✨Vida✨

9

Los árboles pasaban a nuestro alrededor mientras que nos adentramos al bosque donde chris tenía una "Sorpresa" para mí.

El viento frío golpeaba mi rostro, a lo lejos entre los árboles podía ver una cascada muy bonita y quería bajar a ver pero christopher no me dejó bajar, aún.

Llegamos a un pequeña cabaña que por fuera se veía algo desgastada, era de solo un piso y tenía algunas plantas colgante en la pared, la ventana era de tablones de madera, la puerta parecía de roble oscuro algo tallado pero por el mal cuidado no se podía distinguir muy bien. Aún estuviera algo deteriorada se veía muy bonita.

—Es bonita— murmure mientras la miraba —muy natural...

—Hace mucho no la veía— me gire en su dirección para verlo bien —era más bonita antes pero no me quejo si me ayudas un poco con la remodelación— sonreí al instante, sorprendida.

—¿¡Enserio!?— daba pequeños saltitos de felicidad.

—Vendremos aquí todas las tardes luego de clase, si no te molesta— se veía entusiasmado

—¡Claro que sí!— iba abrazarlo pero me detuve de inmediato frente a él. Trago grueso

—Creo que deberíamos entrar— se le veía algo incómodo.

Perfecto.
No faltaba tener que cagarla.

Al entrar estaban todos los muebles cubiertos por grandes mantas blancas, en cada esquina había una que otra telaraña. Chris desapareció un momento buscando el interruptor mientras yo seguía viendo todo por dentro, la cabaña por fuera se veía algo pequeña pero por dentro era un poco grande.
Tres habitaciones, dos baños, un pequeño salón con una chimenea muy bonita, cocina con un juego de comedor de 4 sillas.

—Listo— las luces estaban encendidas pero por ser de día no hacían la más mínima función.

—¿Por donde empezamos?— estaba muy animada

—Primero...— pasó su brazo por mi hombro —hay que dar una vuelta para que veas mi lugar favorito— sonrió muy animado por lo dicho

Salimos de la cabaña y comenzamos a subir unas pequeñas escaleras de madera improvisadas, los barandales estaban cubiertos por enredaderas que le daba un toque muy bonito. Al llegar al final de las escaleras había un caminito que daba a la cascada que había visto antes, y entonces, vi el puente que cruzaba el río y quedé enamorada del lugar.

—Del otro lado del puente hay otra cabaña pero de esa no tengo llaves— metió sus manos en los bolsillos de su pantalón.

Camine por el sendero hasta llegar al puente y sentarme en el borde, me quité mis zapatillas y dejé caer mis pies; las gotas salpicaban mis pies y eran muy frías. Todo era maravilloso.

🌻

Pasamos toda la tarde haciendo limpieza por dentro mientras que chris intentaba arreglar unas llaves para el agua.
Pasamos exactamente 4 horas en la cabaña y ya era hora de irnos antes de que oscurezca, aunque la verdad, no me quería ir todo es tan hermoso allí que no me quería ir.

Llegamos a mi departamento y me despedí de chris recordándome que al día siguiente iríamos nuevamente para arreglar un poco por fuera. Cuando llegué a mi depa todo seguía igual y decidí ir con las chicas para contarles un poco de lo que hice hoy y de donde fui con chris.

—Sigo pensando que es bastante peligroso eso de que ustedes estén solos y sin conocerle bien, a él— alexandra se le veía genuinamente preocupada

—Concuerdo con alex, no sabemos nada de ese chico— mordió su labio inferior, con un poco de preocupación —¿y si resulta ser un delincuente?

—No lo es— me acomode un poco en las piernas de anya. Mi cabeza estaba sobre su regazo mientras escuchaba a mis amigas —. Chicas...— me miraron muy atentas

—¿Que sucede?— aparecio Francisco abriendo la puerta de la habitación de alex.

—Me tienen bastante abandonada— puse cara de cachorrito —desaparecen y aveces no se ni que hacer y...— pause abruptamente. No podía decirles que me daba ciertas escapadas con chris por que sería un gran problema

—¿Y?— fran, como siempre, estaba de chismoso metiendo la lengua donde no debía.

—Solo no me dejen, porfa— tomé el brazo de alex para darle un pequeño abrazo como niña chiquita regañada y triste.

—Debe estar por venirle el período menstrual— se burló fran —esta muy dramas— se levantó y depositó un pequeño beso en mi frente —me tengo que ir, tengo cosas por hacer.

Y sin más salió de la habitación.

Pasé lo que quedaba de tarde y noche con mis amigas, como era de costumbre. Vimos películas mientras comíamos cualquier cantidad de chatarra, eran las 12:30 a.m. Y tenía que ir a mi casa a ver si encontraba a mi madre o aún estaría de turno en el hospital.

Mi madre tenía dos trabajos para poder cubrir los gastos del departamento, comida y mis estudios. Sé lo difícil que es para ella luchar por salir adelante luego de lo que pasó con mi hermana mayor.

Desde que mi padre se fue de casa no volvió a enviar dinero como tenía acordado con mi madre y ella tampoco le iba a insistir, así que, junto a mi salimos adelante con todo lo que llevaba mi padre.

Mi madre tuvo que conseguir un trabajo de medio tiempo en un noticiero como producción —siempre fue su sueño ser periodista pero no logró estudiar la carrera—, su padre había querido una hija médica y se vio obligada a estudiar medicina, la cual, era su trabajo de casi tiempo completo como enfermera. A esa razón era por que mi madre no se encuentra casi en casa.
Y gracias a eso soy bastante independiente y un poco más madura para mi edad.

Lo sé. Mi vida es bastante complicada.