rostro sonrojado hace aquello en su interior ansíe por más.

Shang Qinghua tarda en reponerse, piensa que su rey ha satisfecho su curiosidad lo suficiente, no puede quedarse así, hay trabajo que hacer... De pronto siente la mano de su rey sobre la faja que contiene las túnicas ajustadas.

- Mi rey.

Shang Qinghua no puede creer lo que ve, eso de ahí es el pilar de hielo, ¡la paleta helada! Está despierta solo con... Solo con hacerle un par de cosquillas. No sabe cómo mirar a su rey cuando se percata de que es un completo pervertido.

- Nadie más... - Shang Qinghua le mira sin decir nada, no tiene palabras para decirle cuando tiene casi a una bestia sobre él - Nadie más debe tocarte de esa manera - entonces deshace la faja.

Para Shang Qinghua ha sido todo tan repentino y extraño, maldición ¿Qué clase de fetichista extraño es su rey? Detesta su cuerpo por ser tan sensible, su cuello es terriblemente sensible, su abdomen, sus pies y sus muslos, su rey se ha divertido buscando aquellas partes que le hacen retorcerse como desquiciado, no es hasta que le mete un manotazo que el juego acaba, pero en su defensa él ha advertido a su rey de que no podía controlarse.

Ahora Mobei-jun tiene un ojo morado, que extrañamente se ha tardado mucho en curar...

Como conquistar a un autor idiota y no morir en el procesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora