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Unos toques en el hombro hizo que me levantara asustada. Soy de esas típicas personas que cualquier roce cuando duerme se levantan asustadas. En pocas palabras: me asusto con cualquier cosa.

Cuando abrí los ojos bien pude reconocer el rostro de mi primo con su uniforme puesto y supe en ese momento que era muy tarde, —Siempre es el último en alistarse—.

—¡Mierda!— chille, mientras me levantaba y corría al baño.

Me duché lo más rápido —y bien— posible, hoy no me daba ni un poco de tiempo desayunar será ya otro día. Corrí a mi habitación para buscar mi uniforme y ponérmelo rápido, haciendo que en mi apuro un botón salte de la camisa.

—¡Joder!— grité, muy enojada.

Ya lista salí muy rabiosa de mi habitación escalera abajo para quejarme con los dos ineptos de ¡¿Porqué demonios no me despertaron antes?!. Al llegar al último escalón me fijé en que la puerta de la entrada estaba abriéndose y un christopher entrando por ésta. —sin su uniforme. Cabe recalcar—. Me miró de pies a cabeza y luego sonrió conteniendo una risa.

—¿Qué cojones es gracioso?— murmure entre dientes. Chris negó y entró por completo cerrando la puerta detrás.

—Primero que nada, buenos días, segundo...— chris mordió su labio tratando de ocultar su sonrisa —mira el reloj de tu derecha.

Me giré lentamente al sospechar lo que sucedía, eran las 5:30 a.m. Me había levantado exactamente una hora y media antes para ir a la escuela. Sentí los pasos de mi primo salir de la cocina con una leve sonrisa mientras comía una frambuesa.

—Te voy a matar pequeño demonio— comencé a correr en su dirección y él a huir de mí. De fondo se podía escuchar la escandalosa risa de christopher, Se estaba descojonando seguramente.

—Venga ya, deja al pobre chico— intervino chris —ya que es super temprano vamos a desayunar fuera, solo dejame vestirme y salimos.

🌻

Estábamos en un starbucks desayunando tranquilamente hasta que sentía una fuerte mirada sobre mí, traté de ignorar por completo esa incómoda situación pero era muy difícil, así que, comencé a buscar de dónde provenía.

Kevin empezó con chris pero no le pude mucha atención, hasta que encontré esa mirada necia. Eran un chico y su rostro me parecía conocido hasta que recordé que era el chico nuevo de la otra vez.

Junto a él habían dos chicas y un chico charlando muy tranquilamente. El chico —que no recuerdo su nombre—, no disimulaba al mirarme aún sabiendo que ya me había dado cuenta de que me estaba mirando descaradamente.

—¿Estás bien?— la voz de chris me sacó del trance que tenía con aquel chico.

—Sí, si— murmure —todo bien— sonreí nerviosa.

Volví a buscar al chico pero lo vi camino a la puerta y antes de salir cruzó miradas conmigo y salió por la puerta, bastante extraño.

Luego de terminar, christopher nos llevó a la escuela y comenzamos nuestro período de clase.

—¿Cómo va todo? Hace mucho que no te veo molestando— la sonrisa burlona de mi profesor me molestó.

—No hay mucho que decir— me encogí de hombros —todo esta normal como siempre.

—No lo parece— me acomodé junto a reynier —tienes un brillo en tus ojos y no te veo hablando de christopher, así que, hay algo que me estás ocultando.

—No somos novios si eso piensas, solo es un amigo y ya— mordí mi labio.

—Cuéntame, ¿cómo fue?— se giró en su silla para verme mejor.

—Odio que me conozcas demasiado— le di un leve empujón en el hombro.

—Tú me elegiste como tu amigo, no vengas a quejarte de eso. Ahora, habla.

—Aún no tenemos sexo, pero...— dejé la frase al aire.

—¿Pero..?

—Hemos tenido nuestros momentos... Ya sabes, dedos y eso... Reynier, esto es incómodo— le di la espalda.

—Tranquila— soltó una risita —eso es normal, pero recuerda que no deben tener ningún contacto íntimo sin protección.

—Pero si el se limpia su... Ya sabes, antes de introducirlo?

—Tendrá el mismo efecto, así que no cometas la locura de tener relaciones sin protección.

—Bueno...— empecé a morder mis uñas.

—Ángeles, si hay algo que hayas hecho mal es mejor que me lo digas y así puedo ayudarte.

—Rey, no me mates por lo que te voy a decir, pero, ayer estaba por salir de mi salón cuando apareció chris y bueno... Tuvimos nuestro momento y hubo un momento donde el solo paso la punta de su miembro por mi entrada, pero no lo metió. Antes de hacer eso si lo limpio pero no uso protección.

—Ay muchacha— se quito los lentes —¿ya tuviste tu periodo?

—Sí, hace dos semanas

—Bueno, a la salida me esperas— el timbre sonó —vamos a comprobar de que no hayas metido la pata.

Nos levantamos de las sillas y lo acompañe a la salida del salón, era hora de ir a mi última clase.

—Muchas gracias, de verdad— le di un abrazo por la cintura.

—No es nada pequeña, y no vuelvas hacer algo como eso— beso mi frente —y si lo vuelves hacer avisame con tiempo para guiarte.

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