8

13 2 0
                                        

Las lágrimas cada vez eran más constantes, no podía respirar bien y sentía mi pecho subir y bajar rápidamente en busca de aire ya me comenzaba a desesperar. Necesitaba ayuda urgentemente.

Chris, chris.

Era sábado y mi madre ya me había dado mi celular, mis dos amigas no estaban en su depa y seguro no llegarían temprano hoy.
Mi madre los sábados llegaba muy tarde y tampoco creo que valla a contestar el teléfono.

Chris, chris.

¡Dios! No puede ser que valla a cometer esta locura hoy.

No tengo su numero, ¿o sí?

No lo sé, no puedo pensar bien en este momento

Su correo

Desesperada entro a mi gmail para buscar su correo donde me había escrito hace unos días atrás, buscaba y buscaba pero era imposible encontrarlo, Tenía que dejar de temblar urgente si en realidad quería encontrar su correo.

¡Mierda!

Me rindo, no puedo encontrar su maldito correo, giro a mi alrededor y está todo oscuro, las gotas de lluvia golpean cada vez con más fuerza el vidrio de mi ventana.

Estoy loca pero necesito hacerlo.

Tome las llaves que estaban en mi mesita de noche y un abrigo de mi armario -claramente no serviría de nada pero en estos momentos no pienso con mucha claridad-. Al salir de mi habitación el departamento estaba muy oscuro y odio la oscuridad por completo, comienzo a encender las luces del pequeño pasillo de las habitaciones y bajó las escaleras para encender la lámpara de la pequeña sala y las luces colgantes del comedor.

-Listo.

Me dirijo a la puerta para abrirla y salir por ésta, el ascensor acaba de cerrar sus puertas y eso significaba que tendría que esperar al menos tres minutos a la llegada del segundo

Vivir en edificios es un maldito martirio.

Las puertas del ascensor se abren de par en par y salgo casi corriendo, necesitaba ir bajo la lluvia y que un rayo me cayera encima de una buena vez. Estoy mal, muy mal.

Hace un año dejé de asistir a mis visitas al psicólogo por que tenía "leve mejoría" con lo sucedido hace ya unos años pero era claro que no era así, tenía un pésimo psicólogo que lo único que hacía era quejarse de su mujer y las veces que le fue infiel con su vecino.

El agua estaba helada las gotas golpeaban con fuerza mi cuerpo, un banco estaba libre y decidí recostarme ahí mientras la lluvia mojaba mi debilucho cuerpo.

El iba aparecer, siempre lo hace.

Los truenos comenzaron y sentí mi cuerpo temblar no sabía si era miedo o frío, no me movía de mi posición, hasta que, la lluvia dejó de caer en mi rostro. Sonreí.

-Sabía que vendrías- susurre para los dos con los ojos aún cerrados.

-¿Cuál es la necesidad de hacer esto?- abrí mis ojos de golpe

-¡Francisco!- me levanté lo mas rápido y lo abracé

-Pareces un perro mojado, vámonos pendeja, te vas a resfriar- me tomo de la mano y volvimos a mi departamento.

-Supongo que no encontraste a nadie arriba- murmure con la boca llena de uvas.

-Usted está en lo correcto, mi querida amiga- lanzó una uva verde dentro de su boca -. Explica eso que estabas haciendo hace unos minutos, los rayos buscaban una víctima y al parecer querías ser parte de ellas.

-Necesitaba hacerlo, mi cuerpo lo pedía a gritos- mordí mis labios

-Mi cuerpo también me pide a gritos que me tire de un puente abajo y no me ves haciéndolo.- rodó los ojos.

-Si quieres te acompaño- sonreí juguetona

Franci -como me encantaba decirle- y yo nos pasamos lo que quedaba de tarde hablando y contándonos cosas de estos últimos días. Como la repentina aparición de chris.

Francisco, es hermano de alexandra que vive en Estados Unidos gracias a una beca que consiguió como "cerebrito" como nos encantaba llamarle, hace ya tres años que no vive en España pero algunas veces visita a su familia.

🌻

Estaba preparando mi desayuno cuando finalmente recordé que tenía un poco de trabajos pendientes gracias al señor christopher, el cuál está desaparecido desde hace dos días.
Luego de terminar todo tomé mi móvil con la esperanza de encontrar algo interesante pero perdí la esperanza al no ver ninguna notificación, estaba viendo mi agenda en mi computador comprobando que había terminado todo lo pendiente cuando me llega un correo.

"Puedo pasar un rato a molestar?"

En otro momento le habría dicho que no pero sabía que mi madre no llegaría hasta muy tarde y tampoco tenía nada que hacer.

"Está bien, pero solo un rato!"

Me levante con dirección a la puerta principal esperando el timbre el cual sonó a los pocos minutos bajar de mi habitación.- Hola chica- sonrío sin mostrar su hermosa dentadura

-¿Qué te trae por acá?- dije mientras cerraba la puerta y me encaminaba hacia el sofá.

-Estaba haciendo unas cositas y ya que pasaba por acá decidí visitarte un rato- me miró algo confuso -te la pasas todo el día aquí sola?

-Efectivamente, chico- le sonreí -ya te había dicho que me vida era muy aburrida.

Miró a su alrededor detenidamente y luego se levantó.-Ve por tus cosas, hoy cambiará tu vida aburrida- sonrió.

-Debes estar loco- lo miré aterrada -¿dónde me llevas? ¿Piensas secuestrarme?

-Si quisiera secuestrarte lo habría hecho hace mucho tiempo- me estiró su mano y yo la tomé -No vamos a demorar mucho, pero, solo espero que te diviertas- se acercó y beso mi frente -busca tus cosas rápido- susurró


✨Vida✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora