Como conquistar a un autor idiota y no morir en el proceso

Vuelo #89

Shang Qinghua ha aceptado quedarse en este mundo tan ingrato, pensaba que después de todas estas misiones peligrosas tendría pase libre para vivir su vida tranquilamente, en algún momento se había planteado dejar la secta o al norte y esconderse como solo él sabe y vivir  una vida de ermitaño o una nueva vida en algún poblado remoto siendo un escritor anónimo de novelas y poesía, no sonaba tan mal.

Pero no es que se arrepienta de estar al lado de su rey, solo espera no volver a comer esos fideos horribles, se siente un poco malagradecido porque su rey realmente los ha preparado pero después de haber probado un poco de la gloria del sabor de los fideos de Luo Binghe es difícil no ser exigente, de todas maneras con ese gesto da por zanjado la renovación de su contrato en el reino.

Mobei-jun le a veces insiste como si quisiera hacer más de lo que debería, pero Shang Qinghua asegura que no necesita volver a cocinarle, ya Shang Qinghua le ha perdonado hace tiempo. Shang Qinghua agradece que tampoco le golpee como antes, aunque de cierta manera parece que Mobei-jun lucha contra sus malos hábitos para no incomodarle, Shang Qinghua piensa que su rey no debería hacer tanto por él pero no sabe si sentirse tranquilo o no con esto último, porque parece que se ha vuelto un poco masoquista ya que Mobei-jun no lo toca como antes... Aunque antes no fuera con afecto al menos podía sentir las manos frías antes de recibir un doloroso golpe.

Si es algo masoquista.

Al igual que lo es lo suficiente como para ir a la casa de bambú y ganarse estás miradas de reproche, sabiendo que no es bienvenido, con el tiempo ha dejado de ir a compartir el té allí. Es masoquista pero solo si hay necesidad, si no debe ir allí por motivos de gran importancia es mejor quedarse encerrado en su habitación.

De todas maneras siempre está encerrado, en su casa de descanso, en su oficina en el palacio o en su habitación, estos lugares son todos iguales para él la verdad.

El menú de "volver a casa", aparece cada cierto tiempo y él siempre debe posponer, se pregunta que haría si volviera... Seguramente tendría que dar muchas explicaciones, no lo ha pensado tan fríamente, no es como que a sus padres le importe realmente pero seguro tendría un reclamo de la factura de todo lo que no ha pagado en todo este tiempo o algo así...

Su vida era un asco en ambos mundos al parecer.

Cuando llega a esa horrible reflexión se da cuenta de que no es el mundo el que está mal sino él. Quizás los comentarios del Pepino sin igual, tenían en gran parte algo de razón.

Él puede aparentar ser un tonto fuerte, pero solo lo hace para esconderse muy bien aquello que pesa en su corazón.

Luego de un par de meses viviendo su rutina sin descanso, sin atreverse a quejarse, Mobei-jun entra a su oficina haciéndole levantar la mirada, es una vista encantadora o la sería del todo si las túnicas de su rey no tuvieran la sangre de sus enemigos pegados a ellas.

-Mi rey ha vuelto, me alegro por su victoria - hace una reverencia.

Mobei-jun no responde a la cordialidad de Shang Qinghua, tan solo mira fríamente al otro, Shang Qinghua piensa que quizás ha hablado sin permiso o ha molestado a su rey de alguna manera.

-Tomate unos días libres - dice fríamente Mobei-jun.

Shang Qinghua no se espera aquellas palabras, sacude su cabeza creyendo que ha oído mal - Este sirviente lleva todo bien mi rey, no hay necesidad de un descanso, la noche está para dormir, con eso tengo suficiente.

La mirada de Mobei-jun le hace erizar los vellos de su nuca y fuerza una sonrisa: - Pero mi rey es tan considerado, este Shang Qinghua agradece su bondad.

Shang Qinghua no está acostumbrado a tener tiempo libre, ni en esta vida ni en la otra, no sabe que hacer realmente, no tiene amigos y no sabe a dónde ir o qué hacer.