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Entre rápidamente a la casa y mire por encima como estaba por dentro, está demás decir que todo es hermoso y muy moderno, huele a Nuevo como si todos los muebles fueran recién comprados.

En la planta baja el salón tenía dos ventanales grandes, los pasos resonaban como eco, una chimenea con un televisor por la parte de arriba, las escaleras a un lado de roble oscuro y debajo de ellas unas escaleras hacia lo que parece ser un sótano; la cocina junto a dos portones que dan a un patio muy bonito con piscina incluida.

Pero a lo que vinimos.

Subí a la segunda planta donde habían seis puertas en total, tres de un lado y tres al otro, al final había un balcón con bordes de madera y cristal —muuy moderno—, desde allí se podía ver el río justo en la parte donde estábamos chris y yo, también se podían ver los tres autos pero no había nadie fuera.

Cinco minutos después vi a chris salir, se le veía muy enojado y... Oh mierda... Su brazo izquierdo estaba estirado hacia al frente con un arma en su mano, frente a él habían dos tipos y uno de ellos estaban de rodilla y el otro junto a él. Mi cabeza comenzó a doler de tanto pensar.

¿Quién es christopher?

¿Porque tiene un arma en su mano?

¿Es peligroso?

¿Debería salir corriendo?

¿Será malo?

¿Que me ocultas, christopher?

El fuerte sonido de un disparo hizo que me fuera de espaldas estrellándome contra el marco del balcón, el chico que estaba de rodillas cayó de espaldas...

Lo mató...

Christopher lo mató...

Ese chico está muerto...

Y el chico reaccionó gateando muy rápido, luego se levantó corriendo a su auto y se fue.

Mierda, mierda, mierda.

Me levanté para salir corriendo cuando la mirada de chris se encuentra con la mía. Oh no. Su cuerpo reaccionó al instante y salió corriendo.

Corre...

Corre...

Mi cabeza me gritaba pero no podía responder hasta que vi la silueta de se cuerpo entre los árboles. Corrí escaleras abajo abriendo la puerta sin importar que la dejara abierta, busqué la manera por donde correr cuando recordé el bosque que estaba tras la casa y corrí dentro para salir por los portones de la cocina.

—¡Angeles!— el grito seco de chris hizo que me dieran ganas de llorar y gritar por auxilio.

Mierda.

Mierda.

Mierda.

Lo escuchaba correr muy cerca de mi y eso me aterraba. Yo era de esas típicas chicas estúpidas que no sabían correr en un bosque porque literalmente tres veces en mi vida había tocado naturaleza —y lo digo muy enserio—, lo natural y yo no vamos para nada de la mano.

¿No les pasa que aveces la mala suerte siempre son parte de sus vidas? ¿No? O ¿Solo mi destino siempre será vivir a base de tragedias?

Como la maravillosa persona con mucha suerte que soy —full sarcasmo, me tropiezo con un tronco que estaba oculto en el suelo y me voy de frente dando vueltas por una pequeña bajada y al final llegar a un charco de lodo.

Oh sí amigos, soy una perra llena de mala suerte.

—Sabía que caerías ahí— sus manos estaban a los costados de su cintura.

Estaba aterrorizada y estaba a punto de llorar, sentía que era mi final por estar haciéndole caso a desconocidos y pensando que era una buena persona. ¡Lo metí en mi casa! ¡Durmió conmigo! ¡Nos besamos! ¿¡QUÉ MIERDA PASÓ CONMIGO!?

—Aún recuerdo las docenas de veces que caí ahí también— soltó una risa nerviosa —. Se que no te fias nada de mi luego de verme con...— se negó a decir la palabra —solo dejame explicarlo, va? ¡Y te dije que no salieras por nada del puto mundo!

Estaba temblorosa, lágrimas corrían por mis mejillas, mis labios temblaban y estaba por soltar un chillido cuando se deslizó por la tierra y llegó junto a mi.

—Lo siento mucho, ángeles— susurró —solo déjame explicarte un poco sobre mi, ok? No soy malo, solo...— se volteó mientras tiraba de algunos mechones de cabello, al darse un poco la vuelta pude verle el arma en su cintura.

Tengo que salir corriendo de aquí.

Comienzo a retroceder para irme cuando un fuerte dolor en mi espalda baja hace que chille de dolor, rápido chris se voltea y se acerca a mi.

—No— fue lo único que pude formular en voz baja.

—Princesa— la desesperación en su voz era clara —déjame sacarte de aquí, darte ropa nueva y explicarte bien las cosas que hago algunas veces.

¿Debería confiar en él?

¿Realmente es confiable?

¿Y si me hace daño?

¿Si me mata por verle con un arma?

¿Porque no siento el miedo que debería sentir?

¿Eres de confiar, chris?

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